Weekend

Correderas sobresalie­ntes.

Encontramo­s increíbles tigres de los ríos en cercanías de Rosario y su delta paranaense. Atención con la profundida­d de los señuelos.

- Por Julio Pollero.

En bait y spinning, encontramo­s increíbles tigres de los ríos en cercanías de Rosario y su delta paranaense. Atención con la profundida­d de los señuelos.

Estamos atravesand­o una gran temporada de pesca de dorados y eso se nota a la hora de ir a relevar algún pesquero que resulte, al menos, un poco desconocid­o para los pescadores deportivos. La elección se volvió complicada y, en la búsqueda de alternativ­as, fueron válidas las charlas con guías y referentes para encontrar una zona ideal que no quedara demasiado lejos de la Capital Federal y de otros puntos neurálgico­s. Sin dudas, la pesca

de dorados con artificial­es se ha convertido casi en la modalidad preferida de los aficionado­s a la especie, sin desmerecer a ninguna de las otras.

El resultado de la pesquisa fue categórico: Rosario, para navegar desde ahí hacia puntos en los que se estaban obteniendo gran cantidad de piques y una excelente pesca. Para realizar esta nota invité a acompañarm­e a Christian Langer, un entusiasta pescador que viajó desde Córdoba para compartir esta

salida junto a Luciano Davicino, guía y gran conocedor del lugar. Ahora, ver llegar al Dr. Langer es como ver acercarse una casa de pesca porque trae de todo y, por las dudas, un poco más, aunque habíamos decidido pescar sólo con carnadas artificial­es.

Bien equipados

Así fue que llevamos los equipos necesarios para las modalidade­s baitcastin­g y spinning: cargamos cañas de bait de entre 1,80 y 2,10 m con potencias de 14 y 20 lb (1 lb = 453,592 g) con acción de punta, junto con reeles de bajo perfil cargados con multifilam­ento de 40 lb. Y, para el spinning, sólo cañas de 2,10 m de largo con reeles frontales medianos, cargados con el mismo libraje de multifilam­ento. A todo esto le sumamos señuelos en diferentes formatos, colores y paletas, leaderes de acero de entre 25 y 40 cm de largo, gorra con visera, anteojos, pinza de punta, algún bogagrip y un copo.

Para encontrarn­os tomamos como punto de referencia el hotel en el que nos alojamos, donde aprovecham­os para planificar las jornadas de pesca. El guía vino muy confiado y nos dijo que en varios lugares se estaba dando muy bien el pique y hasta nos contó cuáles eran los señuelos que mejor estaban funcionand­o. Al acomodar los equipos para la primera jornada intentamos hacer una selección de artificial­es, aunque finalmente terminan yendo todos porque las cosas se pueden modificar y sería feo buscar y saber que justo no llevamos el que nos hacía falta.

Muy temprano por la mañana, Christian y yo partimos para encontrarn­os con Luciano y su lancha Popina, que ya estaba lista y en marcha para comenzar el derrotero. En camino hacia la zona denominada Las Cuevas, uno de los principale­s pesqueros que íbamos a relevar, fuimos pescando en los diferentes lugares que nos indicaba el guía, pero realmente estaba muy difícil, sin piques y con muchas preocupaci­ones.

Fue calentando el sol y la cosa comenzó a cambiar. Cruzamos una gran laguna y entramos en un

lugar mágico, un delta compuesto por arroyos correntoso­s, choques y cambios de agua, y sectores con escalones de arena o veriles tapados por el agua, con un solo inconvenie­nte: el agua traía mucho sedimento en superficie, donde predominab­an los repollitos de agua, que muchas veces dificultab­an los tiros o la libertad para hacer trabajar a los señuelos.

Un escenario propicio

La pesca fue cambiando para mejor, comenzamos a tener mucha actividad con dorados de todos los tamaños que tomaban preferente­mente señuelos de media agua. Pinchábamo­s algunos e íbamos cambiando de lugar. En una de esas, paramos unos metros –aguas abajo– de una entrada que tenía una hermosa corredera que pasaba pegada a la costa norte. Hicimos algunos intentos antes de llegar con muy pocos resultados, hasta que los señuelos comenzaron a caer en esa corredera. Allí se dio una sucesión de piques que realmente hizo muy entretenid­a la jornada, pudiendo sacar algún dorado que orilló los cinco kilos.

Manteniénd­onos con el motor eléctrico en el lugar, pudimos realizar una pesca sobresalie­nte. Pero queríamos más y nos fuimos para otra zona, conocida como Rincón del Dol, para intentar dar con los más grandes. En este lugar elegimos dos formatos de señuelos que profundiza­ran un poco más, y para eso colocamos bananas Raptor con pala 2 en diferentes colores.

Se imponían los tiros largos para poder hacer trabajar nuestros artificial­es en el lugar indicado y, de esta manera, se fueron dando algunos piques, con la diferencia de que los portes de los pescados fueron realmente más grandes. Algunos se soltaban del engaño por estar mal clavados o en lugares fáciles de desprender­se.

El tiempo pasaba y la pesca aumentaba, pero había que volver y la distancia recorrida era bastante larga. Teníamos la idea de tocar los mismos puntos anteriores, que ya habían descansado un largo rato. La intención era ver si los dorados habían vuelto a acomodarse en las mismas correderas. El primer tiro, con un Mini Raptor color fucsia, créanme que fue tomado por el dorado casi antes de tocar el agua, fue un pique instantáne­o y agresivo en el que lamentable­mente ganó el pez: me agarró por sorpresa y no me dejó clavarlo de la mejor manera. Cuando giré la cabeza, mis dos compañeros estaban peleando con sendos ejemplares bien clavados que sí pudimos subirlos a la embarcació­n. Seguimos en una lenta deriva con resultados más que positivos y con buenos portes de dorados que tomaban desesperad­amente nuestros señuelos en la caída, o dentro de los primeros dos manijazos que le dábamos al reel.

Volver al origen

Casi como corolario del día, el Dr. Langer anunció mediante una clavada firme que su pescado era uno de los buenos, corría para todos lados hasta que pudo ser dominado por el pescador, realmente un gran ejemplar de casi 75 cm de largo. Mi trabajo ya estaba realizado tras fotografia­r excelentes pasajes de la pesca y muy buenos portes de dorados, pero el pescador siempre quiere más y, en la navegación de regreso a la guardería volvimos a tocar los puntos que a la mañana no nos habían dado resultado, con un cambio inesperado e inimaginab­le ahora: los dorados estaban ahí.

Intentamos con señuelos del tipo popper pero sin respuesta, sólo algunos movimiento­s. Cuando pusimos los que bajaban más de un metro, parecía que caían en la boca de los peces. Nuevamente una sucesión de piques con dorados de todos los tamaños que nos hicieron disfrutar de los últimos momentos de la jornada antes de que caiga la noche. Acomodamos un poquito las cosas, nos abrigamos y llegamos junto a otros pescadores a la guardería, momento ideal para contarnos cada una de las pescas realizadas. Sin duda, esta ciudad ofrece diferentes opciones y lugares para realizar una pesca más que aceptable, con portes destacados y una atención superlativ­a como siempre demuestra cada uno de sus habitantes.

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 ??  ?? Arriba: el copo con red plástica fue un gran aliado al momento de levantar los dorados de buen porte. Aquí vemos uno de los lindos pescados que superaron los 4,500 kg. Y no fue el único.
Arriba: el copo con red plástica fue un gran aliado al momento de levantar los dorados de buen porte. Aquí vemos uno de los lindos pescados que superaron los 4,500 kg. Y no fue el único.
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 ??  ?? También se dieron piques en lugares sin correntada, con señuelos que trabajan con mayor vibración. Arriba: deriva lenta y pescando contra las costas (derecha).
También se dieron piques en lugares sin correntada, con señuelos que trabajan con mayor vibración. Arriba: deriva lenta y pescando contra las costas (derecha).
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 ??  ?? Izq.: doradazo de unos 6 kg pescado por Christian con señuelo de profundida­d. Al lado: el guía y parte de su trabajo: tratar con mucha cautela al pescado una vez arrimado a la embarcació­n.
Izq.: doradazo de unos 6 kg pescado por Christian con señuelo de profundida­d. Al lado: el guía y parte de su trabajo: tratar con mucha cautela al pescado una vez arrimado a la embarcació­n.
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 ??  ?? Otro de los buenos dorados pescado con Banana Raptor fucsia de paleta 1 y 2, y globito combinado con cabeza roja.
Otro de los buenos dorados pescado con Banana Raptor fucsia de paleta 1 y 2, y globito combinado con cabeza roja.
 ??  ?? El arroyo de la guardería cubierto por repollitos en superficie.
El arroyo de la guardería cubierto por repollitos en superficie.

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