Weekend

Tras la estela de los primeros matungos.

Antes de la llegada de los grandes ejemplares, relevamos varios lugares estratégic­os donde obtuvimos sorpresas importante­s. Mapa y waypoints de las rutas seguras.

- Por Julio Pollero.

Antes de la llegada de los grandes ejemplares, relevamos varios lugares estratégic­os del Río de la Plata donde obtuvimos pejerreyes importante­s. Mapa y waypoints de las rutas seguras.

Llega el momento, y el pescador de pejerrey lo sabe: el Río de la Plata se convierte sin lugar a dudas en la vedette del momento, en “el pesquero” o en uno de los lugares más visitados por los amantes de esta pesca. Es que el enorme estuario ofrece infinidad de variantes a la hora de ir en busca de los grandes flechas de plata que suelen picar desde mediados de julio en adelante. Son pejerreyes que pueden promediar los 500 g y llegar en algunos casos esporádico­s a los dos kilos de peso. Que los hay, los hay, y la posibilida­d de lograr uno está siempre latente.

En general, todo el río tiene buena pesca, con sectores que, en algunos casos y con el viento como condimento, rinden más que otros. La mayoría de los lugares visitados por el pescador y, principalm­ente, los guías , están

cruzando el Canal Emilio Mitre, zona que se tornó de extrema peligrosid­ad si no tenemos en cuenta la tabla de mareas y menos aún si no conocemos los cruces seguros (ver mapa), un punto prioritari­o a considerar si queremos llegar a la zona de Playa Honda.

Existen muchos y diferentes tipos de guías de pesca, pero sin dudas tomar los servicios de alguno sería más que importante si somos novatos o no sabemos cómo navegar el río más ancho del mundo. A la hora de contratarl­os debemos tener en cuenta qué tipo de embarcació­n, conocimien­tos y experienci­a tienen estos profesiona­les. También nos podemos guiar por el consejo de algún amigo que haya utilizado sus servicios.

A veces, menos es más

Un mito que debemos desterrar es el que tienen en la cabeza varios pescadores: a mayor navegación, mejor la pesca, y muchas veces no suele ser así. Este deporte no es una ciencia exacta, sino que se basa mucho en la experienci­a, en la cantidad de veces que uno sale a pescar buscando diferencia­s, en saber a qué lugar ir y cómo navegar según el viento que haya. Básicament­e, a la experienci­a lograda a través de los años. De ahí que si recién nos iniciamos, un guía hará la diferencia.

Si tenemos que enumerar las distintas posibilida­des que hay en cuanto a zonas rendidoras, todas ellas lo son, pero cada una en su momento. Mucho correspond­e a lugares que están de moda en cuanto a nombres, pero a veces solo se usan de referencia

para ubicar el sitio, para avisarle a algún amigo donde encontrars­e o bien por seguridad ante cualquier imprevisto. Algunos de esos puntos comunes y cercanos donde podemos intentar la pesca son los barcos hundidos Baldissera, Siete Hermanos, Maca, Supremo Entrerrian­o y el Salvatore, sitios todos donde hallaremos un suelo con arena medio arcillosa y algunos bancos de conchillas.

Cementerio de barcos

Si navegamos un poquito más con rumbo E-SE, siguiendo con las referencia­s de los barcos hundidos vamos a encontrar al Ministro Di Tomasso, Cintofante, Serrano, Chichita y varios otros que conforman el reconocido circuito del cementerio de los barcos. Aquí vamos a tener mayor profundida­d: unos siete u ocho metros con el río en condicione­s normales. Desde este punto hacia la costa uruguaya tenemos otro pesquero: la referencia es la isla San Gabriel. Allí vamos a encontrar lo que venimos nombrando, pero todo junto: conchilla, profundida­d y algunos bancos de arena con buena cantidad de agua.

Ahora, si tomamos hacia el ONO por la zona de los primeros siete palos de la ruta hacia Martín García, en el islote formado en las últimas décadas y conocido como La Raja cruza una profunda canaleta que nos puede llevar desde Playa Honda hacia la isla Martín García y sus zonas aledañas. Es lo que se conoce como El Corralito, la cola del canal Buenos Aires: una zona baja, embancada y cercana a grandes profundida­des, como la canaleta principal de La Raja y Rajita, o el mismo canal Buenos Aires.

Otra muy buena opción es el lugar conocido como la Depresión del Palo 4, una alargada porción del río con extremos bien bajitos, veriles que paulatinam­ente van cayendo hacia la profundida­d y un centro muy hondo que a veces llega hasta los diez metros de calado. Por último, y muy importante como para dejarla pasar, nos resta mencionar toda la zona de Playa Honda, un sector en la parte central del río donde la profundida­d promedio es de tres metros. Sin duda, todos son muy buenos lugares de pesca, por lo cual muchas veces se dificulta la elección, más aún al saber que entre dos puntos posibles puede haber más de una hora de navegación. Por último, es importante destacar que cuanto más avanza la temporada, los bancos de arena y conchilla, o las zonas bajas, son las opciones que mejor rinden.

La idea de este relevamien­to era poder cubrir la mayor parte de los lugares mencionado­s, cosa que no podríamos hacer en una sola jornada, razón por la cual elegimos una semana de buenos vientos que nos permitiera salir al menos un par de veces. Como muchos amigos cuentan con embarcacio­nes propias y varios de ellos son guías, la convocator­ia fue fácil y nos permitió distribuir rápidament­e los días y los pescadores. La primera opción fue un día que se anunciaba con poca

nubosidad y sin rastros de lluvia, pero se equivocaro­n: llegamos a la guardería con una llovizna que nos acompañarí­a durante toda la jornada; una jornada poco apacible para este tipo de pesca. Así y todo decidimos continuar con el plan previsto, pero saliendo un poco más tarde y con la firme convicción de llegar al lugar elegido, pescar, disfrutar con los amigos y plasmar nuestra salida en una sesión de fotos.

Los equipos

Para este tipo de pesca se utilizan caña s de 4 a4,50m de largo, que pueden ser telescópic­as o enchufable­s, aunque con una salvedad: las telescópic­as se usan con reeles frontales chicos y medianos y, las otras, con modelos de bajo perfil. Según la comodidad o experienci­a del pescador, estos reeles pueden estar cargados con nylon monofilame­nto del 0,25 al 0,30 mm, al que el día anterior vamos a tener que pasarle vaselina o flotalínea­s para que no se hunda mientras la línea navega. Otra opción es ponerles hilo multifilam­ento de 12 lb (1 lb = 453,592 gramos) o 0,20 mm que en principio flota y llega más firme a la clavada, aunque con el correr del tiempo este hilo va a absorber agua y, posiblemen­te, también se hunda, momento indicado de pasarle flotalínea­s o cambiarlo.

Las líneas que se utilizan para esta pesca tienen una separación entre boyas de1,60m,y al final podemos colocarle una brazolada

extra con una pequeña boyita del formato que queramos, que sujetará un cuarto anzuelo, el que actuará más suelto que el resto. En cuanto al formato y color de las boyas, pueden ser cometa, panzona, palito, palito desparejo, tipo lágrima, en colores uniformes o bien combinados de modo tal que el pescador pueda verlas sin dificultad alguna. Algunos ejemplos para tener en cuenta: Criterio Nº 19/1, 30, 5 o bien las Cribal Nº 208, 215 o 220. Como carnada siempre funciona muy bien la mojarra viva o salada, y el filet de dientudo fresco o salado y coloreado.

Ya con todo listo, aunque el sol sin asomar, navegamos trazando un triángulo entre el Baldissera, La Raja y El Arbolito para hacer los primeros intentos. Aminoramos la

marcha una vez decidido donde parar, apagamos el motor arrojamos el ancla de capa para aminorar la velocidad de desplazami­ento al tiempo que colgamos una botella de aceite de pescado para formar una calle de ceba a través de un leve goteo. Armamos los equipos y las líneas, al agua. Pasamos casi una hora sin tener un solo pique, y obviamente que culpábamos a la lluvia sin querernos convencer de que no era el mejor día. Hasta llamamos por radio a otra lancha amiga para certificar nuestra postura. Ellos estaban en las mismas condicione­s.

Otra vez en macrha

La decisión fue navegar un rato más en busca de mayor profundida­d. ¡Ahí sí! Empezamos a tener los primeros piques, no muchos pero de muy buenos portes, lo que nos alegraba pero no nos conformaba. Igual seguimos pescando un rato más pero la decisión de regresar estaba tomada al lugar, lo que ocurrió un par de días después, aunque cambiando el rumbo más al sur. Esta vez no podríamos quejarnos de las condicione­s, eran las ideales para pensar en una gran pesca: día luminoso, fresco y con vientos leves del S-SE. Más no se podía pedir y así fue, tremenda pesca en calidad y cantidad.

El primer pique fue de un pescado de casi un kilo que picó en la primera brazolada produciend­o una explosión a 30 m. Es caracterís­tico de este tipo de ejemplares sacudir el cuerpo en superficie, nadar hacia los costados y, ya cercano a la lancha, ver su enorme boca abierta, momento en que alguno agarra el copo y se prepara para izarlo a bordo. Así se fue dando una sucesión de piques ininterrum­pidos con pejerreyes que iban desde los 400 g al 1,30 kg de peso, algo sensaciona­l que no se da en muchos pesqueros de esta especie. Obviamente, también salieron ejemplares de 30 cm, pero en esta oportunida­d fueron los menos.

Como la mano venía muy bien, hablamos mediante VHF con muchos amigos que estaban en el agua y a los que no les estaba yendo igual, por lo que los fuimos arrimando para que tuvieran la misma suerte. A l promediar la tarde decidimos volver para llegar temprano y selecciona r el mater ia l pa ra mostrar en esta nota. Sinceramen­te, no daban ganas de dejar ninguna foto afuera, y eso que aún falta lo mejor.

Así que a los amantes de la pesca del pejerrey les decimos que vayan agendando alguna fecha para salir a nuestro querido Riopla que, como todas las temporadas, nos va a regalar sin dudas el pejerrey para hacer un cuadro con la mejor foto.

 ??  ?? Luis Chichi Yañez con un lindo peje, algo flaco y largo, pero que igual dio una gran pelea. Rondaría los 700 g de peso.
Luis Chichi Yañez con un lindo peje, algo flaco y largo, pero que igual dio una gran pelea. Rondaría los 700 g de peso.
 ??  ?? La embarcació­n de Elías Mica con la familia completa en plena acción y el resultado de fin de jornada: un ramillete con excelentes portes, entre 500 g y más de un kilo.
La embarcació­n de Elías Mica con la familia completa en plena acción y el resultado de fin de jornada: un ramillete con excelentes portes, entre 500 g y más de un kilo.
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 ??  ?? Padre e hijo mostrando que también se pueden divertir con pejerreyes un poco más chicos.
Padre e hijo mostrando que también se pueden divertir con pejerreyes un poco más chicos.
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 ??  ?? Los buenos pejerreyes siempre deben ser esperados con el copo, de otra manera al levantarlo­s podemos cortar la brazolada o romperles la boca. Arriba centro: encarne de mojarra salada y viva a la vez.
Los buenos pejerreyes siempre deben ser esperados con el copo, de otra manera al levantarlo­s podemos cortar la brazolada o romperles la boca. Arriba centro: encarne de mojarra salada y viva a la vez.
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 ??  ?? Arriba: Chichi copeando un buen peje pescado por Mauro. Derecha: el boyarín del final de línea dio muy buen resultado. Abajo: luego de un hermoso día llegamos a la guardería Lange, donde siempre nos brindan la mejor atención y el confort para nuestras embarcacio­nes.
Arriba: Chichi copeando un buen peje pescado por Mauro. Derecha: el boyarín del final de línea dio muy buen resultado. Abajo: luego de un hermoso día llegamos a la guardería Lange, donde siempre nos brindan la mejor atención y el confort para nuestras embarcacio­nes.
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