Esfuerzo colectivo
Una carrera de aventura única en el país. Tres circuitos por postas, equipos de ocho personas y un día entero a puro running.
Correr, comer y dormir. Un corredor habitual suele realizar estas acciones varias veces en la semana. Algo muy diferente, y bastante raro, sería realizar estas tres cosas sin parar, una tras otra, durante un día entero. Bajo esta descabellada idea se desarrolló en Luján la Discovery Race 24hs, una competencia de aventura inédita en nuestro país.
La propuesta: una carrera de postas con tres circuitos y en la que participan equipos de ocho personas. Un corredor de cada grupo hace un circuito mientras el resto lo espera en el campamento base; una vez que termina, es relevado por un compañero, quien encara el tramo siguiente para después darle el lugar a otro colega. Esta dinámica se repite de forma ininterrumpida durante 24 horas, por lo que cada corredor tiene un lapso aproximado de siete horas para descansar entre cada salida. Una propuesta osada, que aún así atrajo a cientos de atletas.
La acción tuvo lugar el sábado 6 de octubre en la estancia Santa Elena, a pocos kilómetros de la ciudad de Luján. A las 9 de la mañana se abrieron las puertas del predio para que los 568 corredores –71 equipos– empezaran a instalarse. La organización estuvo a cargo del Club de Corredores, que montó un importante campamento con todo lo necesario: comedor, cantina con parrilla, food trucks, pantalla gigante, baños químicos y un área exclusiva para las carpas, dedicada al descanso de los participantes. Minutos antes del mediodía la emoción ya se sentía en el aire. Algunos trotaban para entrar en calor, mientras que otros, a las apuradas, se colocaban el chip y el número de corredor.
Correr, descansar y correr
A las 12 en punto, con un cielo despejado y una temperatura arriba de los 20 °C, la carrera empezó oficialmente con la largada de la tanda inicial de corredores que, a toda velocidad, se adentraron en la traza del primer circuito de 12 km. Los dos restantes fueron de 8 y 10 km, lo que aseguró una carrera de postas rápida, con relevos aproximadamente cada una hora.
Santiago Oliveri, que completó el primer tramo en 54 minutos, se mostró muy conforme tras cruzar el arco de llegada, pero de inmediato ya estaba pensando en la siguiente etapa: “A las 20 tengo que volver a correr, ya de noche. El circuito fue espectacular, hasta había una lagunita y la estancia es hermosa. Pero de noche va a ser otra cosa, no vas a ver el terreno, el barro, los pastos altos. Por más que llevemos linterna, hay que estar muy atento”. Más allá de lo deportivo, la competencia también impli-