Doble récord en 8 y 20 libras
(mujeres)
“Incentivada por Juan Pablo Gozio, miembro de IGFA y amigo, comencé con el tema de los récords mundiales. Mirando la tabla de damas vimos que había algunos por batir y otros vacantes. Elegimos el dorado, porque, como pescadora deportiva, es el pez que más me gusta capturar por su voracidad, sus excepcionales saltos, su rapidez y su belleza. Decidimos salir en busca del récord de línea de 20 y 30 libras. Ese día nos embarcamos junto a Juan Pablo y Matías Pavoni, el guía en Esquina, Corrientes. Matías nos llevó a la zona de pesca y ahí comenzó la aventura. Recuerdo que el río estaba alto y en la boca de una laguna, donde corría fuerte el agua, pude capturar el primer dorado. Con nervios por temor de que se soltara y la adrenalina a mil, logramos embarcar el primero. Cumplimos con los requisitos que la IGFA solicita para homologar el récord. Luego, mandamos a los Estados Unidos todo lo requerido junto con veinte metros de la línea que usamos. Después de dos semanas nos notificaron que los récords fueron homologados. Y al mes nos enviaron los diplomas. “Pasadas unas semanas, decidí ir por el récord más emocionante, porque debía alcanzarlo con línea de ocho libras. Fue en una laguna de agua baja muy clara, entre pastizales. A un dorado de 3,700 kilos con ese multifilamento tan finito había que acompañarlo hasta que se cansara por un lugar muy difícil de navegar, entre palos, pastizales y camalotes. Gran mérito de este récord también es del guía. Con excelentes maniobras de la embarcación y después de 25 minutos logramos embarcar al pez. En ese momento el testigo fue Nicolás Rosas, un gran amigo que colaboró con los videos y fotos, mientras yo peleaba el pescado y Matías hacía maravillas piloteando la lancha”.