Protejamos nuestras aguas del Didymo
El didymo o “moco de roca” es una microalga que se fija en las rocas húmedas por medio de un pie viscoso. Posee un alto poder de propagación, lo que lo convierte en una especie altamente invasiva, una plaga, siendo el factor humano la principal causa de expansión en los cuerpos de agua de la Argentina. Actualmente se encuentra en diversos territorios de Chile y está llegando a los ríos y lagos argentinos. Es por ello que es necesaria una gestión territorial de control y difusión de medidas que permitan disminuir la probabilidad de su dispersión en sectores libres de ella.
Un grupo de pescadores argentinos que viajaron a Chile a practicar pesca deportiva compartieron su experiencia en la frontera argentino-chilena, en la localidad de Mamull Malal, provincia de Neuquén. En el viaje de ida, al ingresar en territorio chileno, no se realizó ningún tipo de monitoreo ni se otorgó información sobre el didymo. Luego de unas semanas de pesca, en su retorno a territorio argentino, pasaron por el control de frontera ubicado en esa ciudad donde un oficial de Gendarmería Argentina les preguntó si tenían el certificado de desinfección de didymo. No lo poseían pues nadie les había advertido sobre este requisito para traspasar la frontera de regreso. Consiste en presentar un certificado expedido por un médico veterinario chileno que constate que se habían hecho maniobras de desinfección en vehículos, vestimenta y equipaje de los pescadores.
Esto plantea un inconveniente para los turistas de pesca deportiva que se encuentran con esta situación en la aduana sin previo aviso, generando retardo en la vuelta a casa. No queda otra opción que volver al pueblo chileno más cercano y encontrar un veterinario que realice la gestión. Queda en evidencia que las autoridades argentinas no poseen los recursos necesarios para controlar y monitorear la presencia del didymo, y no les queda otra solución que delegar esta tarea a los vecinos chilenos, confiando en que sus profesionales realicen la desinfección que se hace en tres pasos: remover restos de barro y vegetación, lavar con agua y lavandina elementos que hayan estado en contacto con el agua y secar todo.
Por su parte, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación declaró al alga Didymosphenia germinata, a nivel nacional, como “especie exótica invasora”, a través de la resolución 991/12. Allí se establece la constitución de un grupo de trabajo que coordine con todos los organismos nacionales relacionados con la problemática –como Gendarmería, Prefectura, SENASA y Cancillería– y con las distintas jurisdicciones provinciales para controlar al alga invasora.
No cabe duda de que, a pesar de esta herramienta legal y política, hay deficiencias en el control y la inexistencia de puestos de desinfección en la frontera argentina impide no sólo el normal desenvolvimiento del flujo turístico, sino también el control de esta especie para evitar la propagación en nuestras aguas. Esperamos que se tomen las medidas necesarias para proteger los ríos y lagos de la Argentina y que se dé al medio ambiente argentino el cuidado que se merece. Manuel Sadler, pescador de San Luis.