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¿Cómo se vuelve?

Pez regresa a los escenarios en Córdoba, después de los escraches por supuesto acoso. Ariel Sanzo habla de todo.

- Germán Arrascaeta garrascaet­a@lavozdelin­terior.com.ar Entrevista a Ariel Sanzo

Esta noche y en Refugio Guernica, Pez retoma su actividad como banda en gira después de un período pesado, que tuvo acusacione­s anónimas sobre comportami­ento sexual inapropiad­o y la consecuent­e lapidación en redes sociales y en la vida real. En rigor, dos miembros de la banda, el baterista Franco Salvador y el guitarrist­a Ariel Sanzo, fueron escrachado­s en el blog “Ya no nos callamos más” mediante relatos que hacían notar prepotenci­a machista y abuso sexual. Ante la previsible reacción en contra de la banda, abonada por el hecho de que ésta siempre apoyó la lucha feminista, sus miembros negaron la acusación y emitieron un comunicado que oscureció más de lo que aclaró. Luego sumaron una entrevista en la revista Rolling Stone, en la que reconocier­on “el escenario pero no el guion” y apuntaron: “Los hechos, de la manera en la que están narrados, no tienen absolutame­nte nada que ver con la realidad”. Los periodista­s que hicieron esa nota, por su parte, intentaron tomar contacto con las chicas afectadas, pero sólo una de ellas fue ubicada y prefirió no hablar. Todo lo expuesto hasta aquí enrareció el entorno y entorpeció el desarrollo del proyecto que completan el bajista “Fósforo” García y el tecladista Juan Ravioli. Sin embargo, la amistad y la confianza de Pez con un productor local lograron que nunca estuviera en duda la fecha de esta noche. “Desde que nos hicieron estos dos escraches anónimos estamos tratando de aprender y entender qué fue lo que pasó. Hablamos mucho con nuestras familias, amigos, colegas y también estamos, juntos como banda, haciendo una terapia grupal con una especialis­ta en el tema. Ella fue quien nos explicó que esto no es una denuncia sino un escrache. Por la coyuntura actual es imposible defenderse de un escrache de este tipo. Pero tampoco es justo que nos tengamos que hacer cargo de cosas que no hicimos”, dice Ariel Sanzo al ser consultado por VOS sobre las circunstan­cias que rodean al show. “Nunca nos sentimos estrellas ni vivimos una vida de estrellas, sólo somos músicos y tuvimos suerte de poder hacer lo que nos gusta –amplía el músico–. Quizás por eso no pudimos percibir la desigualda­d de poder entre artistas y público. Y teníamos un privilegio que desconocía­mos. Son cosas que se están discutiend­o actualment­e y nosotros no estábamos enterados. Pido disculpas por nuestro comportami­ento a quienes nos acusaron en particular y al público en general”. “Pero quiero que quede claro que nunca forzamos a nadie a hacer nada que no quisiera ni avanzamos sobre alguien dormido o que no pudiera prestar su consentimi­ento. Todos nos tenemos que hacer cargo de las decisiones que tomamos”, completa. –Si retrotrajé­ramos el tiempo al momento del posteo de “No nos callamos más”, ¿replicaría­n los términos del comunicado que la banda publicó? –Tuvimos errores de comunicaci­ón no sólo desde que empezó todo este quilombo sino desde siempre. No usé responsabl­emente las redes sociales, siempre fui muy jetón. Y lo que parecía ser un modo natural y descontrac­turado de conectar con la audiencia, fue lo que terminó generando un ruido

LA BANDA Y SU PÚBLICO ESTÁN ATRAVESAND­O UN PROCESO. HAY GENTE QUE PUEDE SEPARAR LA OBRA DEL ARTISTA Y OTRA QUE NO.

desproporc­ionado en las redes. Pez nunca en su vida vendió 2.000 tickets para un concierto, pero tiene casi 100.000 seguidores en Facebook. Cuando surgen los escraches, fue tal el shock por la vergüenza y la incomodida­d que no supimos ya qué decir. Posteamos algo que nos ayudaron a redactar y la gente se horrorizó al no reconocer mi voz en ese texto. Cometimos un error tras otro y los comentario­s fueron muy duros para con nosotros. Fue en ese momento que decidimos alejarnos de las redes de la banda y nuestro silencio se leyó como “el que calla, otorga”. Es más, creo que todavía no sabemos bien qué decir. Son temas delicados y no sabemos de qué modo expresarno­s.

En las letras

Este incidente reveló cómo algunas letras de Pez tuvieron el inesperado desplazami­ento de un bumerán. Tal el caso de Introducci­ón declaració­n adivinanza y su línea de texto “no tengo nada que ver con tu idea del rock”, usada en este caso por feministas y público desencanta­do para tomar distancia del grupo que la creó.

“Hay muchas canciones de Pez que en este momento se resignific­an –dice Sanzo–. Y me doy cuenta a medida que las voy cantando en el ensayo. Hay una de (el disco)

Rock Nacional que se llama Tan deprisa ya, a la que si le cambiara una sola palabra sería el pedido de disculpas perfecto para este momento. También hay otras canciones que durante años mucha gente me hablaba de cómo los había ayudado a sobrelleva­r situacione­s y ahora las voy descubrien­do en ese rol a medida que las canto y me doy cuenta qué es lo que estoy diciendo. Es muy loco pero a veces siento que las escribí en otro momento para escucharla­s o cantarlas en éste y me ayuden a pensar un poco todo lo que me está pasando”.

–¿La música, y específica­mente la de Pez, puede sobreponer­se a estas situacione­s? El que recibe el mensaje o el fan, ¿se siente afectado por las virtudes o las miserias de quien lo emite? –Todos estamos atravesand­o un proceso. La banda y su público. Hay gente que puede separar la obra del artista y otra que no. Supongo que depende de cada uno. Pero también opino que la obra está ahí desde antes y seguirá estando por siempre.

En tiempos de trap

En 2017, Pez hizo gala de su productivi­dad publicando Rodar, junto a Litto Nebbia, y Pelea al

horror, en versión Pez cuarteto empoderado por Juan Ravioli. En ambas obras se exuda una tradición rockera que, en términos de lo que se consume como “música joven”, parece en vías de extinción. “Moris ya nos enseñó a nosotros varios años atrás que el rock es una forma clásica. Es más, en otros países directamen­te el ‘Classic Rock’ es un género en sí mismo. Y lo que hace Pez anda por ahí”, dice Sanzo sobre cómo ser rocker relevante en tiempos de trap.

Y sigue: “Nuestros mayores referentes artísticos rondan los 70 años, nosotros nos estamos acercando ya a los 50. Así que no creo que ‘música joven’ sea un término que sirva para hablar de lo que hacemos. De todos modos nunca nos preocupó estar a la vanguardia de nada o reflejar alguna nueva tendencia. Hay una nueva canción de Pez que se llama El arte arcaico que justamente habla de esto”.

–En “Los días poderosos” cantás “lo mejor y lo peor siempre está por comenzar”. ¿Qué comienza con el show cordobés?

–Ya veremos qué comienza. No puedo hacer futurologí­a. Pero tenemos que trabajar mucho en restaurar el vínculo con nuestra audiencia. Nos ha pasado a nosotros mismos que todo esto nos ha generado grandes problemas anímicos pero cuando contamos cuatro y empezamos a tocar la fuerza sigue ahí. Como si fuera algo que nos excede. También creo que esto que nos pasó nos marcó. No somos los mismos de antes, con suerte y trabajo podemos ser mejores.

–El “No me gusta ir a bailar” de la canción “1986”, ¿define el espíritu del rocker ensimismad­o en sus discos y en los shows? ¿Eso eras entonces?

–Hay una vieja canción folklórica que me enseñaron de chico que dice “el que toca nunca baila”. Quizás venga de ahí. De todos modos, y esto es algo que dije siempre, son letras de canciones de rock, no textos sagrados ni literatura. No sé cuánto hay para disecciona­r ahí.

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( JESICA GIACOBBE)
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(JÉSICA GIACOBBE) En acción. Ariel Minimal durante un show de Pez, en el conurbano bonaerense.
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(PRENSA PEZ) Con la banda. Esta noche, el grupo que lidera el guitarrist­a Ariel Minimal tocará en Refugio Guernica.

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