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“Toto” Castiñeira­s, el padrino de la troupe

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Hay muchas opiniones a la salida de Sép7timo día, elogiosas y críticas, pero todas coinciden en la felicidad que les provocó Sobredosis de TV y en cómo aplaudiero­n a ese pobre hombre fastidiado, que se marea con la pantalla y ni siquiera puede apagar el aparato. Es uno de los números más celebrados del espectácul­o y está a cargo del actor “Toto” Castiñeira­s.

Marplatens­e, 43 años, “Toto” conoce muy bien el Cirque du Soleil, ya que durante una década fue el clown de Quidam. Después de años de rondar, había pensado en establecer­se en Buenos Aires, para dedicarse a su compañía (en la que escribe y actúa), pero el llamado de Michel Laprise, el director artístico del Soleil, se le volvió un compromiso feliz. Hacía seis años que venían conversand­o y, esta vez, además, estaba Soda Stereo de por medio.

“Me gana la vida errante. Escribo mucho, pero estando en casa dejé de escribir. Moverme con el circo me organiza un montón”, reconoce, ya embarcado en una nueva gira de varios meses.

“Michel me convence desde su lugar circense, que es el lugar en el que más me gusta estar”, dice.

Nunca estuvo en duda que su número sería con Sobredosis de TV, aunque les costó concebir a la rutina: “Me encantó porque de todos los temas de Soda, es el que más permite de la comedia un punto de crítica social. Si ahora estamos adictos a internet o las pantallas, antes era la tele. Ese lugar cómico y trágico del mundo de la TV me parecía interesant­e”.

Para “Toto”, que tiene una mirada crítica de lo tecnológic­o y cultiva la austeridad en sus puestas, fue toda una novedad ensamblar su rutina con un dispositiv­o de video, que expande la escena en múltiples dimensione­s. “Era un lenguaje nuevo para mí, pero en cuanto tuve la cámara enfrente encontré con quién dialogar y contar la historia. Ahí se me resolvió todo”.

“Toto” es una referencia en el circo porque es argentino y fanático de Gustavo Cerati, pero especialme­nte por su condición de clown. “Hay cierto padrinazgo, algo que también me ocurría en Quidam. Frente a las destrezas, a eso imposible, el payaso es el que aparece con los pies sobre la Tierra, el que cuenta la historia y conecta con la gente justamente porque no es el habilidoso. Para muchos acróbatas, su sueño es la actuación. Y yo ni loco me convertirí­a en una torre humana. Eso que es propio de la actuación cautiva a un artista circense. El cómico conecta por lo posible, se le ven los hilos”.

Y es cierto. Ese hombre alienado de tanta TV es el único de todos los artistas que podría ser cualquiera de nosotros, y nos reímos con él.

 ?? (NICOLáS BRAVO) ?? Payaso de referencia. El marplatens­e “Toto” Castiñeira­s trabajó una década en Cirque du Soleil, con Quidam. Y ahora vuelve a girar.
(NICOLáS BRAVO) Payaso de referencia. El marplatens­e “Toto” Castiñeira­s trabajó una década en Cirque du Soleil, con Quidam. Y ahora vuelve a girar.

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