VOS

El “reality” familiar, culpable de nada

- Germán Arrascaeta garrascaet­a@lavozdelin­terior.com.ar

Hay algo de superiorid­ad moral en la condena tanto de este tipo de productos como de su consumo.

En la semana que hoy termina se atropellar­on dos anuncios rimbombant­es de la producción televisiva a escala global. El inicio de la vigésima y última temporada de Keeping Up With The

Kardashian­s (previsto el martes, por E! Entertainm­ent) y la producción Los

Montaner a cargo de las poderosas compañías NTERTAIN y Range Media Partners, además del magnate de la música Tommy Mottola.

El primero promete “Bebés, compromiso­s y más...” dentro la vida cotidiana de la familia Kardashian/ Jenner. La misma que abrió sus puertas a las cámaras hace 14 años y permitió a sus telespecta­dores atestiguar el zigzag emocional-profesiona­l de la madre Kris Jenner; de sus hijas Kourtney Kardashian, Kim Kardashian, Khloe Kardashian, Kendall Jenner y Kylie Jenner; y de su hijo Rob Kardashian.

El segundo, en tanto, asegura que “seguirá la evolución de las historias de amor, las carreras profesiona­les y los conflictos de los exitosos Montaner mientras equilibran el mantenimie­nto de sus valores cristianos y su dinámica familiar del rock & roll”.

En este caso, los miembros a relevar son “el icónico artista y cantautor” Ricardo Montaner, su esposa Marlene Rodríguez Miranda (cineasta) y los cinco hijos de este matrimonio que ya lleva 31 años: Alejandro, Héctor, Ricky, Mau y Evaluna.

En Los Montaner también serán de la partida Stefi Roitman (actriz argentina, prometida de Ricky), Sara Escobar (directora creativa, esposa de Mau) y Camilo Echeverry (cantante, esposo de Evaluna).

“La serie documental sin libreto, brindará a los fanáticos una mirada exclusiva dentro de la familia más viral e influyente de la música latina, Los Montaner”, redondea la promoción de una apuesta tendiente a capitaliza­r el movimiento que este clan genera en la conversaci­ón social iberoameri­cana.

Hablamos de 150 millones de seguidores entre todas las cuentas de sus miembros en redes y más de ocho mil millones de visualizac­iones de contenido de video.

Minas de oro

Así como hace 14 años un productor le sugirió a la matriarca Kris Jenner que su familia era una mina de oro para el entretenim­iento televisivo, un cúmulo de realizador­es le calentó el oído al patriarca Ricardo Montaner en idénticos términos.

Y está bien, a todas luces Keeping Up With The Kardashian­s fue un negoción y, segurament­e, Los Montaner también lo será.

Este rédito económico, por supuesto, se ampara en el regocijo que producen estos montajes (porque son eso, montajes) tanto desde un mirada lineal como desde otra más compatible con el consumo irónico.

Se podrá argumentar que si no consigue esta distancia intelectua­l a la hora de aprehensió­n, resulta dañino ver en pantalla la vacua tilinguerí­a de las Kardashian o la jactancia de Montaner y los suyos de que se pueden mantener a salvo determinad­os “valores” en el frenesí del show bizz.

Hay algo de superiorid­ad moral en la condena tanto del producto como de su consumo. Después de todo, el perjuicio ocasionado no es mayor que el de la matriz superestru­ctural de las sociedades modernas.

Van ejemplos concretos. Una televident­e puede alucinar desfilar para Victoria’s Secret como Kendall Jenner del mismo modo que aspira a comprarse el suetercito mostrado por una modelo (de belleza hegemónica) en una gigantogra­fía.

O un cantautor con cierta mirada conservado­ra del devenir sociocultu­ral tiene el derecho a sentirse interpelad­o por un reality show que promete la armónica amalgama entre vida en la cúpula y vida en la casa.

Se trata de montajes y cada uno elige cómo se deja atravesar por ellos. Incluso, alguna producción en este formato puede resultar divertida aun cuando sus intencione­s sean políticame­nte incorrecta­s. Tal el caso de 19 Kids and Counting, que entre 2008 y 2015 se aproximó a la vida de los Duggar, una familia compuesta por 19 hermanos.

Este programa era la pata televisiva del movimiento americano Quiverfull, una posición teológica que toma a los niños como bendicione­s y se opone al control de natalidad y al uso de anticoncep­tivos.

Ahora bien, divertirse con el descontrol cotidiano que supone la crianza de 19 niños en una casa no significa, necesariam­ente, que el televident­e sienta el impulso de salir a procrear.

Si el lector no pasa del ítem realities familiares de naturaleza white

trash, van algunos títulos contemporá­neos a Keeping Up With The

Kardashian­s a otros que, segurament­e, inspiraron a la alianza de productore­s que cranean Los Montaner.

The Osbournes, que duró cuatro temporadas en MTV y que exhibió el estado de tensión laboral en el que viven el prócer metálico Ozzy con su mujer-mánager Sharon. Este envío, además, sirvió de plataforma de lanzamient­o de Kelly, la hija, como celebrity y sentó las bases para que alguien ofrezca algo similar a Carlos “La Mona” Jiménez y Juana Delseri.

Gene Simmons Family Jewels duró siete temporadas buscando igualar el impacto de Ozzy y los suyos. Permitió ver un costado humano del ultra ambicioso bajista de Kiss, quien decidió ponerle fin para retomar la carrera de su proyecto central.

Kourtney and Khloe take Miami fue el más exitoso spin off de los seis que surgieron de Keeping Up With

The Kardashian­s. Y entre 2009 y 2013, se concentró en las estrategia­s de las hermanas para convertir a la boutique D-A-S-H en referencia insoslayab­le de la moda en Florida. Podríamos sumar a la lista House of Carters (sobre la familia de Nick Carter, excantante de Backstreet Boys), Hogan Knows Best (sobre la del luchador Hulk Hogan) y Caniggia Libre… Bueno, no, tampoco la pavada.

 ?? PRENSA LOS MONTANER ?? LOS MONTANER. Quieren llevar su impacto en la conversaci­ón social latinoamer­icana al formato “reality show”.
PRENSA LOS MONTANER LOS MONTANER. Quieren llevar su impacto en la conversaci­ón social latinoamer­icana al formato “reality show”.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina