Un auténtico dúo folk
El dúo Orozco-Barrientos regresa a Córdoba luego de una larga ausencia.
Adelantarán nuevo material en Cocina de Culturas, San Antonio de Arredondo y Tanti.
Luego de casi tres años sin pisar suelo cordobés, el dúo cuyano compuesto por Tilín Orozco y Fernando Barrientos vuelve con una serie de presentaciones que incluye un show en capital, un mediodía en San Antonio de Arredondo y un cierre en Tanti. “Estuvimos tocando bastante en otros lados, y la verdad es que no se había dado antes poder volver. Córdoba es un lugar entrañable para nosotros, es nuestra casa llena de amigos del alma. Pero aquí estamos, de vuelta por el pago”, arranca Orozco en la entrevista que VOS trasmitió ayer por Facebook Live.
De pausas largas en varios sentidos, el dúo también viene dilatando el lanzamiento de un disco nuevo luego del suceso y los halagos obtenidos con Tinto. “Estamos tocando mucho, pero también son los tiempos de nuestro productor Gustavo Santaolalla... Y somos vagos también (ríe). Pero sabemos que tenemos que sacar un disco urgente, en octubre posiblemente”, dice Barrientos mientras Tilín agrega que nuevamente Santaolalla será quien los produzca. “Ya Gustavo nos pidió los temas, él está en nuestro corazón y nuestra alma”, dice.
Sin dudas, la aparición del productor fue determinante en la historia del dúo, que desde mucho antes venía trabajando. “Nosotros somos amigos de siempre, desde hace muchísimos años y siempre tuvimos afinidad en términos compositivos. Así empezamos, con la idea de llevar nuestro cancionero a las distintas peñas de nuestro país y que distintos intérpretes tengan acceso a lo que hacíamos en Mendoza en ese momento. Esto era al comienzo de los ’90. Cada uno tenía sus proyectos propios, pero lo que terminó de definir todo fue la participación en Viña del Mar en 2003. Eso nos consolida como intérpretes”, recuerda Barrientos.
Previo a esa consagración en Chile, ya Fernando Barrientos habría probado las mieles del éxito al componer El amor es más fuerte para la película Tango feroz. “Esa etapa me sirvió para mirar bien, y ver lo que no hay que hacer. Eso fue un equívoco muy grande desde un lugar que era totalmente inesperado para mí. Pero agradecido siempre a Marcelo Piñeyro por convocarnos a la película, porque eso significó radicarnos en Buenos Aires y entender de qué iba la cosa. Es muy distinto lo que sucede en Capital que en el interior”.
Recuerdo de Mercedes
Luego sí llegaría Viña para abrir un montón de posibilidades. “Fue positivo porque nos permitió afianzar al dúo. Fue una experiencia absolutamente aleatoria, íbamos sin un mango a tratar de cobrar unos mangos. A último momento, la canción Pintadita entró en la selección de temas y salimos a tocar solos frente al monstruo de la quinta Vergara”, recuerda Barrientos.
De Chile, además de la Gaviota de Plata, ambos saldrían con la seguridad de que habían comenzado un gran camino. “Lo que me motiva a mí es tratar de no copiar. Siempre intenté hacer una música que me complaciera a mí, por tanto siempre trabajé con gente que me gustaba lo que hacía, siempre tocar con alguien que me deje algo. Es una predisposición a la búsqueda. Cuando nos juntamos con Fernando planteamos una manera diferente de hacer música y abordar la tradición cuyana”, dice Orozco.
Y así fue nomás. Viña, además del premio, trajo a Gustavo Santaolalla, una pieza fundamental: “Luego de Viña fuimos a presentar el trabajo a distintas productoras y no hubo ningún tipo de interés, hasta que curiosamente surgió lo de Santaolalla. El mejor productor del mundo llamándonos a través de León Gieco que le mandó nuestro material. Gustavo nos dijo que quería participar de alguna forma, tocar, cantar, algo… Así arrancó la relación que lo convirtió en nuestro productor”, cuenta Barrientos.
Además de Santaolalla, otra llegada importante en sus vidas fue la de Mercedes Sosa. “Con Mercedes teníamos alguna relación, yo había compuesto la banda de sonido de la película del caso María Soledad y ella cantó junto a Víctor Heredia y León Gieco. Tiempo después nos invitó a un show multitudinario que hizo en la Plaza Independencia de Mendoza para abrir con algunas canciones. Luego armó un colectivo que se llamaba Folkloristas, donde participábamos muchos intérpretes del país, y grabó una cueca en nuestro disco Pulpa. Ella fue muy generosa, el agradecimiento está siempre”, recuerda Barrientos.
Con Tinto, su último trabajo, el dúo abrió caminos y absorbió texturas rockeras a su obra. ¿Será que se animan a un Cosquín Rock? “¡Sí! Seguro, nos vemos muy bien porque nuestras canciones pueden transitar ese circuito tranquilamente. De hecho, hemos tocado con muchas bandas de rock. Con Lucio Mantel, con Divididos, con mucha gente copada. Es parte de nuestra sonoridad: León, Arco Iris, Almendra, somos eso”, cierra Barrientos.