Rica variada en mar planchado.
Las orillas de Reta ofrecieron nutridas especies. La experiencia se completó a bordo de kayaks a metros de la costa.
Las orillas de Reta ofrecieron nutridas especies. La experiecia se completó a bordo de kayaks a metros de la costa.
Tras recorrer diferentes lugares de nuestro Mar Argentino, dimos con una inmensa cancha de pesca que brinda diferentes opciones a la hora de elegir una rica variada de especies, tanto sea de costa como embarcado: el balneario Reta. Luego de recorrer 587 km por la RN 3 desde Capital Federal, nos alojamos en cómodas cabañas para, a la mañana siguiente, comenzar con nuestro primer día de pesca. Junto a Santiago y Horacio Iriarte, que serían nuestros guías,
realizaríamos la modalidad de costa a tiro de caña, para buscar el pique que ofrece la zona denominada El Caracolero.
A tiro de caña
L a ma ña na se presentaba soñada, con una suave brisa del norte y el mar súper planchado, cond iciones favorables pa ra dar inicio a la jornada con dos modalidades de pesca en un solo sector. La primera sería con equipos livianos, para buscar sargos muy pegados a la costa en zona de piedras, y la segunda con equipos más robustos para realizar lances e intentar con una variada más pesada.
Una vez ya ubicados en la costa, encarnamos prolijamente los anzuelos y atamos las carnadas (ver recuadro) para que resistan un poquito más, mientras que Diego A raujo y Santiago intentaban una pesca sutil con tiros cortos. Horacio concretó el primer pique de la jornada con un robusto ejemplar de salmón; muy a menudo se dan en esta zona debido a la cantidad de piedras que hay. Por su parte, había comenzado la fiesta de sargos en los equipos livianos. Tanto Diego como Santiago concretaban dobletes muy voraces. Al llegar al mediodía con una pesca más que entretenida, decidimos ir en busca de otros lugares. Abandonamos el sector de piedras y nos acomodamos sobre una playa abierta, con canaletas muy profundas, donde Santiago nos comentó que podíamos dar con otra calidad de variada, y así fue. Sin demora alguna, comenzaron a salir lindos ejemplares de pejerreyes de fondo en los equipos más sutiles, más algunos sargos y peritas. Haciendo lances a la segunda canaleta, la pesca cambió totalmente, con ejemplares de corvinas rubias y pescadillas
de muy buenos portes. Nuestro primer día de pesca llegaba a su fin con una muy rica variada.
Segunda jornada
El clima seguía en sus mejores condiciones: nada de viento y un mar magníficamente planchado. Carlos Castro nos pasó a buscar y encaramos hacia la costa, donde botaríamos el semirrígido y practicaríamos la pesca de embarcados, aproximadamente entre los cuatro mil y seis mil metros. El comentó que la variada estaba muy entretenida allí, con piezas destacables de corvinas y pescadillas. Una vez en el agua, anclamos en el lugar elegido y nos pusimos a encarnar las líneas.
Ut i l i za mos una va r iedad de carnadas para tentar a las distintas especies. A las 9 de la mañana, y con el sol que ya se hacía notar, comenzamos con los primeros intentos; la respuesta fue inmediata. No alcanzaban a llegar los plomos al fondo del mar que los piques ya se daban uno tras otro, gatuzos, pescadillas y entremezclados aparecían buenos portes de mochuelos y rayas. La pesca se ponía muy interesante, mientras aguardábamos que aparecieran las rubias.