Entre el revival y el empoderamiento
La nueva versión de “Los ángeles de Charlie” presenta una distribución de géneros realmente diferente.
Los ángeles de Charlie de 2019 es el tercer filme basado en la serie televisiva de la década de 1970 y está producido, guionado, coprotagonizado y dirigido por Elizabeth Banks (también actriz, trabajó en varias comedias románticas e interpreta a Effie Trinket en Los
juegos del hambre ).
En esta oportunidad, los tres ángeles son Kristen Stewart, Naomi Scott (Aladdin) y la debutante Ella Balinska que deben, por supuesto, salvar el mundo.
Y aunque hemos nombrado solamente a mujeres, leer esta nueva versión de Los Ángeles de
Charlie en términos de exploitation u oportunismo, como un filme que se sube al tren del feminismo, es perder la oportunidad de ver una película que realmente presenta una distribución de géneros diferente.
Aunque las tres protagonistas son mujeres y luchan solamente contra varones, no se remarca ninguna destreza o falencia referida al género y, lo más llamativo, ninguna de ellas está ubicada en el relato en conexión con una relación amorosa.
En el fuera de campo, lo que no vemos, están todas las decisiones que tomaron Banks y Drew Barrymore (una de las productoras y antigua protagonista de las versiones de 2000 y 2003), como que la banda sonora sea cien por ciento cantada por mujeres o que el videoclip del corte de difusión sea dirigido por una mujer.
Lo interesante es que la película no es promocionada haciendo uso de los datos anteriores. Eso sí sería oportunista.
Sin embargo, podemos mencionar cientos de filmes realizados por varones casi en su totalidad. por ejemplo, los protagonistas de
El irlandés, la última película de Martin Scorsese que acaba de estrenar Netflix, son todos varones y la banda sonora es 100 por ciento cantada por varones. Y nadie está diciendo que es un filme masculino.
El desafío es, entonces, no hacer de la feminidad un tema, una diferencia. Así como la homosexualidad o la etnia tampoco lo son. Lo importante es que el relato pase por otro lado, que a los personajes les sucedan cosas por ser personas y no por ser gays, de color o mujeres.
Y Hollywood no parece tener problemas con el empoderamiento femenino y con el hecho de que el 80 por ciento del tiempo de pantalla esté ocupado en este caso por mujeres fuertes, inteligentes e independientes.
Ahora bien, lo que Hollywood aún no acepta bajo ningún concepto es la fealdad, en ninguna de sus formas.