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7 tipos de seguros

Una recorrida por los diferentes sistemas de seguridad que equipan las pistolas semiautomá­ticas. Su utilidad y funcionami­ento.

- Textos: PABLO CRESPO. Fotos: CEDOC WEEKEND

Comencemos este artículo fijando un concepto: en un arma de fuego, el seguro es un mecanismo utilizado para ayudar a prevenir el disparo accidental, contribuye­ndo así a una manipulaci­ón más segura. Estos mecanismos podemos dividirlos en de accionamie­nto manual y automático­s, llamados también externos e internos.

Un seguro manual es aquel que puede ser activado o desactivad­o voluntaria­mente por el tirador, accionando un comando externo. En los seguros automático­s, en cambio, ya no es el tirador el que interviene directamen­te, sino que es el propio mecanismo del arma el que previene el disparo accidental.

Dentro del primer grupo, el más clásico y difundido es el conocido como seguro de aleta (1), en definitiva, una palanca externa que –depende del modelo del arma– bloquea el martillo o la cola de disparador. Y que es activado en forma manual y voluntaria, debiendo ser accionado inversamen­te para poder efectuar el disparo. Muchas armas modernas poseen esta pa- lanca ambidiestr­a –una a cada lado de la pistola– para facilitar su accionamie­nto con la mano que empuña. En algunos modelos de simple/doble acción, la palanca de seguro está combinada con un mecanismo de desamartil­lado (decocker). O sea que, al colocar el seguro manualment­e con el arma amartillad­a, ésta se desmonta automática­mente, lo que evita disparos accidental­es al intentar bajar el martillo.

Dentro de los denominado­s seguros automático­s, encontramo­s el de bloqueo de aguja percutora, el de empuñadura, el de cargador, seguro de caída de martillo y el de cierre incompleto. Veamos...

Uno por uno

2 y 3. Bloqueo de aguja. Es, tal vez, el más importante y, a mi modo de ver, el único necesario en una pistola semiautomá­tica. Un punto de vista compartido por la firma Sig Sauer, ya que es el único seguro que equipa a la gran mayoría de sus pistolas. Consta de un tetón o perno que mantiene la aguja percutora bloqueada, lo que evita su desplazami­ento. O sea… que está siempre activo. Y es desactivad­o por una leva que lo acciona en el momento en que el tirador comienza a oprimir la cola del disparador para efectuar el disparo. Su objetivo principal es evitar que, ante una caída del arma, la inercia de la aguja percutora ocasione que ésta impacte en el fulminante del cartucho que se encuentra en la recámara, provocando un disparo accidental.

4. Seguro de empuñadura. Una constante de las armas diseñadas por John M. Browning desde su Modelo 1903 e inmortaliz­ado en su 1911, que lo sigue utilizando hasta hoy en día en todos los derivados de ese modelo. Consta de una pieza saliente en la parte trasera del grip, que indefectib­lemente es oprimida cuando el tirador empuña el arma, liberando de esa forma el sistema de disparo. Algunos autores lo consideran innecesari­o en armas de uso militar/policial y si, en cambio, le ven utilidad en armas pequeñas, como en el caso de la FN 1906, otra creación de Browning que lo incluye.

5. Seguro de cargador. Este sistema de seguridad impide que se efectúe un disparo si el cargador no está colocado dentro de su alojamient­o. Si bien reviste cierta utilidad en armas de pequeño calibre destinadas a los aficionado­s, es contraprod­ucente en las de uso profesiona­l. No obstante ello, la eterna Browning HP-35 lo incluía

dentro de su sistema de seguridad, aunque fue y es desactivad­o por la mayoría de los usuarios.

6. De caída de martillo. Este seguro –clásico de las pistolas de simple acción y martillo externo– ha desatado muchas controvers­ias sobre su correcta utilizació­n. Consta de un diente extra en la configurac­ión del martillo, que permite montarlo en una posición intermedia. Existe una creencia errónea de que, para utilizarlo como seguro, hay que colocar el martillo en esa posición. Nada más alejado de la realidad. Su función es evitar que, si durante la acción manual de montar o desmontar el martillo, éste se nos escape del dedo que está realizando esa acción y golpee la aguja percutora. De suceder lo descripto –que se nos escape el martillo–, quedará detenido en una posición intermedia, evitando el disparo no deseado.

7. De cierre incompleto. Este sistema impide que se pueda efectuar el disparo cuando la corredera no está totalmente ce- rrada. Muchas veces por algún cartucho levemente deformado que no se introduce correctame­nte en la recámara –u otros factores–, la corredera queda unos milímetros separada sin obturar correctame­nte el conjunto. El diseño del mecanismo del arma evita que el desconecto­r active el fiador liberando el martillo –o el percutor lanzado– en caso de oprimir la cola del disparador sin que el tirador se haya percatado de la falla.

Si tenemos presente que el mejor seguro que pueda tener un arma es la adecuada instrucció­n del usuario, llegaremos a la conclusión de que los seguros externos de accionamie­nto manual son, en la actualidad, totalmente innecesari­os en las armas modernas. Así lo han entendido fabricante­s como Glock o Sig Sauer, que sólo dotan a sus productos de seguros internos automático­s, tendencia que de a poco va creciendo.

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1. El clásico seguro externo de aleta de una Colt 1911 y su seguro de empuñadura en la parte trasera del grip. 1
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 ??  ?? 2 y 3. Seguro automático de aguja percutora de una Sig P-228, que se levanta al oprimir la cola del disparador (3). El tetón de bloqueo (2) es accionado por la leva y libera la aguja. 2
2 y 3. Seguro automático de aguja percutora de una Sig P-228, que se levanta al oprimir la cola del disparador (3). El tetón de bloqueo (2) es accionado por la leva y libera la aguja. 2
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 ??  ?? 4 6 5 4. Seguro de empuñadura en un clon fabricado por Springfiel­d Armory. Un clásico que se sigue manteniend­o en todos los modelos derivados de la Colt 1911. 5. La pequeña FN 1906, dotada por John M. Browning de palanca de seguro externo, seguro de empuñadura y seguro de cargador. 6. Posición intermedia del martillo para evitar que golpee la aguja percutora ante un error de manejo al montar el arma. 7. El seguro de cierre incompleto evita disparar el arma con la corredera levemente abierta.
4 6 5 4. Seguro de empuñadura en un clon fabricado por Springfiel­d Armory. Un clásico que se sigue manteniend­o en todos los modelos derivados de la Colt 1911. 5. La pequeña FN 1906, dotada por John M. Browning de palanca de seguro externo, seguro de empuñadura y seguro de cargador. 6. Posición intermedia del martillo para evitar que golpee la aguja percutora ante un error de manejo al montar el arma. 7. El seguro de cierre incompleto evita disparar el arma con la corredera levemente abierta.
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