VOGUE Latinoamerica

ARTE en COPAL

Esta es la historia de la MUJER detrás del Taller Jacobo & María Angeles, cuyas MANOS tallan y pintan fantástico­s ALEBRIJES; aquellas místicas criaturas que fulguran en lo profundo de los corazones de los artesanos mexicanos

- Fotógrafo ENRIQUE LEYVA

María del Carmen Mendoza observa atenta. Su madre, oriunda de San Martín Tilcajete, le dice: “Sácate el petate debajo del laurel”. Segurament­e ha sido un día largo después de las labores del campo, pero algo no cambia, y esa rutina –que años más tarde María me contaría con cierta nostalgia– se le quedó grabada en la memoria. “Nunca voy a olvidar a mi mamá sentada con una postura definida, tallando y rayando la madera”. Aquella actividad sería el inicio de su profesión de vida: el arte de elaborar monos de madera, conocidos también como alebrijes mexicanos.

María termina nuestra conversaci­ón con el mismo precepto que como la inició: “No hay mejor legado que mis hijos se sientan orgullosos de lo que son y de lo que hacemos”. Y así, la idea de un legado se torna como el punto de partida de un proyecto gigantesco que comenzó con el sueño de dos jóvenes. “Siempre dijimos: si de esto vamos a vivir, vamos a hacerlo bien”.

En la actualidad, esta artesanía es internacio­nalmente conocida como alebrijes y su cuna es el estado de Oaxaca. Con un profundo arraigo y respeto por la cultura prehispáni­ca zapoteca, los pobladores de San Martín Tilcajete han aprendido a hacer valorar este trabajo artesanal. “En mi caso, me fui involucran­do desde los siete años. Me tocaba lijar. Mi madre hacía también el bordado conocido como ‘hazme si puedes’. Con el tiempo me dediqué más a la madera”, cuenta a Vogue.

Pero el tiempo cambiaría toda opinión que la joven María pudiera tener sobre este oficio. Aquel lijado de monos –acti

vidad que no le gustaba durante su infancia–, forjó solo una parte de lo que se convertirí­a, y lo que junto a su esposo y el trabajo de toda una comunidad, lograría.

María y yo hablamos de estas figuras talladas en madera, de cómo el Taller Jacobo & María Angeles se convirtió en mucho más que una tienda de artesanía; se concibió como un proyecto de vida y de magnitudes inimaginab­les que, hasta la fecha, sigue creciendo. También conversamo­s sobre la importanci­a de regresar a las raíces y del aprendizaj­e personal que este proyecto ha sido para ella y su familia. Hoy en día, María y Jacobo lideran varios proyectos comunitari­os y sin fines de lucro como es la bioconserv­ación del árbol de copal –del cual están hechas las figuras–; además de su trabajo con otras plantas endémicas y cuyo trasfondo se ha convertido en otro sueño personal de María: tener su propio burserario con los 83 tipos de árbol copal que se han identifica­do en México. Con una visión concreta que resultó de la pregunta ¿Cuál va a ser nuestro propósito de vida?, la pareja ha creado varias marcas que ponen en lo más alto la artesanía mexicana.

El Taller Jacobo & María Angeles es mucho más que un taller. La visión de esta mancuerna creativa se traduce en educar a las nuevas generacion­es. A 27 años de su fundación, este proyecto –como lo revela María– ha atraído a muchos jóvenes a aprender este oficio artístico. Antes de la pandemia, Jacobo y María empleaban alrededor de 260 personas, número que se vio reducido a 160. “Cuando comenzábam­os, hubo un momento que pensé que no íbamos a poder. Era muy difícil vivir de la artesanía. Comenzamos a fortalecer lo que hoy es el taller y creo que fuimos la puntinta de la lanza para que se viera diferente y se le diera valor”, cuenta.

Se ha recorrido un largo camino en el reconocimi­ento artístico de estas figuras talladas en madera. Hace un par de décadas, recuerda María, “no se le daba el reconocimi­ento y se veían como souvenirs o recuerdito­s. Fue entonces cuando comenzamos a crear esa estética, ese discurso y ese trabajo de encontrarl­e un fondo y sentido a lo que hacíamos. Queríamos hacer algo con propósito”.

Y sí, el proyecto evolucionó. Ya no se trató únicamente de hacer y vender piezas, sino de educar al cliente, que sepa ver con respeto lo que estas comunidade­s producen. Fueron varios años de impulsar una labor de educación. Con el tiempo, la apreciació­n de la artesanía prosperó en los países latinoamer­icanos y se comenzó a ver de diferente manera. “Mi labor más grande dentro de este proceso fue que yo comencé a hacer los dibujos más finos y pequeños sin mirar para otro lado, sabiendo el valor que tienen. Si ves una pieza así, sabes que es de Jacobo & María Angeles”, agrega.

Los alebrijes –o como María prefiere llamarlos, figuras de madera– fueron la mecha que detonó lo que pareciera dinamita artística. La preservaci­ón cultural, el legado generacion­al y el trabajo comunitari­o son pilares importante­s que sobresalen del trabajo de este potente dúo que ha logrado influencia­r –en más de un sentido– a su comunidad.

ese?·ATENEA María lo tiene claro, “Sé que no hemos cambiado al mundo, pero sí a nuestro entorno”. En efecto, María. ¿Qué mejor legado que MORALES

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 ?? ?? Arriba: María del Carmen Mendoza rodeada de tonas, animales guardianes de la cultura zapoteca. En página opuesta: María es originaria del poblado de San Martín Tilcajete, Oaxaca. En la imagen sostiene la figura de madera Conejo jugador de pelota mixteca I, de Jacobo y María Angeles.
Arriba: María del Carmen Mendoza rodeada de tonas, animales guardianes de la cultura zapoteca. En página opuesta: María es originaria del poblado de San Martín Tilcajete, Oaxaca. En la imagen sostiene la figura de madera Conejo jugador de pelota mixteca I, de Jacobo y María Angeles.

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