Desbloqueando las reglas
La nueva colección Lock, de Tiffany and Co., desencadena una nueva manera de brillar: el oro y las gemas van primero, el género hasta el final. Con la fotografía de RYAN JENQ.
Algunas revoluciones eliminan etiquetas rompiendo y destruyendo; otras llegan silenciosamente de puntitas y murmurando para cambiar las reglas por siempre. Hasta hace pocos años, un hombre con un broche con diamante art déco sujetado sobre su corbata negra por lo menos causaría que algunas miradas levanten la ceja -y el amigo con el que cursaste la preparatoria quien ahora combinó su t-shirt de Hanes con un collar de perlas se reiría- digo, desde una carcajada o por lo menos una pequeña risa. Pero no pasará más.
Las mujeres por décadas han identificado y echado un ojo a la joyería masculina como los anillos de sello que van en el meñique y los relojes masivos que pesan dos toneladas. Sin embargo, nadie voltea cuando lucimos un reloj de bolsillo antiguo alrededor del cuello o un brazalete chunky perzonalizable que debe ser modificado para que quede a la medida de nuestras muñecas. Las colecciones masculinas más limpias y delicadas junto al encanto y al borde del androgenismo han logrado seducir a mujeres pero, últimamente, los hombres también han comenzado a ambular por los pasillos de la joyería del género contrario. Entonces Tiffany & Co. por primera vez en su historia de casi 200 años, lanza Tiffany Lock, un brazalete que la marca define como all-gender con un alma “No hay reglas. Todos son bienvenidos”.
“Se trata de unidad, pertenencia, los enlaces universales que nos unen por siempre y la mentalidad abierta de las nuevas generaciones”, dice Alexandre Arnault, el vicepresidente ejecutivo de producto y comunicación en Tiffany & Co. Arnault, de 30 años de edad, trajo a Beyoncé y Jay-Z a la imagen de Tiffany, un ejemplo espectacular del compromiso de la marca hacia una perspectiva fresca.
Lo que la generación de hoy quiere, de acuerdo a Arnault, es un brazalete elegante, dinámico y elongado disponible en oro amarillo, blanco u rosado, en ocasiones ornamentado con diamantes. Y por supuesto, como todos los brazaletes, el
Tiffany Lock busca ser complementado. ¿Por qué alguien, sin importar su género, se sentiría satisfecho de lucir un solo brazalete en oro rosado (por ejemplo) cuando podría verse espectacular junto a uno igual en dorado con diamantes?
El motivo del candado del brazalete Tiffany Lock tiene una larga historia en la casa. Se empleó por primera vez como pestillo de trabajo a finales del siglo XIX (quizás para proteger los secretos de su caja fuerte) y reapareció en la década de los 50, y desde entonces su forma ha informado broches, collares, clips para billetes y esos icónicos llaveros. Mientras tanto, el mecanismo que abre la cerradura es un poco una hazaña de ingeniería: el cierre presenta un innovador giro que se hace eco de la funcionalidad de un candado. Cuando se le preguntó si cree que todas las joyas en el futuro serán de género neutral, Arnault objeta. Ciertas colecciones, como
Tiffany's HardWear, originalmente estaban pensadas para mujeres, “pero ahora ves a muchos hombres usándola”, dice, y está seguro de que hay hombres por ahí haciendo alarde del
bone cuff de Elsa Peretti; después de todo, ya los ha visto luciendo las cadenas Diamonds by the Yard de la diseñadora.
Dicho esto, Arnault cree que algunas categorías pueden resultar más desafiante. Los anillos tradicionales de diamantes y de compromiso siguen siendo abrumadoramente competencia de las mujeres. Como Arnault, quien se casó el año pasado con Géraldine
Guyot, cofundadora de la marca de accesorios Destree, explica: “No espero que nuestros clientes de alta joyería sean hombres en el corto plazo; sigue siendo muy femenino, y en este momento, el 100% de esos clientes son mujeres”, me dice. (Solo espere, señor Arnault, yo creo, pero no lo digo: cualquier día de estos, alguna estrella de cine o atleta musculoso aparecerá haciendo alarde del collar de alta joyería que se compró, y usted se pondrá de pie y celebrará).
En cualquier caso, cuando se trata de joyas específicas de género, los planes mejor trazados pueden verse deliciosamente interrumpidos. “El verano pasado lanzamos una gama de anillos de compromiso para hombres: anillos de diamantes que estaban destinados a ser más masculinos, más adecuados para el dedo de un hombre”, recuerda Arnault. Pero tan pronto como aparecieron esos anillos, una mujer en su oficina en Tiffany arrebató uno. Y ahora, confiesa, “lo veo en su mano todos los días”. -Lynn Yaeger