Ibarburu, el último destello guitarrístico de Spinetta
El guitarrista uruguayo participó del disco “Un mañana” y legó el solo de la canción “Tu vuelo al fin”. Hoy toca en Córdoba como parte del Trío Ventana.
Un mañana, el último disco de Luis Alberto Spinetta, tiene un momento culminante de inspiración y rock titulado Tu vuelo al fin. Para llegar a ese nivel de conmoción ayudó un solo de guitarra ardiente y lisérgico, que convierte a un movimiento de medio tiempo en una entidad volcánica.
Muchos le adjudican esa intervención al porteño Baltasar Comotto, un violero que también fue demandado por Indio Solari y Andrés Calamaro, porque fue él quien representó esta canción en los shows en vivo, incluido el de Las Bandas Eternas realizado en Vélez Sársfield, a fines de 2010.
Pero en rigor, el autor del último destello guitarrístico de la obra de Spinetta es el uruguayo Nicolás Ibarburu, que esta noche se presentará en Córdoba su nuevo proyecto, Trío Ventana.
“No sabía”, dice Ibarburu cuando VOS lo pone al tanto de esta confusión. E inmediatamente se enfoca en cómo era su relación con Spinetta. “Conocerlo al Flaco fue una bendición. Después de que me invitó a grabar en Un mañana, me prestó su estudio para mezclar mi disco Anfibio, que estaba terminando en ese momento”, rearma el músico, acostumbrado a apuntalar a los grandes solistas de su país (Jaime Roos, Rubén Rada y Fernando Cabrera, entre otros) y siempre solícito para proyectar en formato trío las tradiciones musicales rioplatenses.
“La grandeza y la generosidad del tipo fueron realmente sorprendentes porque apenas me conocía. Así que imagínate, estuve 10 días yendo a (el estudio de grabación) La Diosa Salvaje a mezclar... Y él pasaba todo el tiempo a escuchar, a tirar swing. Yo no lo podía creer”, completa Ibarburu, quien en ese contexto receptivo y de buena vibra se animó a mostrarle a Spinetta la canción Otra así para que filtre su voz. “¡Y le gustó!”, se emociona al recordar lo que fue “un sueño hecho realidad”.
De a tres
Pasando a la actualidad de Ibarburu, se impone su toque en el Trío Ventana, que comparte junto a su hermano Martín (batería) y Hernán Peyrou (teclados).
Se trata de un trío cancionero más que otro de músicos excelsos que se juntan para impresionar con su virtuosismo. La escucha de Amigo imaginario, su reciente disco, sugiere pura frescura, como si alguien hubiera propuesto un repertorio de composiciones para desarrollar libremente, con el aire templado pegando en la cara.
“El Trío Ventana nace de una dinámica de irnos juntos y compartir cada verano una quincena con nuestros hijos en el Cabo Polonio. La mayoría de las canciones fueron compuestas en ese contexto y en forma colectiva. De ahí también la sonoridad acústica y más íntima del proyecto”, releva Nico Ibarburu sobre el proyecto que consiguió una nominación a los premios Graffiti en la categoría “candombe – fusión”. “Estuvo buena la nominación pero no nos sentimos cómodos con ninguna etiqueta... La idea es justamente borrar fronteras más que crearlas”, dice sobre esa circunstancia.
Es evidente que todos en Trío Ventana están atravesados por la paternidad. Lo confirman la dedicatoria explícita en el álbum en general y la canción Ojos de niño en particular.
–¿En qué medida esta experiencia (la de ser padre, digo) determinó “Amigo imaginario”? A propósito, ¿quién es el “Amigo imaginario”?
–La dinámica de veranear juntos con nuestros hijos fue la que moldeó el proyecto, así que ellos están presentes en las letras, músicas y son parte fundamental de la esencia de Trío Ventana. Cuando estamos en el Cabo Polonio ellos vienen a todos los toques y participan. Somos una banda familiar. Y el amigo imaginario es ese lugar hecho de canciones que nos une.
–¿Habrá dedicación exclusiva a Trío Ventana o compartirán su desarrollo con otros proyectos?
–Los tres tenemos varios proyectos y van a seguir funcionando. De cualquier manera, estamos tocando muchísimo y cada vez más.