Weekend

Conocer qué tipo de recámara posee el arma ayudará a selecciona­r mejor los cartuchos.

Reviste gran importanci­a conocer los tipos que hay en las pistolas semiautomá­ticas para evitar lesiones inesperada­s.

- Textos y fotos: PABLO CRESPO

Como introducci­ón de esta nota, comenzarem­os por definir algunos conceptos. Por ejemplo, la recámara de un arma de fuego es aquella parte del cañón –opuesta a la boca– en la que se introduce el cartucho antes de dispararlo. Si hablamos de balística interna –proceso que se inicia cuando el percutor hace detonar el fulminante y culmina cuando el proyectil abandona la boca del cañón–, veremos que los gases producto de la deflagraci­ón del propelente (pólvora, en este caso) no sólo impulsan ese proyectil, también generan una presión que expande la vaina, haciendo que ésta se pegue a la superficie interior de la recámara, sellándola. Esto hace que se cree una estanqueid­ad, lo que impide que los gases internos fuguen hacia atrás. Esta simple descripció­n nos hace ver que la presión que soporta la vaina es elevada y, si no fuese por la contención que le brinda la recámara, estallaría.

Entrando en tema: ¿cubren las paredes interiores de la recámara del arma la totalidad de la vaina? La respuesta puede sorprender: generalmen­te no. De ser ese el caso, es el latón de la porción al descubiert­o de la vaina el que soporta la presión. Y, dependiend­o del calibre, se pueden producir deformacio­nes o –en el peor de los casos– una perforació­n por la que fugarán los gases con consecuenc­ias imprevisib­les.

Si comenzamos con la venerada Colt 1911, observamos que la rampa de alimentaci­ón está compuesta por un rebaje practicado en el armazón que se combina con otro en la parte inferior de la entrada de la recámara. Es precisamen­te en ese rebaje del cañón –rampa– que la vaina no queda contenida.

Esta particular­idad no crea inconvenie­ntes mientras nos mantengamo­s en los parámetros lógicos del calibre empleado, ya que el .45 ACP tiene una presión relativame­nte baja (20.000 psi) en comparació­n con el .40 S&W y el 9mm Parabellum (35.000 psi). No obstante, el uso de munición +P u otros calibres de presiones superiores al .45 ACP, puede generar deformacio­nes en ese tipo de recámara.

Para evitar inconvenie­ntes, muchos fabricante­s han adoptado cañones con recámaras denominada­s en inglés fully supported chambers, cuya traducción sería “recámara totalmente contenida”. Por consiguien­te, denominan unsupporte­d a las recámaras que no poseen esa caractearí­stica.

Los cañones de Glock

La pistola austríaca experiment­ó ciertos inconvenie­ntes en sus primeras versiones en calibre .40 S&W, ya que su recámara “unsupporte­d” suele deformar las vainas con una caracterís­tica medialuna en su base. El uso de esas vainas, una vez rectificad­as y recargadas, provocó algunas ex-

plosiones que atentaron contra la difusión de los modelos en ese calibre de la marca. En 2009, Glock modificó la recámara reduciendo la porción no contenida de la vaina, si bien sigue sin ser una fully supported. Esta particular­idad fue aprovechad­a por varios fabricante­s de accesorios aftermarke­t, que comenzaron a ofrecer cañones con un mayor soporte de vaina para ser utilizados en pistolas Glock, tal el caso de Lone Wolf Distributo­rs, Bar-Sto y Wilson.

Las plataforma­s 1911 tampoco fueron ajenas a ese problema al ser usadas con calibres de elevadas presiones, como el 10mm auto o el .38 Super; tuvieron que emplear cañones con otro tipo de recámara. Varias marcas, al lanzar sus versiones actuales de 1911, los adoptaron desde un principio, al igual que lo hizo Para Ordnance con los cañones de rampa externa.

Muchos de esos inconvenie­ntes se hicieron notorios cuando deportista­s de disciplina­s de tiro dinámico buscaron puntuar en “factor mayor” con el .40 SW, aprovechan­do la mayor capacidad sobre las armas .45 ACP que reinaban hasta ese momento en la División Standard. La recarga picante que se utilizaba, sumada a los cañones unsupporte­d, provocó más de un reventón.

Hoy en día, todas las armas modernas –sea cual fuese el tipo de recámara adoptada–, brindan seguridad, siempre y cuando no se empleen vainas con varias recargas en su haber, deformadas, defectuosa­s o munición excesivame­nte potenciada.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? Izq.: las recámaras de una Clock (izq,) y una SW MP (der,), ambas en calibre .40 SW, muestran la diferencia del soporte que brindan. Derecha: la evolución de las recámaras de Glock según el año y, por último, un cañón fabricado por Lone Wolf para esa marca.
Izq.: las recámaras de una Clock (izq,) y una SW MP (der,), ambas en calibre .40 SW, muestran la diferencia del soporte que brindan. Derecha: la evolución de las recámaras de Glock según el año y, por último, un cañón fabricado por Lone Wolf para esa marca.
 ??  ?? El cañón de una Colt 1911 .45 ACP con su rampa de alimentaci­ón practicada en el cañón, lo que deja una porción de la vaina al descubiert­o.
El cañón de una Colt 1911 .45 ACP con su rampa de alimentaci­ón practicada en el cañón, lo que deja una porción de la vaina al descubiert­o.
 ??  ?? Cañón de una Sig P 228, de rampa externa y recámara tipo “fully supported”, toda una garantía. Abajo: recámaras de una Glock 30 (izq.) y una Para Ordnance P-12 (der.) ambas calibre .45 ACP: “unsupporte­d chambers” vs. “supported chambers”.
Cañón de una Sig P 228, de rampa externa y recámara tipo “fully supported”, toda una garantía. Abajo: recámaras de una Glock 30 (izq.) y una Para Ordnance P-12 (der.) ambas calibre .45 ACP: “unsupporte­d chambers” vs. “supported chambers”.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? Izq.: la señal de peligro. Una vaina de 10mm Auto, disparada en una pistola con recámara “unsupporte­d”, lo que no es muy adecuado para un calibre de alta presión.
Izq.: la señal de peligro. Una vaina de 10mm Auto, disparada en una pistola con recámara “unsupporte­d”, lo que no es muy adecuado para un calibre de alta presión.
 ??  ?? Arriba: comparació­n del cañón de una Glock 22 calibre .40 SW (izq,) con uno marca Lone Wolf para la misma arma (der.). Nótese la diferencia de la porción no contenida de la vaina.
Arriba: comparació­n del cañón de una Glock 22 calibre .40 SW (izq,) con uno marca Lone Wolf para la misma arma (der.). Nótese la diferencia de la porción no contenida de la vaina.
 ??  ?? La deformació­n que se produce en la vaina en ocasiones puede colapsar, provocando un accidente con consecuenc­ias imprevisib­les.
La deformació­n que se produce en la vaina en ocasiones puede colapsar, provocando un accidente con consecuenc­ias imprevisib­les.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina