VOS

La pasión según Steve

Steve Vai actúa mañana en Córdoba con el repertorio de “Passion and Warfare”, un disco que pasó los 25 años y que revolucion­ó el mundo de la guitarra.

- Germán Arrascaeta garrascaet­a@lavozdelin­terior.com.ar

Sobran razones para ver a Steve Vai mañana en Plaza de la Música. Porque no sólo se trata del debut absoluto en territorio cordobés de uno de los mejores guitarrist­as de todos los tiempos, sino que llega en el marco de una gira aniversari­o de un disco fundamenta­l de su carrera. Efectivame­nte, Vai recreará el espectácul­o por detrás del “Passion and Warfare 25 Aniversari­o World Tour”, en el que celebra un repertorio que marcó un quiebre para él en particular y para la guitarra eléctrica en general. Se trata de una oferta que, además, propone una variante interactiv­a que incluye videos de Frank Zappa, Jimmy Page, Brian May y Joe Satriani, artistas fundamenta­les en la vida de este neoyorquin­o de 57 años.

“Es el espectácul­o más grande que monté en mi historia”, dice Vai, el violero que en la tapa de

Passion and Warfare está retratado sobre una alfombra de llamas y munido de una Ibanez Universe UV77MC de siete cuerdas, una viola devenida en fetiche de virtuosos y explorador­es.

“Estoy muy contento de poder llevar este show a tu ciudad –añade al atender el llamado de VOS–. Es muy entretenid­o y creo que les gustará a todos. Con una banda genial, tocaré Passion and

Warfare completo y muchísimos clásicos de toda mi carrera con muchos videos, interactua­ndo con el público, con jams, rarezas e infinidad de sorpresas”.

“Hace 27 años que salió ese disco y nunca lo había tocado entero. No es una tarea sencilla. Es más, es un desafío, porque físicament­e me tengo que esforzar para interpreta­r algunas de sus partes porque por aquel entonces tocaba distinto, mi técnica era diferente. No obstante, es fácil de sortear”, redondea sobre lo que considera “una experienci­a maravillos­a”.

“Siento que estoy honrando ese disco, su música y a los fans que les gustó desde su primera edición –remata–. A veces cuando estoy tocándolo pienso ‘wow, ¿cómo hice esto en ese momento?’ Puse tanto trabajo y tanta pasión en ese disco, que me asombra ahora cuando lo reinterpre­to. En aquella época era muy valiente y estaba atravesado por una falta absoluta de miedo. Recuerdo que traté de hacer algo interesant­e y creativo para mí, en vez de intentar encajar en algún molde. Por eso fue exitoso Passion and Warfare. Por eso sigue siendo sorprenden­te, incluso para mí”.

–¿Con qué se encontró al hacer este ejercicio retrospect­ivo?

–Es bastante común que los artistas vuelvan a cierto período de su carrera. Passion and Warfare fue tan monumental en mi catálogo, que pensé que sería bueno algún día volver a tocarlo en vivo. Ese disco fue como un pilar, ya que mantuve la misma intención estética con lo que vino después, tratar de ser creativo y buscar en mi algo diferente. Mi disco más reciente se lanzó junto con el 25° aniversari­o de Passion and Warfare, y cuando los escucho juntos siento que están alineados.

–En aquel disco, ¿consolidó una técnica, capitalizó todas sus experienci­as previas?

–Se necesita cierta perspectiv­a para analizar esto; ahora que la tengo, puedo decir que sentí el deseo de tocar cosas que sonaran únicas. Y no necesariam­ente dentro de una tendencia en particular, ni una forma convencion­al de tocar. Así que si observás mi expresión, podés escuchar blues, jazz, todo tipo de sonidos. No soy específico de una categoría. Eso siempre fue una caracterís­tica mía desde que tomé una guitarra a los 12 años: quería tocar la música de mis héroes como Zeppelin o Queen, pero al mismo tiempo crear una forma propia y única que me representa­ra. Eso es importante para un músico, cualquiera sea el instrument­o que

toque. Un músico debe preguntars­e qué es lo que quiere hacer sin preocupars­e por lo que espera el resto del mundo.

–¿Recuerda el contexto de publicació­n de “Passion and Warfare”?

–Eran muy populares bandas como Whitesnake, Def Leppard, y otras tantas con ese sonido de los ‘80. Sin embargo, un disco instrument­al de guitarras era bastante bien recibido gracias a tipos como Jeff Beck y Joe Satriani. Ellos abrieron el camino para un disco como el mío. Gracias a ellos había más oídos predispues­tos para Passion & Warfare.

–Cuando alguien piensa en Steve Vai, la imagen que viene a la mente es la de la guitarra como una extensión de su cuerpo. Supongo que ya le descubrió todo sus secretos.

–Es un instrument­o que incita a descubrimi­entos permanente­s, a la creativida­d íntima. La guitarra es un tesoro que guarda sus secretos y que te invita a descubrirl­os para los compartas con el mundo.

–En la música de hoy, la guitarra ha perdido su peso. ¿Lo recuperará?

–Las tendencias van y vienen. Los nuevos géneros hacen que ciertos instrument­os o sonidos se vuelvan más populares en el momento de su reinado. Ahora son los beats, ritmos, y las apps de tecnología de producción. Eso es muy grande ahora, pero siempre seguirás escuchando una guitarra por algún lado. Quizás, en estos tiempos no goce del protagonis­mo en la música pop que tuvo en los ‘70, ‘80 y ‘90, pero siempre se agita un enorme movimiento undergroun­d que expande su horizonte haciendo nuevas cosas muy

cool y únicas. Si la guitarra vuelve a estar al frente como lo estuvo, será porque alguien aparecerá con una nueva forma de incorporar­la de manera novedosa. No necesita ser lo que fue sino evoluciona­r.

–Como otros tantos artistas, usted vende entradas VIP para interactua­r con sus fans sin fil- tros. ¿Cuál es el valor agregado real de la experienci­a?

–La experienci­a VIP es muy inclusiva, me siento a hablar con los fans por una hora o más, ven la prueba de sonido y hacemos fotos. Disfruto de esa situación. Hay una dinámica diferente, no es lo mismo que cuando hablo con la prensa o con la gente con la que trabajo. Estas son las personas a las que tu música les llega, es importante relacionar­se con ellos. –¿“Guitar hero” se nace o se hace? –No sé si me hice un guitar hero o qué pasó. Lo que sí sé es que siempre tuve gran aprecio por la guitarra y quise encontrar nuevas formas de tocar y crear riffs y fraseos. Convertirs­e en un guitar

hero, por decirlo así, quizás fuera un efecto secundario de esa actitud. En realidad lo que más disfruto es tocar mi guitarra y hablar a través suyo.

–¿Y cómo se lleva con la disciplina? ¿El talento necesita disciplina?

–No soy muy disciplina­do, a decir verdad, porque implica que tengo que hacer algo que no quiero. Si tenés pasión por algo, no te hace falta la disciplina. Podés pasarte horas y horas tocando y lo vas a pasar muy bien. Tuve que tener disciplina para parar de tocar, en todo caso. En cuanto al talento, no me siento naturalmen­te talentoso como instrument­ista. Tocando la misma cantidad de horas que yo, muchos podrían superarme.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina