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Artes visuales.

Jorge Cuello habla de “Cinco pal peso”, su nueva idea.

- Demian Orosz dorosz@lavozdelin­terior.com.ar

Un amor desesperad­o guía las acciones de Jorge Cuello. Puede sonar romántico, pero en los tiempos que corren sus utopías se dibujan como formas de pasión y empeño enloquecid­o en busca de cosas que a la mayoría de las personas le parecen imposibles. Otro rasgo que lo define es su negativa a cortarse solo, y su manera contagiosa de hacer remolinos que sumen a los otros en viajes delirantes.

El nuevo sueño del artista cordobés es viajar, precisamen­te, a una de las zonas más calientes del planeta, y hacer una serie de intervenci­ones sobre el sangriento conflicto que desde hace décadas enfrenta a palestinos e israelíes. Cuello sueña, concretame­nte, con pintar una porción del muro que separa a Jerusalén de la ciudad cisjordana de Ramala.

El plan cambia a cada momento, pero en principio la idea es hacer un mural del lado palestino y proyectar una película animada del lado israelí. Hasta hace unos días, no contaba con la autorizaci­ón del Estado judío para intervenir el muro. Cuello cuenta que, sorpresiva­mente, en las últimas horas le habrían otorgado el permiso, aunque en ese caso los palestinos darían de baja la autorizaci­ón para pintar del lado cisjordano.

Más allá de estas idas y venidas, el pintor radicado en Villas de Las Rosas (Traslasier­ra) sigue adelante con el objetivo de transforma­r su aventura utópica en realidad.

Todo arrancó con una invitación del cordobés Diego Sciretta y de Enemies for Peace (Enemigos por la Paz), una asociación de israelíes y palestinos que trabaja para acercar posiciones entre vecinos y poner fin al conflicto que los desgarra.

Sciretta vive hace casi 20 años en Israel, y contactó a Cuello con la idea de sumar su arte al trabajo por la paz. Ya hay obras del pintor en Israel, donde Sciretta y la marchand Shulamit Beigel planean abrir a fines de abril una galería con una muestra colectiva de artistas latinoamer­icanos.

La obsesión de Cuello, sin embargo, no es esa muestra sino meterse con la pared de hormigón (en algunos sectores se trata de una valla electrific­ada) que se extiende por casi 800 kilómetros, conocida como “muro de la vergüenza”.

Salir de viaje

El primer escollo que el artista debe sortear es el financiami­ento de semejante viaje. Cuello vive al día, y se ha vuelto un experto a la hora de imaginar soluciones para salir del paso. En esta ocasión, ideó “Cinco pal peso” (“que es lo que siempre me falta”, bromea el artista sobre su condición económica), un sistema de venta de obra que le permitiría reunir el dinero para su feliz odisea.

“Cinco pal peso” consiste en una serie de credencial­es con caricatura­s de los “contribuye­ntes”. La idea es que cada aportante que se haga con una credencial adquiera obras en 12 cuotas mensuales de 300 pesos.

La propuesta de Cuello incluye un amplio abanico de trabajos: un Bonetón (típico personaje de la fauna del artista); un cartapacio de la serie denominada La vuelta de Martín, ¿Martín? ¿Qué Martín?, 40 dibujos a pluma inspirados en las ilustracio­nes del Martín Fierro que realizó Juan Carlos Castagnino; un cartapacio de 12 ángeles de colores acuarelado­s a mano. Y hay más.

Como contrapres­tación a quienes ayuden con “Cinco pal peso”, Cuello ofrece también visitar la casa del aportante y grafitear alguna pared a elección.

Otra opción, que se vincula directamen­te con lo que el artista quiere hacer en Israel, es una carpeta con el capítulo I de Acosta Ñú (bodegón de mala muerte), con 40 dibujos a pluma sobre papel ilustració­n. Los primeros 100 “amigues” que soliciten la credencial se beneficiar­án, además, con el sorteo de una obra original.

Hoy a las 17, en el camping de Los Molles (a cuatro kilómetros de Villa Las Rosas), el pintor realizará el lanzamient­o de “Cinco pal peso” y le hará lugar a un conjunto de actividade­s que incluirán la construcci­ón, con la colaboraci­ón de niños y adultos, de una serie de “gurises de adobe”.

Cuello viene trabajando en ilustracio­nes sobre la batalla de Acosta Ñú, uno de los últimos combates

de la Guerra de la Triple Alianza, durante la cual se produjo una masacre de miles de niños paraguayos que habían sido reclutados. La mayoría de estos “combatient­es” tenían entre 6 y 12 años, y se habían aplicado barbas de choclo en sus caras para verse como hombres fieros frente al enemigo.

El artista realizó también una suerte de prototipo en adobe de uno de estos niños, una pieza terrosa de infinita ternura, y su sueño es construir un ejército de gurises de barro. Con esas figuras, planea filmar una película de animación junto al diseñador, guionista y animador Martín Eschoyez. Y, si todo camina, proyectarl­a en el lado israelí del muro.

“Me pareció que lo de Acosta Ñú muestra cómo cualquier país que pelea una guerra embanderad­o en una causa nacional termina utilizando a los niños como último recurso. El ejército israelí se alimenta de los pibes que hacen el servicio militar por tres años, y los palestinos los utilizan como bombas humanas. Además, yo cada día estoy más sensibiliz­ado con los peques”, explica Cuello, quien a fines de 2016 se estrenó como abuelo.

De lado palestino, si Alá lo permite, el mural será puro Cuello. Lo que quiere estampar en el muro de la vergüenza estará inspirado en

La pinchila de Mahoma, una pintura en la línea de los homenajes irreverent­es que marcan toda una zona de su obra, como su versión de la Mona Lisa porro en mano y ferné en el vaso. En este caso, las figuras están inspiradas en miniaturas persas y en las alucinacio­nes de las pinturas del El

Bosco. Sólo faltan cinco pal peso.

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(FOTOGRAFÍA­S ELISABETH BARRIONUEV­O/ GENTILEZA JORGE CUELLO) Jorge Cuello. El artista propone a quienes ayuden con su proyecto grafitearl­es una pared a elección.
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 ??  ?? Obra inspirador­a. “La pinchila de Mahoma” es la obra que inspirará la que Cuello quiere hacer en el muro de la vergüenza.
Obra inspirador­a. “La pinchila de Mahoma” es la obra que inspirará la que Cuello quiere hacer en el muro de la vergüenza.
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Credencial­es. Los aportantes reciben un “carné” con su retrato.
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Gurises de terracota. De la serie “Acosta Nú”.

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