Premios Oscar, en nueva normalidad
Esta noche se entregan los premios de Hollywood. Será una de las primeras grandes ceremonias presenciales de la industria en pandemia. Cómo se organizó. Cuáles son las favoritas.
Ninguna película nominada al Oscar en las últimas 93 ediciones imaginó un escenario de pandemia global como el que vivimos. En este contexto de distopía sci fi, esta noche los premios más destacados de la industria del cine deberá llevar a cabo una ceremonia que entretenga a una audiencia mundial.
Después de mover la fecha, desde el clásico mes de febrero al de abril, la ceremonia de esta noche tendrá varias particularidades. Primero, a diferencia de otras entregas de premios, sí estarán los nominados en el lugar (ya se avisó, de hecho, que no se “entregarán” estatuillas por Zoom). Para eso, habilitarán otras sedes para los candidatos que vivan en Europa, que se suman a los dos puntos de Los Ángeles donde en simultáneo será la ceremonia: el Teatro Dolby y Union Station, antigua estación de tren.
Además, sí tendrá alfombra roja, que en realidad será un programa previo que mostrará la llegada a cuentagotas de los nominados. Y, si bien no habrá público presente, habrá un selecto grupo de asistentes, formado por nominados e invitados especiales.
Cae en los hombros de tres personas que este diagrama de varias sedes en el mundo conectadas por satélite salga airoso en la transmisión en vivo: los productores Jesse Collins, Stacey Sher y Steven Soderbergh (casualmente, director de Contagio, quizá el filme mainstream mejor logrado sobre una epidemia).
Otra novedad: no hay anfitrión este año. La tarea se repartirá entre fragmentos de varios presentadores (Brad Pitt, Zendaya, Rita Moreno, Joaquin Phoenix, Harrison Ford y Laura Dern).
¿Qué puede salir mal? Todo, desde lo técnico hasta la coordinación. Pero también es la oportunidad de mostrar que una ceremonia segura puede ser más entretenida que las últimas entregas de premios, que parecieron “Zoompleaños”.
Si bien este año todas las miradas y apuestas señalan que Nomadland es la favorita a mejor película, lo cierto es que se vienen haciendo cálculos y elaborando predicciones más relacionados con los temas, creadores y protagonistas de cada película que con las películas en sí mismas.
Tras un año convulsionado por el asesinato de George Floyd que volvió a poner el acento en el racismo coyuntural del país; tras la condena a Harvey Weinstein, el gran depredador sexual de la industria cuyas denuncias iniciaron el movimiento Me Too; tras la partida de Donald Trump y esa imagen del Capitolio tomado por fanáticos conspiranoicos; tras el movimiento Stop Asian Hate que denuncia los discursos del odio contras las personas asiáticas que viven en el país; tras un año de profunda crisis sanitaria, económica y cultural...
Tras todo eso, la entrega del Oscar es también, a la manera de Hollywood, el momento de la industria de dar una “señal” sobre cuestiones del contexto político del país y del mundo y, también, una oportunidad de redención de la industria con minorías que no incluyó por años.