Weekend

Disfrutand­o en familia.

En busca de pejerreyes, visitamos la laguna Melincué, en Santa Fe, muy bien acompañado­s para demostrar que este deporte se puede compartir con esposa e hijos.

- Por Jorge Araneo.

En busca de pejerreyes, visitamos la Laguna Melincué, en Santa Fe, muy bien acompañado­s para demostrar que el deporte se puede compartir con esposa e hijos.

La laguna de Melincué se encuentra en el sur de Santa Fe y, en los últimos años, se ha caracteriz­ado por la calidad de sus pejerreyes. En este momento tiene una cubeta de 21.000 ha, producto de la gran cantidad de agua de lluvia que entró de los campos linderos; y, además, se encuentra muy alta, con defensas sobre la ruta para evitar posibles inundacion­es en el pueblo. Su profundida­d media es de tres metros, con zonas de hasta seis. Su lecho en gran parte es de barro, con áreas de toscas (fondo duro), mientras que su costa, de suave pendiente, está repleta de juncales ralos.

Este pesquero está ubicado en el propio pueblo, sobre la ruta que bordea la laguna. Es de fácil acceso y, desde allí, bajan las lanchas; buena parte pertenecen a particular­es y guías de pesca. Es el lugar de encuentro de todos los entusiasta­s de esta disciplina que quieren llevarse un lindo recuerdo y trofeo de la laguna.

Llegué a este paraje gracias a Diego Guapper, que me convocó para hacer un relevamien­to. A pesar de que no era fin de semana, el espejo se encontraba repleto con gran cantidad de aficionado­s y guías.

Hacia las boyas oscuras

El día se presentó nublado y con viento regular del nordeste. Generalmen­te, la pesca en esta laguna se hace gareteando, con la embarcació­n atravesada y un muerto o ancla que se arrastra por el fondo de tolete. Es muy importante que la línea de pesca se vaya alejando lentamente de la lancha. En una jornada

sin sol, si el cielo se despejara, quedaríamo­s de frente a él, por lo que deberíamos usar boyas oscuras, negras, rojas, naranjas o combinadas, para poder verlas.

Cañas y brazoladas

Nos emba rca mos en tres trucker, todos en buen estado de conservaci­ón y muy cómodos. Por consejo de Diego, reforcé la madre y las brazoladas de mis líneas, armando la primera de 0,40 mm y las segundas con 0,35 mm, con anzuelos grandes Mustad 277F 2/0 de ojo u Owner de paleta modelo Unagi 2/0. Encarnamos con mojarras grandes, que tienen que estar muy bien presentada­s en el anzuelo; también se suele usar filet de dientudo, en tiras de 1,5 x 6 cm. Otra opción es combinar con mojarra pasada de cola a cabeza y el filet colgado de piel a carne, este último tiene que estar rebajado para que ofrezca volumen y poder ser tragado con facilidad. Todas las cañas, las largas telescópic­as o de enchufe de entre 4,00 a 4,50 m, las armamos con reels frontales cargados con nylon 0,25 mm o multifilam­ento 0,16/0,18.

Al llegar al lugar elegido, aminoramos la marcha y deja mos que los truckers se deslizaran para arrojar el ancla dada vuelta, para que garee de tolete. A ntes de empezar con la pesca, armamos las l íneas con tres boyas de bal- sa Criterio o Cribal, en modelos grandes para que las pudiéramos ver separadas entre sí, a una distancia de 1,30 m; además les colocamos, a los rotores giratorios, brazoladas cortas, de 20, 25 y 30 cm de profundida­d. Mis compañeros pescaban de igual manera, con alguna brazolada a más profundida­d.

Pescar con reel destrabado

Para pescar más cómodos, nos colocamos de la siguiente forma: Leandro en proa, quien escribe en popa y nuestro guía, Mario, en el centro; él fue el encargado de regular el garete. A l final, arrancamos la pesca lanzando nuestras líneas bien abiertas.

El viento pronostica­ba una buena jornada. Le comenté a Mario que tenía ganas de sacar alguno de 500 g, a lo que él se rió

y me dijo que todos los pejerreyes de la laguna rondaban ese peso. La lancha se fue alejando de las líneas y tuvimos que corregir la navegación según la distancia a la que las teníamos. Es algo muy importante que hay que aclarar: el menor desvío puede anunciar el pique, por lo que hay que pescar con reel destrabado, dándole hilo a medida que la línea se aleja.

La primera respuesta la tuvo Leandro, que usaba una boya doble palito combinada roja y negra. Al tener el desvío en la boya del centro de la línea, verificó el nylon que tenía sobre el agua y trabó su reel, reco - giendo la panza de nylon para clavar en el momento justo. La línea se le hundió toda y lo fue acercando con su caña arqueada. Mario tomó el copo y subió la pieza a la embarcació­n: un pejerrey de muy buen tamaño, bien comido y peleador.

Experienci­a familiar

Entre las nubes apareció el sol, que nos empezó a pegar de frente. El ref lejo sobre el agua nos impedía ver las boyas, por lo que teníamos que pescar bien abierto o cambiar el muerto de lugar, sobre la borda, para que la embarcació­n girara.

El segundo pescado fue nuevamente de Leandro, y le picó en la misma línea, a unos 30 cm. Mientras tanto, Mario insistía con unas boyas palito desigual 8/2. La última tenía un alargue

de 80 cm con una boya redonda de 15 mm, a la que le había colocado una brazolada de 10 cm. Gracias a eso se cobró varios pescados de muy buen porte. Por su parte, Leandro seguía sacando y probando líneas pues los pejerreyes se veían desde la superficie. Las boyas llamaban su atención, uno movía la carnada y tomaba de una; era pesca a la vista. Ver el borbollón que hacen sobre el agua es algo que siempre se disfruta.

Al final tuvimos que cambiar de lugar porque el viento había a ma i nado un poco. F ui mos hacia el centro de la laguna y retomamos la pesca utilizando la misma técnica. En la otra embarcació­n también se estaba dando buena pesca. Francisco, el hijo de Diego Guapper (guía local), estaba encendido, con un pique tras otro. Mary (esposa de Diego) y Francisco pescaban en la popa de la embarcació­n, pues era el lugar donde menos molestaba el reflejo del sol en el agua. Ellos usaron boyas palito desigual 8/1 naranja y verde limón, arrojando la línea hacia su izquierda y dejándola derivar. Al alejarse, la acomodaban con leves movimiento­s de la punta de la caña para que quedara bien alineada en posición de pesca.

Era cierto, todos los pescados eran muy buenos y algunos superaron el kilo de peso. La laguna de Melincué cuenta con una muy buena calidad de pejerreyes, ideal para ir y disfrutar de un muy buen día de pesca.

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 ??  ?? Francisco con un ejemplar de 1,200 kg. Der.: ante el menor desvío de las boyas, Mary y Francisco clavaban acercando los pejerreyes a la embarcació­n e izándolos por medio de un copo.
Francisco con un ejemplar de 1,200 kg. Der.: ante el menor desvío de las boyas, Mary y Francisco clavaban acercando los pejerreyes a la embarcació­n e izándolos por medio de un copo.
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 ??  ?? Es indispensa­ble el uso de copos a raíz de lo combativo y del gran peso de los pejerreyes. De no tenerlos, al izarlos hacia la embarcació­n muchos se perderían.
Es indispensa­ble el uso de copos a raíz de lo combativo y del gran peso de los pejerreyes. De no tenerlos, al izarlos hacia la embarcació­n muchos se perderían.
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 ??  ?? Distintos tipos de encarne: en este caso, mojarras pinchadas en el anzuelo, también se encarnó con una sola.
Distintos tipos de encarne: en este caso, mojarras pinchadas en el anzuelo, también se encarnó con una sola.
 ??  ?? La pesca si hizo gareteando en el centro del espejo. Se usaron boyas un poco más grandes de lo normal para poder divisarlas a lo lejos.
La pesca si hizo gareteando en el centro del espejo. Se usaron boyas un poco más grandes de lo normal para poder divisarlas a lo lejos.
 ??  ?? La calidad de los pescados es excelente: gordos, peleadores y de buen peso. La mayoría de los piques se dieron lejos de la embarcació­n, en brazoladas cortas de entre 10 a 35 cm de largo, con anzuelos 2/0.
La calidad de los pescados es excelente: gordos, peleadores y de buen peso. La mayoría de los piques se dieron lejos de la embarcació­n, en brazoladas cortas de entre 10 a 35 cm de largo, con anzuelos 2/0.
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