VOS

“ShowMatch” y la temporada de verano

- Lucas Asmar Moreno Especial

Los números no cierran: el programa icónico de la Argentina empieza mañana y termina... nadie sabe. Hay 21 parejas disputando el certamen y aún suponiendo que pueda irse una por semana, cuatro meses no alcanzaría­n para cumplir con los plazos.

Al mismo programa tampoco le sería rentable precipitar las previas o los conflictos; allí está su valor agregado, en las tensiones de ese pseudo reality, un strip tease sentimenta­l que se acelera o desacelera según el rating. El testeo de la audiencia es fundamenta­l para que Tinelli sepa cómo ir potenciand­o a los mediáticos.

A su vez, estos mediáticos serán las figuras que acaparen las plazas teatrales de Mar del Plata y Carlos Paz. No olvidemos que en paralelo la productora teatral Dabope va designando los elencos de sus obras. ¿Qué pasa si el programa no termina? Las plazas deberán resignar a las figuras de mayor protagonis­mo, aquellas que más lejos llegaron en el certamen.

Sabemos que Carlos Paz construyó una lógica turística ofreciendo la transposic­ión televisiva sobre sus escenarios; la incertidum­bre del cronograma del Bailando no es un trauma menor. ¿Puede Carlos Paz autosusten­tarse sin el padrinazgo televisivo?

Existen hipótesis con respecto a los tiempos físicos del programa. Ninguna está confirmada porque si algo maneja con astucia Tinelli es el retaceo de informació­n para mantener de rehén a la audiencia.

La primera hipótesis, y la más obvia, es que el programa se extienda durante el verano. Sería la primera vez que sucede en su historia, enfrentánd­ose a la natural merma del encendido que traen los meses de enero y febrero. De todos modos ya hay una suerte de jurisprude­ncia con los “Soñando por Bailar”, emitidos en vacaciones. Esta primera hipótesis es la que más perjudica a la temporada teatral, manteniend­o cautivos a los mediáticos. Por ejemplo Flavio Mendoza, que figura como participan­te, no podrá protagoniz­ar su millonario Siddartha, aunque podría eliminarse en determinad­a fecha por contrato. Pedro Alfonso, que no participa del certamen pero sí de la temporada en Carlos Paz, deberá buscar alternativ­as en su marquesina o cambiar su fórmula al momento de pensar comedias. Universos en simultáneo que más que exponer el poderío de la televisión, exponen la debilidad de la oferta turística.

La segunda hipótesis implica un coitus interruptu­s: el show se detiene en Navidad y regresa en febrero o marzo, con los participan­tes que aún queden en camino. Si bien esta variable tiene cordura, es peligrosam­ente anticlimát­ica. No olvidemos que el Bailando necesita un pulso cotidiano, un desgaste psíquico tanto de jurados como de participan­tes que los obligue a actuar impulsivam­ente. Un receso le pondría paños fríos a las tensiones del show. Aún suponiendo que liberasen a los mediáticos para que hagan sus numeritos escénicos, las obras suelen llegar hasta marzo.

La tercera y última hipótesis es la más descabella­da: trasladar el “Bailando” a una plaza de verano. Este rumor fue dado a conocer en el programa de Fabián Doman pero nunca estuvo claro si pretendían emitir el programa desde allá, como suele hacerlo Mirtha, o convertir algún predio en un coliseo para que los turistas aprecien el show en vivo. En cuanto a logística es demencial.

Todas estas alternativ­as no se darán a conocer hasta último momento, permitiend­o un juego de seducción que habilite horas de debate en los programas satelitale­s.

Si el rating no acompaña, Bailando puede descartar dos parejas por ritmo y la agenda cerraría... bajo una sombra apocalípti­ca que haría ver 2019 con desconfian­za.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina