Una esperada ficción policial.
El miércoles se estrena “La fragilidad de los cuerpos”, coproducción de Pol-ka y Turner. Eva De Dominici y Germán Palacios cuentan cómo armaron sus personajes para la miniserie.
Una de las características que más se repiten en las tramas policiales es que, cuando hay una muerte, la regla indica que es un asesinato. Pero en La fragilidad de los cuerpos la historia comienza con una excepción. Esta vez no hay, al menos en las primeras escenas, ningún crimen tradicional sino un suicidio, el de un maquinista de tren que deja una carta en la que pide perdón por su responsabilidad en la muerte de cuatro personas.
Así arranca esta miniserie de ocho capítulos, producida por Pol-ka, que estrena el miércoles a las 22 por la pantalla de El Doce y el jueves 8 por la señal TNT. Lo siguiente será la aparición de la joven periodista Verónica Rosenthal (Eva De Dominici) dispuesta a sumergirse en una investigación que la llevará a conocer a Lucio Valrossa (Germán Palacios), un conductor de trenes que la acompañará en la búsqueda de una verdad que gira en torno a la explotación infantil.
Los avances de esta producción, que también cuenta en el elenco con Juan Manuel Gil Navarro, Gustavo Garzón, Enrique Piñeyro, Marcelo Subiotto y Diego Faturos, muestran una producción oscura en la que las escenas no regatean ni violencia ni sexo, elementos que tienen un lugar destacado en la novela original del escritor y periodista Sergio Olguín.
La fragilidad de los cuerpos es parte de un acuerdo entre El Trece, Turner y Pol-ka para producir una veintena de proyectos audiovisuales, a razón de dos por año. La primera experiencia fue Signos, con Julio Chávez. Esta vez se sumó Cablevisión, empresa que también ofrecerá la serie a través de su plataforma Flow y a través de su servicio HD.
VOS dialogó con Eva de Dominici y Germán Palacios, la pareja protagónica, que volvió a reunirse para presentar la miniserie que grabaron durante el último trimestre del año pasado.
–¿Cómo fue meterse en este universo ferroviario que el libro pinta de manera sórdida?
–Palacios: Se trata de un mundo fascinante, totalmente nuevo y desconocido para mí. Me preparé con mucho entusiasmo y encontré mucha literatura, pero fundamentalmente hallé a un maquinista del Ferrocarril Mitre, “el Laucha” Gómez, que me abrió las puertas de su casa y me permitió hacer un gran intercambio. A mí me interesaba mucho que Lucio (su personaje) estuviera atravesado por el estrés postraumático, que es algo que afecta profundamente a los maquinistas.
–¿Compusiste a un maquinista rústico?
–Palacios: Es que los conductores de trenes son gente parca, sufrida. Ellos conviven con fantasmas, no duermen, tienen pesadillas, disfunciones alimenticias y sexuales. Son seres tomados y eso los ensombrece. Cuando tienen un accidente, la gente los quiere linchar y son los que tienen que quedarse hasta que llegan la ambulancia, la policía y los bomberos. Y de ahí no se los llevan a una clínica o a ver a un psicólogo para ver cómo se sienten, se los llevan a un juzgado a declarar. Me impactó lo que me dijo Laucha la primera vez que hablamos: “Yo tengo la responsabilidad de que la gente llegue a horario a su trabajo”, algo simple pero cargado de responsabilidad.
–¿Cómo armaste personaje de Verónica, la periodista?
–De Dominici: Verónica es una persona que quiere llegar a la verdad y quiere demostrar que tiene talento para hacerlo. Que fuera periodista no era el punto en el que puse el foco. En eso está muy respetado el eje del libro original, en el que el centro está puesto en algo muy oscuro que pasa alrededor de los chicos, en este caso, interpretados por actores muy bien elegidos. Eso fue muy importante porque la historia se cuenta en parte desde su mirada.
–En este caso, a los chicos les toca actuar una historia muy alejada de las que interpretabas junto a Cris Morena en “Chiquititas”.
–De Dominici: Yo siempre hice infantojuveniles en los que trabajaba con compañeros más grandes. Eran historias livianas. En La fragilidad de los cuerpos no hay lugar para cuentos de hadas.
–El libro y la adaptación tienen una carga erótica importante, propia de los policiales oscuros.
–Palacios: En la novela, Lucio y Verónica tienen un vínculo sexual tan potente que hace que los personajes se potencien de una manera trágica. Con Eva no nos conocíamos y lo que nosotros hacemos en escena es bastante jugado, así que para mí era muy importante que ella se sintiera cómoda.
–De Dominici: Esas tomas no se ensayan, se cocinan en el momento, pero se dieron de manera fluida, porque veníamos trabajando otras escenas. Yo agradezco la generosidad con la que me trataron. Me encanta escuchar, aprender y tuve la suerte de estar rodeada de gente que ama su trabajo. Germán es un actor que tiene claro lo que quiere, que está muy plantado.
–Hace 15 años protagonizaste “Tumberos”, con dirección de Adrián Caetano. ¿Te parece que fue una experiencia fundacional, o al menos precursora en la TV argentina?
–Palacios: Visto a la distancia, está claro que Tumberos fue la bisagra. Formó parte de algo que venía de Okupas. Era una televisión que estaba tratando de contar otras historias, con directores de cine que se metían en los márgenes para hacerlo. Marcó un cambio como producto y en todos los que lo hicimos. Estamos en el tiempo de las series y creo que va a ser cada vez más común que los directores de cine se metan en la televisión.
–¿La aparición de Netflix cambió los paradigmas del trabajo televisivo?
–Palacios: Sí. Lo que me preocupa es que no nos afecte para mal y que la condición laboral de técnicos, actores y directores se pueda sostener por lo que valemos. En la Argentina estamos muy bien a nivel técnico porque se trabaja con mucha velocidad, pero no me gustaría que se monopolicen las prácticas y se paupericen las condiciones de trabajo.