Diego Torres responde sobre todo
Diego Torres habla de “Un poquito”, el adelanto de lo que será su nuevo disco de estudio. También se refiere a los consumos actuales de la música y recuerda al “Potro” Rodrigo.
–Acabás de lanzar la canción “Un poquito”, que deja en claro que nuevamente apostás a esa fusión pop-latina.
–En realidad, viene desde mis comienzos, yo me siento muy libre, y con el paso del tiempo veo que la música me dio la posibilidad de fusionar géneros como el reggae, el funk o la rumba, y así juntarme con muchos artistas. Y ahora, con este disco nuevo, que la gente va a conocer el año que viene, el primer tema es Un poquito, que arranca así, con un poco de reggae y luego como una base electrónica... Era una canción ideal para juntarme con un artista como Carlos Vives.
–El tema arranca diciendo que no está de moda enamorarse. ¿Creés que son los tiempos que corren?
–A lo mejor hay un poco de miedo al compromiso. Por las historias que alguno escucha de sus amigos, te ponés a pensar: ¿no hay una que te enamore para ir de viaje, salir o compartir un poco más de tu vida? Eso me quedó en la cabeza dando vueltas, pero al menos yo creo que no hay que tener miedo. Puede durar una noche, una semana o toda la vida, uno nunca sabe.
–¿En qué momento pensaste en Carlos Vives para esta canción?
–Fue como natural. Como aparecen las canciones, también aparecen los invitados. Uno siente como que la canción es para cierto invitado y así fue con Carlos, quien escuchó empezamos el tema a mandarnos y se enamoró. mensajes Así apasionados sobre cómo hacerlo, porque ambos somos así, y eso dio mucha frecuencia y mucha sintonía, lo que llevó también a que el video sea tan natural y en tono de comedia. Tenía ganas de hacer un video así y dejarme de hacer por un momento el épico y el bonito. Por eso también se sumó Natalie Perez, nos divertimos mucho.
–¿Qué podés contar del lo que será el próximo disco, que lanzás en 2019?
–Tengo Tengo muchas los canciones títulos, hay compuestas. un montón de cosas cocinadas, pero está bueno esto que está pasando de empezar a mostrar las canciones de a una. A mí me gusta esto, porque en definitiva antes era así. Hoy la gente tiene una locura de mucha intensidad y poca atención. Antes uno veía el disco entero, leía quién había tocado cada tema, veíamos las fotos, dónde se había grabado. Hoy las canciones pasan más rápido.
–¿No se pierde el disco como concepto así?
–Eso sin dudas, y estoy de acuerdo que se pierde. De hecho, esa es la finalidad de un disco, pero lo que está bueno hoy es mostrarlo en capítulos, canción a canción, como piezas de un rompecabezas en el que decidís qué entra y qué no.
–¿Cómo te afectan las tendencias de lo que se oye y está de moda a la hora de armar ese collage para el disco?
de –Uno la música tiene toda que la escuchó, información que escucha actualmente y la que viene, y a la hora de hacer canciones están guardadas sin dudas en uno. Yo he sido muy libre a la hora de componer. Lógicamente, buscás hacer esa canción que sea redondita, compacta. Que pueda llegar a mucha gente pero principalmente que le guste a uno, que es en definitiva quien la va a defender en el disco y arriba de un escenario. Todo sabiendo que la canción tiene que estar bien hecha, que sea clara con lo que dice y que tenga buenos arreglos.
–Estamos en pleno furor por la película de Rodrigo Bueno, “El Potro, lo mejor del amor”.
¿Pudiste conocerlo a él? del –Hay con accidente Rodrigo, una historia él se porque encuentra muy la particular noche con Fernando Olmedo (hijo de Alberto Olmedo) en El Corralón, un lugar donde estaba comiendo con Pepe Parada. Fernando era un gran amigo mío, yo me lo llevé de gira en avión, en tren, en camioneta, en patineta… Yo estaba de gira en México, y cuando me llamaron para darme la noticia fue un golpe muy, muy duro. Fue la muerte de un gran amigo, con Rodrigo, que era un chico joven al que le estaba yendo fenomenal con su música. Fue un hecho muy trágico y muy triste. Yo lo viví a través del lazo afectivo que tenía con Fernando, a quien después le compuse una canción llamada A través del tiempo. Lo de Rodrigo fue uno de esos fenómenos que pasan rápido, pero que iluminan.