Sr. Les Paul
Slash regresa a Córdoba para revalidar sus laureles como uno de los mejores guitarristas eléctricos del rock.
En la entrevista que dio a VOS algunos días atrás, Slash no se consideró a sí mismo un guitar hero, denominación que los fans suelen conceder a aquellos guitarristas que no sólo dominan el instrumento en un sentido técnico, sino que además presentan un estilo muy característico. “Es una etiqueta que otra gente ha sido lo suficiente bondadosa como para asignármela”, reconoció el músico con modestia, pero sus riffs y sus solos de guitarra en las canciones de Guns N’ Roses han marcado a buena parte de una generación, la X, que hoy tal vez ya peina canas, pero mantiene inalterable su afición por el rock.
Son tiempos en que los hits actuales prescinden de la guitarra, al menos como se la entendió hasta hace algunas décadas: con una presencia melódica central en una canción. Eso no significa que el rock haya muerto ni mucho menos, pero es innegable que en este siglo ha perdido poder e influencia en la cultura de masas. Por eso, una visita como la de Slash a Córdoba sirve para refrescar la memoria: aunque sea durante el lapso de un concierto, vivir la música como se lo hacía antes, con headbanging, pogo y otros rituales propios de la adrenalina rockera.
Si el párrafo anterior suena nostálgico es porque la música de Slash también lo es. Junto a Myles Kennedy and The Conspirators, su grupo de acompañamiento, todavía apuesta a ese hard rock de válvulas calientes, largas melenas y pantalones ajustados. Rock clásico, en definitiva, en el que Slash y su Les Paul –el modelo emblemático que lo volvió un ícono– brillan por su presencia. Sí, el guitarrista de cabellera enrulada es un guitar hero y de los mejores. Supo captar el nervio y el sentimiento del blues para adaptarlo al vértigo rockero que proponían Axl Rose y el resto de los Guns. Por fortuna, su buen gusto sigue intacto.