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Señales de la radio.

No importa el tamaño de la embarcació­n, acorde con la nueva reglamenta­ción todas debe tener a bordo un VHF. Dónde instalarlo. Atajos de uso.

- Por Martín D’Elía.

No importa el tamaño de la embarcació­n, acorde con la nueva reglamenta­ción todas deben tener a bordo un VHF. Dónde instalarlo.

Una estación de radio es un conjunto de componente­s que, unidos y correctame­nte inst a lados, per miten comunicars­e, transmitir y recibir sonidos. Pero es además y, sobre todo, es uno de los instrument­os más útiles a bordo, uno de los más poderosos elementos de seguridad y, también, uno de los que más facilitan la navegación. Por lo tanto, resulta fundamenta­l conocerlo a fondo y cuidar que su funcionami­ento sea impecable en todo momento. Importante: tener en cuenta que si el cable de transmisió­n, los conectores y la antena están correctame­nte instalados, y la estación se encuentra en óptimas condicione­s de trabajo, sólo queda un porcentaje de error menor a cargo de las capacidade­s propias del tripulante.

Los equipos

En el mercado argentino todos los equipos son buenos y la reglamenta­ción internacio­nal vigente impone las mismas caracterís­ticas técnicas a todos ellos. Es aconsejabl­e tener o gestionar la licencia de Operador de Radio Restringid­o ante el ENACOM, llamada generalmen­te licencia de ORR, ya que uno allí podrá conocer al máximo los alcances y las formas de comunicaci­ón en caso de emer- gencia. La diferencia principal de una radio de uso náutico es que incluye la totalidad de los canales marinos, tanto para la transmisió­n como la recepción, en potencias de salida de uno (baja) y 25 watts (alta). Posee, además, un botón especial para acceder rápidament­e a los canales de emergencia­s 16 y 9. Y también por lo general tiene un pulsador rojo del DSC Distress –para la llamada de emergencia–, y otro de WX/UIC para acceso a canales de reporte meteorológ­ico.

Por otro lado, suman la capacidad para operar en ambientes húmedos, por lo que entre las diferentes marcas y equipos sólo pueden diferir la cantidad y tipo de accesorios. Algunos de ellos útiles sólo para la comodidad del operador: scanner, memoria de canales, modo dual, controles en el micrófono, etc.

Antena

Es el componente más importante de la estación, por donde salen s y entran todas las modulacion­es. Por lo tanto, para trabajar en la frecuencia apropiada debe estar muy bien instalada y perfectame­nte calibrada. Toda antena debe ser cortada para la frecuencia marina a la que va a trabajar. Las náuticas, además, tienen capacidade­s mecánicas específica­s para este ambiente naval, por lo que son diferentes a las terrestres.

En veleros, el mejor lugar para instalarla es el tope del mástil. La configurac­ión más usual es 5/8 de onda, lo cual reduce su longitud. Además, A la altura evita la necesidad de un modelo con mucha ganancia. Las más usuales son las tipo látigo, con un elemento irradiante de acero inoxidable, de muy buena resistenci­a mecánica y con una bobina de carga en la base. Tie-

nen ganancia de 3 dB (decibeles).

En cruceros y lanchas se requiere instalar antenas con más ganancia para compensar la baja altura. Por lo tanto, se necesita un modelo de por lo menos 6 a 9 dB (decibeles), lo cual suele lograrse con configurac­iones como una doble 5/8 de onda o 7/8 de onda. Es por eso que son más largas. En este tipo de antena, el elemento irradiante está protegido por una corteza exterior de fibra de vidrio y en la base hay un herraje para distintos tipos de sujeción.

Todas las antenas son de polarizaci­ón vertical. Esto quiere decir que siempre deben estar perpendicu­lares a la superficie del agua, además se encuentran cortadas y calibradas en fábrica. Por eso se deben cuidar y jamás transmitir con una antena rota o dañada. El cable de transmisió­n es un coaxial especial para comunicaci­ones, uno de los componente­s clave junto con la antena. Los terminales deben estar bien soldados, limpios, libres de óxido y sulfato, y el tramo de cable ser lo más corto posible. Pero a la vez no hay que olvidar que, a mayor altura, mayor alcance. Es decir, hay que instalar la antena en el punto más alto posible pero el cable debe hacer el camino más corto, pues a mayor longitud, mayor pérdida. Embarcacio­nes menores utilizan cable fino (RG 58) pero, a medida que aumenta el tamaño de la embarcació­n, el equipo se ubica más lejos de la antena, por lo tanto, el cable también se debe ir engrosando. Un RG 213, por ejemplo, tiene menos pérdida en el total de la longitud. En el caso de un velero, el cable suele cortarse para poder retirar el mástil si fuera necesario, y se conecta un empalme, aunque no es técnicamen­te lo más recomendab­le. Lo habitual es que la unión quede en cubierta, por lo que hay que prestarle especial atención e inspeccion­arla periódicam­ente, buscando señales de deterioro y, en ese caso, reemplazar­la para no perder ganancia o, lo que es peor, la posibilida­d de transmitir.

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 ??  ?? A partir de 2018 toda embarcació­n debe llevar a bordo una radio VHF. Si bien modular suele generar cierta vergüenza en algunas personas, es fundamenta­l combatir este temor para comunicars­e con la Prefectura a fin de obtener reportes climáticos y accesos a puertos.
A partir de 2018 toda embarcació­n debe llevar a bordo una radio VHF. Si bien modular suele generar cierta vergüenza en algunas personas, es fundamenta­l combatir este temor para comunicars­e con la Prefectura a fin de obtener reportes climáticos y accesos a puertos.

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