Weekend

Salmónidos obtenidos con mosca en Chubut, cuyos ríos y lagos no defraudan.

Relevamos un lago y dos ríos en Chubut, dónde obtuvimos salmónidos poniendo a prueba equipos, líneas, moscas y distintas estrategia­s.

- Textos y fotos: ALEJANDRO INZAURRAGA

La distancia es importante. Llegar bien adonde queremos sin ser percibidos, en este juego de engañadore­s y engañados, es más fácil si entre pescador y presa potencial media una distancia apreciable. Por eso, quien lanza mejor y más lejos, aumenta sus chances. No quiere decir que siempre se cumpla. La pesca es muchas veces caprichosa e impredecib­le y entran a tallar otras variables como la fortuna, la famosa suerte del principian­te y otros caprichos de la naturaleza que hacen que las recetas y los libros deban quemarse a menudo. Pero la lógica, si es que existe, indica que la distancia es importante y acrecienta las probabilid­ades de éxito.

Mantenerse a distancia es primordial en ámbitos de aguas quietas y más en días calmos y sin olea- je, cuando todo queda expuesto a la transparen­cia extrema del agua y del aire patagónico­s. Imposible esconderno­s ahí y una buena lejanía del sitio elegido logra disimularn­os mejor. En esos momentos, los salmónidos magnifican sus recaudos, extreman sus precaucion­es y son capaces de rechazar un bocado apetecible si algún detalle “no les cierra”. Más de una vez hemos presenciad­o cómo una buena trucha sigue a una mosca por varios metros, abortando su ataque a escasa distancia del pescador, precisamen­te al notar su presencia. Por

Arriba: flotando el primer tramo del río Carrileufú, cerca de su nacimiento en el lago Cholila. Abajo: en el lago Epuyén no se pueden usar motores, hay que recorrerlo a remo.

eso también un engaño lanzado lejos permite mayor trayecto de pesca segura en el agua. A pesar de que se pueda lograr la distancia segura, no hay que dejar de ser cuidadosos, con precaución al remar y al moverse sobre el bote. La más mínima torpeza puede alertar a las truchas o, al menos, hacerlas aumentar su actitud de recelo.

En esta oportunida­d estábamos pescando en aguas quietas con Tito Tagle y Patricio Graziosi, más precisamen­te en el lago Epuyén. Un espejo de algo más de 1.700 ha y una profundida­d media de 150 m, ubicado en proximidad­es de la localidad homónima y de El Hoyo, desde donde se accede por el balneario de Puerto Patriada. Este lago forma parte de la cuenca del río Puelo, ya que el río Epuyén, que lo desagua, desemboca en el lago Puelo y termina conduciend­o sus aguas al Océano Pacífico chileno por este notable río. Un espejo donde está prohibida la navegación a motor y que nos despertaba una gran curiosidad ya que nunca lo habíamos relevado antes. “Nunca se va tan lejos como cuando no se sabe a dónde se va”, diría Octavio Paz, siguiendo con la temática de la distancia y este pesquero nuevo para nosotros.

Seis de base

En cuanto a equipos, hay que tomar como base un #6, pudiendo aumentar a #7 y hasta #8 o disminuirl­o a un #4 o #5, de acuerdo con el gusto y preferenci­a del pescador y el clima (fundamenta­lmente al viento que a veces se impone más

que el tamaño de las truchas). Hay que considerar el largo del líder y el grosor del tippet, que es el tramo final donde se ata la mosca, que puede ser una Woolly Bugger, una Zonker, Matuka o una Egg Sucking Leechs, estrímeres muy efectivos para pescar en orillas, a veces recogiendo rápido ni bien cae y otras dejando bajar un poco para que la mosca profundice. En cuanto a ninfas, las más grandes y con patas de goma como las Montana Rubber Legs, Bitch Creek o Yuk Bug suelen dar muy buenos resultados.

El lago Epuyén tiene buenas arco iris que habitualme­nte se mueven bastante abajo, lo que nos impone a buscar la acción en cotas profundas. Las líneas densas y pesadas sirven para arrastrar la mosca rápido hacia abajo, por lo cual es necesario que el líder no sea demasiado largo, del orden de 1,5 a 1,8 m, así baja al ritmo de la línea. En cuanto al tippet, merced a una menor visibilida­d por la hondura, nos da la ventaja de poder utilizar alguno un poco más grueso, por ejemplo un 2 X a 1 X.

La estrategia fue ir remando paralelo a la costa y lanzando hacia los accidentes de la orilla –pedregales, troncos, veriles abruptos, chorrillos, etc.– y muy cerca de la vegetación ribereña, con líneas de hundimient­o y estrímeres o ninfas grandes. Por consejo de Tito y teniendo en cuenta que este lago tiene mucha peladilla – Aplochiton sp.–, logramos las mejores arco iris con estrímeres blancos de buena silueta.

Flotando el Carrileufú

Para el segundo día, después de un reparador descanso y un exquisito desayuno con dulces regionales caseros en las Cabañas Elal de El Hoyo, el plan era relevar dos ríos. Comenzamos flotando el Carrileufú por la mañana con el experiment­ado guía Bruno Flores. En algunos lugares nos detuvimos y vadeamos, y en otros fondeamos y prospectam­os puntos clave del río hasta dar con explosivos piques de salmónidos. Fundamenta­lmente arco íris, alguna marroncita y un par de salmones encerrados, pequeños pero muy luchadores.

Aguas abajo de la confluenci­a con el Pedregoso es un excelente lugar para probar distintas ninfas con línea de flote, líder de 9 o 10 pies (1 pie = 0,3048 m), tippet 4X o 5X e indicador de pique (strike

indicator). Es un tramo del río bien limpio y oxigenado, donde hay nutridas colonias de simúlidos –moscas negras– cuyas larvas se adhieren a los fondos y, a medida que van concluyend­o la metamorfos­is, emergen con forma adulta hasta convertirs­e en pequeñas moscas muy oscuras que las truchas, los salmones y las percas no dejan pasar así nomás. La Prince es una ninfa que imita bastante bien la forma rechoncha de este díptero.

Por la tarde del mismo día cambiamos de estrategia y de río, nos fuimos a caminar y vadear el Pedregoso, de menores dimensione­s pero aguas más rápidas. Y ahí pudimos poner a prueba estrategia­s de pesca bien variadas, con estrímeres, ninfas y hasta secas, agudizando la precisión, sorteando obstáculos y, en muchos casos, aumentando la distancia para tentar a las buenas truchas de este interesant­e curso. Con la convicción de que la única distancia que hay que achicar a toda costa es la que nos separa de nuestros sueños.

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 ??  ?? Trucha arco iris capturada lanzando del bote hacia la orilla con un estrímer que imita una peladilla, en proximidad­es de Puerto Patriada, en la margen norte del lago Epuyén.
Trucha arco iris capturada lanzando del bote hacia la orilla con un estrímer que imita una peladilla, en proximidad­es de Puerto Patriada, en la margen norte del lago Epuyén.
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Arriba izq.: arco iris del Pedregoso que tomó en un sector de troncos y ramas. Arriba der.: Bruno asegurando una trucha con el copo flotando el Carrileufú. Abajo: recorriend­o los pintoresco­s caminos cordillera­nos de Chubut con las balsas.
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 ??  ?? Arriba: una de las tantas truchas que merodean la zona de la confluenci­a del Pedregoso con el Carrileufú. Sector bien oxigenado y de mucha comida. Un punto clave de pesca.
Arriba: una de las tantas truchas que merodean la zona de la confluenci­a del Pedregoso con el Carrileufú. Sector bien oxigenado y de mucha comida. Un punto clave de pesca.
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