Series. Una de suspenso y terror desde España
La serie “El internado: Las Cumbres” es una nueva versión de la aclamada ficción española “Laguna Negra”. En Prime Video.
Las series españolas tienen particular impacto en el público argentino: La casa de papel, Élite, Velvet, Vis a Vis, El ministerio del tiempo, Patria , Las chicas del cable y la lista podría seguir.
Amazon Prime Video viene promocionando con fuerza su nueva criatura producida en el país europeo: El internado: Las Cumbres, una buena candidata a engrosar la lista de hits españoles para ver en streaming. El internado: Laguna Negra fue una popular serie que estrenó en 2007 y tuvo siete temporadas. Incluso llegó a ser incluida en el ranking de los mejores formatos televisivos de los últimos 50 años por la consultora estadounidense The WIT. Las Cumbres es el reboot (reinicio) de esa historia, con nuevos personajes y algunos cambios necesarios para actualizar la propuesta, pero buscando continuar con el espíritu de su antecesora.
¿De qué va la serie? Un viejo monasterio convertido en internado es el lugar donde vive (o mejor dicho, sobrevive) un grupo de jóvenes rebeldes y problemáticos. Las reglas y la disciplina del lugar son de dudosa pedagogía y tienen más puntos en común con una prisión que con un colegio.
Todo lo que ocurre en ese tétrico castillo maquillado de escuela es traumático y peligroso, pero lo que está fuera de sus paredes parece ser peor. La construcción está rodeada por un acantilado, montañas inaccesibles y un bosque misterioso con leyendas terroríficas. Los protagonistas viven encerrados en una pesadilla, y pensar en salir de ella implica meterse en otra pesadilla, desconocida y tal vez mortal. Están atrapados.
La idea de un internado y un grupo de adolescentes problemáticos invita a pensar en una serie teen, de esas que abundan por estos días. Sin embargo, El internado: Las Cumbres se corre de ese lugar y le esquiva a los típicos clichés de las historias adolescentes en colegios. En su lugar, ofrece una historia oscura, donde hay situaciones de mucha crueldad psicológica y física; con jóvenes más preocupados por su integridad y por su vida que por cuestiones típicas de su edad.
Lo que comienza como un drama de a poco va mutando en thriller yen terror. Los elementos fantásticos empiezan a surgir y los más desprevenidos se taparán los ojos cuando menos lo esperen. Porque si bien la serie insinúa más de lo que muestra, cuando decide mostrar, el impacto es fuerte y deja poco a la imaginación. Por fortuna, esas situaciones son pocas.
El arte de la ficción es el primer gancho para no soltarla. El monasterio en que ocurren los hechos y sus alrededores son oscuros, lúgubres. La bruma invisibiliza todo y la sensación de angustia es constante. Aunque se ve tecnología y autos que marcan la época, hay un elemento atemporal que recorre la serie, en el vestuario, las locaciones, los modos en que hablan los personajes…
Las actuaciones son desparejas, aunque en general se luce el elenco juvenil. La música indie pop aparece en escenas que funcionan como videoclip y dan un poco de aire entre tanta opresión. El tema final de cada episodio se llama Corre y es una belleza.