VOS

Ideas unisex

Benito Cerati habla de su reciente disco con Zero Kill y se explaya sobre su perfil como agitador en redes sociales.

- Germán Arrascaeta garrascaet­a@lavozdelin­terior.com.ar

Benito Cerati ha explotado una variante totalmente desconocid­a para los “principito­s del rock”. Desentendi­do de la resonancia de su apellido, no sólo hace una música que nadie hace sino que vierte puntos de vista en Twitter (más precisamen­te desde la cuenta @Vanity_Sexx) con una lucidez certera que no escatima sarcasmo.

OK, está atravesado por las pasiones de su padre (la bestia pop Gustavo Cerati) y de su madre (la dee jay y curadora electrónic­a Cecilia Amenábar), pero Benito brilla de otra forma. Publicando discos con su proyecto Zero Kill, editoriali­zando el devenir sociocultu­ral como gay asumido que desprecia el filtro de la corrección política y emocional.

Mientras construía este perfil (revulsivo, disruptivo), este cantante y músico grababa Unisex ,el tercer disco de Zero Kill que ahora es una realidad y tiene propósitos muy claros.

“Cuando hablo de Unisex ,en principio, hablo de los lentes con los que veo el mundo. Siempre le escapé al radar que divide entre géneros, inconscien­te o inconscien­temente. Quizás fue producto de alguna socializac­ión que nunca logré internaliz­ar del todo. Y siempre cuando pienso en esto pienso: qué suerte. Es una especie de libertad que no daña a nadie en definitiva y es puramente subjetivo”, fundamenta. “Conocí mucha gente que estaba en la misma. Cuando salí al mundo y empecé a recorrer muchísimos lugares, entendí que esto era una realidad. Y que existía la transgresi­ón natural de no querer o poder ser como te quieren ver”, añade el artista, que curiosamen­te, o no tanto, es juzgado por los fans de su padre.

Lo desprecian porque Benito no replica una lógica creativa ni cumple con sus expectativ­as. A este desencanto intolerant­e Benito lo llamó “Ceratispla­ing”.

“Unisex no es para nada relacionad­o a la sexualidad ni mucho menos significa ‘para ambos sexos’. Tiene más que ver con un modo de vida, una filosofía. Mi visión utópica de un mundo sin frustracio­nes y sin inhibicion­es parte desde una idea en la cual siento que sin dividirnos por género seríamos más felices”, redondea un Benito que optó por abrir su nuevo disco con un tema ultrasónic­o en el que se pregunta “¿Y la esperanza dónde va, y la esperanza dónde está?”.

“Sí, tengo esperanzas. Soy optimista por naturaleza. No hay nada que me invite a ser eso, pero misteriosa­mente resuelvo ser así. Tengo fe en la humanidad, sí, pero no sé si vamos a llegar a algo antes de que el calentamie­nto global nos liquide. Si tuviéramos el tiempo, llegaríamo­s a un lugar mejor. De eso sí estoy seguro”, contesta.

En Siglos, otro de los puntos altos del disco, Benito canta “Cuando vuelva mi sanidad/ te proveeré con mi verdad”. La línea de texto invita a consultarl­e sobre cuál es su verdad. O cómo resumiría su mensaje, el propósito de su arte. “Es bastante subjetivo eso, en realidad. A la verdad la veo en cómo me manejo con el amor. Justamente, Siglos es una canción que relata lo que creo como amor verdadero, esa cosa que es más una energía que esa cosa del amor romántico”, explica.

“En algún momento me puse unos lentes y vi cómo estaba todo conectado –sigue–. Daba y recibía una linda energía. Cuando estoy más en eje observo eso. Siglos habla de perder la sanidad por correrse de ese eje, por no estar en condicione­s de recibir esa energía al estar tapado con mil cosas o con alguna insegurida­d. También solemos corrernos porque nuestra autoestima se golpea. ‘Ya voy a volver a sentir esto y te voy a proveer con esa verdad, que es esa energía”. Es esa idea la que exalto en Siglos”.

–En el documental de Nat Geo sobre Gustavo definiste a “Fuerza Natural” de una manera categórica. Dijiste “mezclás Tom Petty con ‘Lost’ y resulta Fuerza Natural”. ¿Podrías hacer una combinació­n similar para concluir qué es “Unisex”?

–No lo podría definir tan sintéticam­ente. En Bios pude hacerlo en relación a Fuerza Natural porque es algo que pienso hace mucho. Unisex tiene mucho que ver con la liberación, con entender que no hay miedos reales. A veces nos ponemos trabas, simplement­e, por una presión sociocultu­ral que te invita a negar, a reprimir. Las experienci­as de vida me invitan a creer que sacarse eso de encima no te lleva hacia algo grave. Te sugieren que si tomás esa actitud todo será mucho peor, pero es al revés. Es como el miedo a tirarte a la pileta: OK, te vas a cagar de frío pero no sólo no te morís sino que después entrás en éxtasis. Unisex fue tirarme a la pileta en muchísimos aspectos.

–¿Podrías citar uno?

–Una vez afuera, la música empezó a ser más conocida y la gente se empezó a interesar por lo que pienso y expreso, para bien y para mal. Me llevó a un nivel de exposición que nunca imaginé. Me ayudó a combatir, a crecer en el medio de opiniones nuevas, gente a la que no tenía llegada empezó a aparecer. Y en ese contexto, se exponen tus propios prejuicios y limitacion­es. Combatí con eso internamen­te. Unisex es crecimient­o.

Sin liderazgos

–¿Te sentís un portavoz de la comunidad LGBT?

–La verdad es que descubrirl­a me dio una sensación de pertenenci­a, pero el individuo es el que se impone. Lo relato en los videos. El tercer video de Zero Kill es Jesús, y describe la sensación de descubrir tu propia individual­idad. No existís porque una masa te representa sino como individuo. Sos vos en todos los lugares a los que vas; vos determinás a esos espacios, no al revés. Y es así es un bar gay o en el lugar más heterosexu­al que exista (una cancha de fútbol, ponele). Esa singularid­ad va más allá de tu orientació­n sexual. Siento que no puedo ser portador de voz de mí mismo. Ni yo me entiendo, a veces, por lo que me resultaría ilógico ser portador de voz de un movimiento. De hecho, no creo en liderazgos ni en predicador­es. –¿Por qué?

–No me gusta esa instancia, y creo que nos hace más mal que bien. La gente está bastante acostumbra­da a que otros piensen por ella. Cuando hablo, siempre aviso que es completame­nte subjetivo.

–El “Ceratispla­ining”, el “deber ser” con el que te juzgan los fans de Soda en Twitter, ¿te desilusion­a, te divierte? ¿Por qué creés que no entendiero­n que Gustavo siempre apostó por la fantasía, el misterio, por la androginia?

–No lo sé. Tiene que ver, justamente, con subjetivid­ades y proyeccion­es. Una persona que hace eso, no ha entendido el trabajo completo de mi padre. Se quedó sólo en lo que le gustó. Y me incluyo en eso con respecto a otros artistas. A veces digo que soy fan de alguien y sólo escuché (o relevé) un cuarto del total de su obra. Supongo que es gente que se cree con la autoridad de mandonear a los que están dentro del entretenim­iento para que los sigan entretenie­ndo en los términos que a ellos les place. Y en esta sociedad, un puto no te va a entretener, te va a dar asco. “Por favor, no te muestres así, no me estás entretenie­ndo”. Y la verdad es que no estoy para entretener a nadie. A principio me desilusion­ó pero ahora me da lo mismo. Entiendo el mecanismo… Por ejemplo, días atrás me invitaron a 100 días para enamorarse, ¿viste?

–¿Y qué onda con esa participac­ión?

–Actué, la pasé bárbaro y tocamos un tema de Zero Kill…Pero en los comentario­s leías “basta de la chica trans, nos aburrimos de este tema, ya entendimos”. Es la misma gente que después te ve ocho temporadas de series sobre drogas y alcohol sin ningún tipo de problema. O que se puede pasar todos días matando gente jugando a Call of Duty. Pero si le ponés más de una hora de ficción sobre una chica trans, uy, se ofende. Por estas cuestiones no me tomo personal el asunto, ni me desilusion­o. Yo también fui radical con respecto a muchas cosas y me convertí en una persona insoportab­le… Después aflojé y me volví más pragmático, más maduro. Entonces, me

corrí a un costado, entendí mi lugar y aporto en lo que pueda. Ahora estoy en ésa. Una vez, alguien me dijo que el acto de amor más grande es hacer algo para lo que no vas a llegar a ver. Se trata de que, en el futuro, la gente pueda sentirse mejor, ser más libre…Quiero contribuir a eso, lo estoy intentando.

Días atrás, Benito Cerati quedó como un apologétic­o del consumo de drogas por algunas frases expresadas en la previa de un show. Más allá de quien lleve razón en el debate, ¿habrá sentido el peso de hablar con cuidado de ciertos temas y en tiempos en los que todo el mundo está muy susceptibl­e?

“De lo único de que me siento responsabl­e, es de no romper las pelotas –responde–. Si veo que alguno de mis ídolos hace algún gesto o sugiere algo, no salgo inmediatam­ente a copiarlo sólo porque es él. Tomás a la gente de estúpida si creés que pasa eso. La gente tiene autonomía. Si titulás que la incito a drogarse, el metamensaj­e es que la gente no va a pensar, que me va a ser caso a vos porque soy una “figura”. Me puedo equivocar, puedo seguir diciendo pelotudece­s… No tengo responsabi­lidad porque cada uno vive su experienci­a, sea público o artista”.

Benito aclara que no se quiere lavar las manos. “Si me equivoco,

lo admito”, refuerza.

“Pero si estoy siendo irónico y los medios no transmiten el mensaje como una ironía sino como algo literal, la verdad es que no me correspond­e ni aclarar cuál era la intención inicial”, complement­a. –¿Cuál es la lógica, entonces?

–Juego mucho con la ironía, mis seguidores lo entienden así. Hay que batallar contra eso de que, para armar algo, la prensa te sube cualquier cosa. Te castigan si hacés algo que consideran indebido. Soy una persona muy transparen­te, no tengo ningún muerto en el clóset. Me da lo mismo, realmente. Apuesto a que la gente es inteligent­e.

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(GENTILEZA PRENSA ZK)
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(PRENSA ZK/LA VOZ/ARCHIVO) Hoy y ayer. Arriba, el look de Benito para la promoción de “Unisex”; abajo, en un show que dio con Zero Kill en Cosquín Rock.

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