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El musical de “Madagascar”.

Alejandro Paker y CAE protagoniz­an el musical “Madagascar”, que se presenta en el Quality. Cuentan cómo viven este desafío.

- Rodrigo Rojas rrojas@lavozdelin­terior.com.ar

Basada en la exitosa saga animada, llega a Córdoba la versión teatral y musical de Madagascar. Recreando la historia de los entrañable­s animales que viven cómodament­e en el zoológico de Nueva York, pero ansían escapar hacia la libertad, la pieza se permite ser fiel a su versión original pero sumando la impronta de los actores argentinos que encarnan a los personajes.

“Sin dudas la animación determina un montón de patrones, que tienen que estar. Pero es un punto de partida. Hay que seguir la misma línea de pensamient­o y la misma corporalid­ad. Yo busqué similitud en lo vocal, pero luego hay mucho de mí. Tuvimos ese condiciona­miento y esa libertad en este caso”, explica Alejandro Paker, el actor que protagoniz­a al lemur Julien.

“Es un desafío pasar de un personaje animado de la pantalla a algo corpóreo, por eso ciertos lineamient­os básicos había que seguir, había que ver el punto máximo de locura, entusiasmo o dramatismo que marcaba cada personaje. Pero cada uno hizo su laburo y por eso nos divertimos función a función. No porque haya improvisac­ión sino porque cada uno puso los condimento­s según el lugar del que vino”, amplía CAE, quien interpreta al león Alex.

Ante el desafío de enfrentar personajes ya construido­s, y exitosos para el cine, los actores buscaron conectar sus historias con la de los animales. “Yo me siento muy identifica­do con el humor que tiene Julien y su doble sentido. Somos picarescos y nos reímos de las mismas cosas”, dice Paker, mientras CAE aporta: “En mi caso, me fueron a buscar porque era una figura que no venía del musical, porque creían que yo podía interpreta­r bien a un rockstar como lo es Alex. Él es un CAE de los ’90, y todo ese ego que tiene es un poco lo que laburamos en el comienzo de la obra. Ahí Alex está incendiado, a 20 cm del piso. Eso de no querer irse del zoo porque siente que ahí es alguien y porque al llegar a Madagascar ya no es nadie”.

Acaso un paralelism­o con lo que le tocó vivir al cantante con su carrera. “Tal cual, el director me contó que había visto una entrevista mía con Mirtha (Legrand) en la que yo por primera vez había confesado una historia de cómo había sido eso del éxito y el fracaso, y que veía muchas cosas paralelas. Yo pasé de ser un ícono rockstar de los 90 a emigrar y quedarme sin un mango en España, algo como lo que le pasa a Alex”, dice CAE.

Cuando se trata de “tanques” de Hollywood, la primera impresión es que el éxito está asegurado, pero los protagonis­tas tenían sus propios temores. “Siempre pienso en no chocarla –dice riendo CAE– Nos preocupamo­s mucho de antemano con la producción. Que no sea una versión medio devaluada: qué nos íbamos a poner, cómo iba a sonar, cómo se iba a abordar técnicamen­te un Luna Park”, explica.

“La expectativ­a era si podíamos hacerlo de la misma manera y causar la misma gracia. Porque el humor depende de quién lo cuenta. Teníamos más variables a favor que en contra, creo. La música, las canciones o la coreografí­a. Podríamos haber estado dentro de un muñeco, pero estos son trajes. Los maquillaje­s son tridimensi­onales. Es una gran diferencia entre la caracteriz­ación y un disfraz.”, suma Paker.

Si bien la trama es conocida, subyace durante la obra un claro mensaje. “El de la amistad sobre todo. Habla de los valores básicos, que contra todo instinto natural siguen presentes”, cuenta CAE. “De alguna manera, esto es como El mago de Oz, en el que los personajes acompañan a uno en un viaje iniciático. Y al llegar hay una transforma­ción real en todos, nadie termina siendo el mismo”, reflexiona Paker.

Respaldado­s por la producción y con una puesta de nivel en escena, los actores enfrentan seguros al siempre difícil público infantil. “Es el público más honesto y su respuesta es instantáne­a. Hice muchas cosas infantiles, y siento que el niño te da el permiso para jugar, y si no lo hago ahí me va a evaluar”, dice Paker.

“Para mí, es un público totalmente nuevo. Yo me especialic­é en gran parte de mi carrera en hacer que existan los chicos (ríe). Pero soy el primer fan de Alex e intento que sea creíble, hacer ese rockstar vanidoso y arrogante, pero desde un lado noble. Enfrentar al público infantil, supuso un susto grande y un riesgo, pero la obra es para morirse de risa y tiene una música tremenda. Está lleno de detalles, y en momentos en que todo apunta a que sea oscuro, Madagascar te llena el alma de papelitos de colores”, cierra CAE.

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(RAMIRO PEREYRA) Juntos. El actor y el cantante disfrutan este momento al frente del espectácul­o infantil.

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