Por qué cierran las armerías
Los comercios del sector que hoy llevan la peor parte son las armerías. El nuevo examen psicofísico que empezó a implementar la Agencia Nacional de Materiales Controlados (Anmac, ex Renar) en agosto del año pasado en Capital Federal, provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba para obtener la Credencial de Legítimo Usuario (CLU), produjo una caída importante en la venta de armas de fuego y municiones en esos lugares, la que a partir de febrero se extendió también al resto del país, donde la norma entró en vigencia. El costo de $ 3.500 del certificado (más $ 1.000 de estampillado, $ 70 de certificado de antecedentes penales, y unos $ 1.500 de idoneidad de tiro), sumado a la dificultad logística de realizarlo en casi todo el país, llevó a una caída del 70 u 80 % de las ventas del rubro, ya que muchos legítimos usuarios (LU) no están renovando su CLU. Según un informe de Jefatura de Gabinete, de 638.610 LU registrados a mayo de 2018, 387.303 (60 %) no la han renovado, por lo están en infracción y no pueden comprar armas ni municiones. Esperemos que, con la asunción de un nuevo director en el Anmac –Eugenio Cozzi en reemplazo de Natalia Gambaro–, la situación cambie. Históricamente, los tiradores deportivos de nuestro país siempre estuvieron y quieren estar en regla. Pero les han puesto tantas trabas que los llevan a la ilegalidad. Lo mismo ocurre con las armerías, muchas no renuevan sus permisos y cierran por los requisitos que les exigen para seguir abiertas.Todo muy engorroso para quien alquila un local y tiene que invertir muchísimo dinero para ponerse al día. A fin de que la actividad no decaiga hay que hacer las cosas legales, pero sencillas y menos onerosas. Y eso no es precisamente lo que está pasando.