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Patos a tiro de señuelos Bluetooth.

Un llamador electrónic­o fue la pieza del equipo que más se destacó en esta cacería en la zona de Tandil. Por qué hay más ejemplares que otros años.

- Por Horacio Gallo.

Un llamador electrónic­o fue la pieza del equipo que más se destacó en esta cacería en la zona de Tandil. Por qué hay más ejemplares que otros años.

En la temporada 2019 una especie ya tiene ventaja: el pato. Ayudado por el clima y una menor cantidad de cazadores que lo buscó en las últimas temporadas, su cantidad aumentó sustancial­mente. Así lo indicó Mónica Rodríguez, directora de Flora y Fauna de la Provincia de Buenos Aires, quien también señaló que “a esta altura del año la venta de permisos de caza menor se incrementó sustancial­mente con respecto a la temporada anterior, y parte de ese aumento se debe al mayor control por parte la policía rural, que en 2018 retuvo a gran cantidad de cazadores furtivos, carentes del permiso de caza provincial o del dueño del campo”.

Prueba de campo

Para comprobar sus dichos realicé consultas con distintos guías de caza de diferentes zonas de la provincia. Y elegí a Gabriel Muñoz, de Tandil, para que me asesorara como especialis­ta y observador, por lo que en los próximos párrafos transcribi­ré los segmentos más destacados de la charla que mantuvimos.

No es novedad que para iniciar una cacería de patos el horario de ingreso a la laguna es un poco antes del amanecer. De esta forma tenemos tiempo suficiente para colocar los señuelos en el agua, tanto los fijos como los móviles. En esta ocasión utilizamos dos móviles marca Moho (importados de los Estados Unidos), y 22 fijos que se distribuye­ron en forma aleatoria describien­do tres semicírcul­os entre la vegetación de juncos, a unos 30 m del apostadero. El primer Moho se colocó aproximada­mente a 25 m frente al apostadero. Y el otro separado de este unos 35 m. m Con la distribuci­ón indicada se logra aprovechar mejor la distancia de tiro y tener una referencia visual de la cercanía de la presa en cualquier posición.

Como llamador utilizamos

uno electrónic­o, al que previament­e le cargamos los graznidos de cada raza de pato de la zona, que se bajan desde internet. Es funda menta l tener cla ro qué especie está entrando a la laguna para ajustar el sonido. La conexión de los parlantes puede ser cableada o mediante Bluetooth. La diferencia con el sistema inalámbric­o es que los parlantes se pueden alejar sin un tendido de cables que moleste algún movimiento. Pero como en todo, también tienen una contra: las baterías recargable­s. Si la cacería es prolongada, corremos el riesgo de perder el sonido por descarga (detalle a tener en cuenta al momento de decidir la compra).

La ropa camuflada y cómoda es indispensa­ble para realizar este tipo de cacería, al igual que los apostadero­s que, de ser posible, deben estar hechos con la misma vegetación del lugar. El pato es un animal huidizo y con buen golpe de vista. Ante cualquier destello o movimiento extraño huirá velozmente. Las escopetas adecuadas son las semiautomá­ticas 12/70 con cartuchos de 32/36 g con munición de 5 a 7 según viento y temperatur­a. Lo más jugoso de todo este equipamien­to es saber aprovechar­lo, porque con la ayuda de la tecnología se logran grandes cacerías.

Así era antes

Para obtener mayor efectivida­d aún, Gabriel durante varias temporadas cebó la laguna con granos de maíz que humedecía en un tambor. Esa mezcla, una semana antes de llevar a sus clientes, la vertía en las orillas donde colocaba o armaba los apostadero­s. La finalidad era que el pato fuera a comer y se acostumbra­ra al entorno. En el mismo sentido, el día de la cacería apostaba del otro lado de la laguna un par de ayudantes con la intención de ahuyentar hacia la orilla de enfrente los patos que bajaban en este sector. Espantados y, a su vez, guiados por los silbatos desde los apostadero­s, volaban derecho hacia sus captores.

Pero desde hace un par de años

En la cacería es tan importante elegir una buena escopeta con el choke adecuado, como un buen cartucho con munición de 5 a 7 y gramaje de 32/36.

eso cambió. Este año la laguna no fue cebada. En su lugar Gabriel colocó el llamador electrónic­o entre los tiradores y prescindió de los ayudantes del otro lado. Apenas las primeras luces empezaron a asomar, las bandadas de patos apareciero­n numerosas y no hubo necesidad de tirar a la pasada, porque empezaron a bajar como aviones buscando pist a. D u ra nt e su vuelo se colocaban frente al Moho y descendían en el agua, pero centímetro­s antes de acuatizar comenzaban a sentir los disparos de la semis a menos de 30 m. Los que no caían levantaban vuelo inmediatam­ente, pero reincidían en una nueva pasada. Así las bandadas se fueron sucedieron hasta casi pasadas las 9 de la mañana –tarde, por cierto–, siempre numerosas.

Afuera la electrónic­a

A modo de prueba, en una de las vueltas apagaron el llamador para utilizar los silbatos artesanale­s. La diferencia fue abismal: bajaron muy pocos patos y ¡a más de 50 m!, por lo que hubo que realizar tiros a la pasada. La prueba no resultó, así que se volvió a la tecnología y a los buenos resultados. ¡Increíble!

Como persistían las dudas acerca de la efectivida­d del sonido por MP3 vía Bluetooth, solo quedaba probar sacar un poco de camuflaje para ver qué pasaba. Dos fueron los cazadores designados, y a pesar de esto los patos seguían bajando, por supuesto que en menor cantidad, pero igual se sentían atraídos.

En conclusión, hoy el llamador electrónic­o bien calibrado y con los sonidos de patos apropiados otorga al cazador un elemento tan importante como una buena escopeta o camuflaje. Restaba recoger la cosecha, todos ejemplares de buen tamaño, y disfrutar un sándwich de pan casero, salame y queso tandilense a modo de brindis. Lo que seguía, limpiarlos y al horno con naranjas, batatas y papas.

La cacería se dio hasta bien entrada la mañana. La ayuda electrónic­a resultó fundamenta­l. El resultado: gran cantidad de piezas.

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El camuflaje y una buena escopeta resultan an esenciales para cazar patos. Este año las bandadas fueron numerosas y con ejemplares de buen porte. En la zona de Tandil vuelan hasta pasadas las nueve de la mañana, lo que facilita llegar rápidament­e al cupo.
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 ??  ?? Aún con menos camuflaje, la tecnología del llamador fue efectiva. Y los patos, aunque en menor cantidad, siguieron entrando a la laguna donde los cazadores estaban apostados.
Aún con menos camuflaje, la tecnología del llamador fue efectiva. Y los patos, aunque en menor cantidad, siguieron entrando a la laguna donde los cazadores estaban apostados.

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