“Pipi y los argonautas”, una obra de aventuras, más allá de los miedos
El teatro Ciudad de las Artes recibe al grupo Itinerante, que dirige Verónica Aguada Bertea, con una propuesta para todas las edades. Mañana, única función.
Llega el estreno, en única función, de Pipi y sus argonautas, la obra del mejicano Xavier Villanova sobre el cuento de la escritora sueca Astrid Lindgren y Pippi Calzaslargas, la niña que va en busca de aventuras.
Verónica Aguada vuelve a dirigir después de un año de inactividad en los escenarios. Aun así, la directora de La diva y Desahucia, entre otras obras, se doctoró en 2020 con una tesis sobre dirección actoral en las obras del teatro de Córdoba.
En charla con Verónica, surgen las cuestiones que puso en marcha cuando el grupo Itinerante Teatro la invitó a dirigir la obra.
“El grupo estaba trabajando con Noe Trento, pero como ella por la pandemia se volvió a La Pampa, me llamaron”, dice.
Para las infancias
Frente a la obra de Villanova, la directora ligó el material al tema de la inteligencia emocional. “Doy clases a futuras maestras de nivel inicial y hay algo que solemos problematizar en relación a ‘no infantilizar al infante’. Tiene que ver con no subestimarlos y pensar desde dónde se les habla. Me gusta pensar que la obra no es solo para niños y niñas, porque yo me divierto en los ensayos. También dialoga conmigo. Obviamente no excluye a los niños porque no es una obra oscura como otras que no son recomendables para chicos”.
La directora leyó mucho sobre el teatro para las infancias, un interés que la relaciona con la actriz Chili Peralta y el director Guille Baldo, de La niña que fue Cyrano.
En esa línea se plantea qué se está produciendo para las infancias. “El diálogo no puede ser planteado desde la adulta que dice cómo son las cosas, sino animarnos a sumergirnos en las problemáticas. Para mí el texto tiene que ver con los miedos, por una parte, y el viaje al pasado, por el otro”.
En esta nueva aventura, Pipi, cansada de que los trofeos se los lleve uno solo cuando se ha ganado en equipo, está dispuesta a cambiar esa situación de una vez por todas. Para eso elabora un plan maestro: modificar el pasado para que el presente sea como lo sueña. Convoca a sus amigos Tommy y Annika a una junta extraordinaria para buscar un libro mágico lleno de mitos y leyendas. El libro es su máquina del tiempo.
Villanova incorpora en la versión teatral del cuento los personajes de Jasón y Medea. A partir de allí se desatan una serie de tragedias.
Cuenta la mitología griega que Jasón va en busca del vellocino de oro para recuperar el trono de su padre. Medea, bruja y hechicera, lo ayuda. Pero Jasón no comparte con ella el premio. En la historia Tommy alcanza el trofeo y no quiere compartirlo.
La obra pone en contacto a los espectadores con las aventuras que encaran Pipi y sus amigos a pesar de los miedos. Juntos aprenden a compartir.
“Es importante validar emociones que no son las emociones más funcionales al capitalismo. Nos dicen que hay que estar siempre contenta, proactiva, ser valiente. Tenemos que habilitar la posibilidad del miedo. Eso no sólo habla a los niños y niñas”, señala la directora.
La directora adaptó la obra en la que el grupo interpreta varios personajes.
“La dramaturgia de Xavier Villanova es abierta. Propone acciones pero la resolución escénica es grupal. Yo respeto el texto pero percibo que hay algo en la construcción actoral que excede la propuesta del texto. Las actuaciones se imponen más que la palabra dicha, y no porque esta no sea potente, pero hay algo del cuerpo en escena que requiere necesariamente intervenir los textos. Me tomo esa libertad también con mis propios textos”, señala Aguada.
A la espera de que se restablezca la normalidad, queda la obra Llevo todo conmigo, resultado de laboratorios con distintos directores y la actriz Maribel Bordenave de Puerto Madryn. Verónica participó en el proyecto que quedó sin estrenar. Además, Aguada escribe y está en conversaciones para gestar una obra con Elena Cerrada (Cirulaxia).
“Durante la pandemia no haber podido juntarnos a hacer teatro ha sido tortuoso. Para estos bichos escénicos que somos ha sido difícil”, concluye Verónica.