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Por qué elegir el 20

Los pronóstisc­os auguran un invierno con pocas lluvias. Si sumamos la sequía actual, las perdices saldrán lejos y los tiros serán largos. En este contexto, cuáles son las ventajas del calibre 20 sobre el 12.

- Textos: HORACIO GALLO Fotos: DANIEL CALLISTO

Esta temporada va a ser atípica: el pronóstico extendido del clima que proporcion­a el Servicio Meteorológ­ico Nacional es de temperatur­as más altas de las normales, con falta de lluvias hasta mayo. Por salidas previas antes de la temporada, observé ya que los pichones tienen mejor tamaño que el 2019 a la misma fecha, y también que las perdices salieron un 70 % de fondo y un 30 % cruzadas a ambos lados, siempre teniendo el viento de frente. Las liebres, por su parte, parecían entrenadas pa ra ca r rera de obstáculos, y ambas especies salieron a mayor distancia de mis pies que otros años: unos 15 a 20 m. Otro detalle que no podemos pasar por alto es el del dengue: habrá que cuidarse de los mosquitos, porque se espera que abunden, aunque desde ya no quiere decir que contagien.

Luego de considerar los datos climatológ­icos con Daniel C a l l ist o, m i c ompa ñer o de aventuras, nos pusimos a analizar cuál sería el calibre más apropiado para esta temporada.

La conclusión fue el 20, porque las presas saldrán más lejos y el 20 agrupa mejor a la distancia. Lo mejor de esa elección es que las escopetas son más livianas, los cartuchos también pesan menos, y como habrá poco viento, alta temperatur­a y falta de lluvias, caminar con menos peso será mucho mejor.

La teoría de mesa de café funcionaba espléndida, pero faltaba la comprobaci­ón empírica. Así que decidimos hacer una prueba en las pedanas de tiro al vuelo del Tiro Federal de Lomas de Zamora. Allí llegamos un sábado de mañana con dos escopetas: una superpuest­a Silma, italiana calibre 20 con choke 1/2 y full, y una semiautomá­tica Remington, americana, calibre 20, 4+1 con choke 1/2. Los cartuchos elegidos: Cheditte y Aquila,

ambos italianos ($ 960 a $ 1.050 la caja de 25 unidades), y Orbea, Fiocchi y Activ, nacionales ($ 600 a $ 700), todos con munición 7 y 7,5. Las pruebas arrojarían que los italianos logran mejor agrupación y velocidad constante.

Disparos previos

Después de armar las escopetas, preparamos los elementos para realizar la prácticas en el planchón: blancos impresos, papel madera, fibrones, lápices, tijera, cinta para pegar, cinta métrica y hélices. Pero antes pasé por la pedana para tirar una vuelta con las nuevas maquinas del club, más rápidas y con distinto vec, una pequeña trampa para modificar el vuelo de la hélice que complica al tirador. El resultado no fue bueno: en la primera serie, con la semiautomá­tica abatí solo una de las tres hélices utilizando seis cartuchos. Con la superpuest­a el resultado fue similar. Fue entonces cuando se nos unió Alberto Cilento, tirador experiment­ado de la institució­n, quien nos murmuró unos comentario­s y a quien seguimos para la zona donde realizaría­mos la práctica.

El planchón metálico se ubicaba a 30 m de la mesa que elegimos para depositar nuestros elementos. Sobre él pegamos primero un centro de hélice, al que a su vez le colocamos un soporte con un testigo de hélice. El otro sistema fue una hoja de papel madera a la cual le dibujamos la silueta de una hélice en su centro imitando una perdiz en vuelo. La distancia nos pareció un buen promedio, imitar la ralidad en campo. Más tarde pondríamos el blanco a 50 m para ver la agrupación a esa distancia.

Alberto comenzó a disparar con la super puesta cargada con los ca r tuchos ita l ia nos: buena agrupación con centro elevado 15 municiones sobre la silueta de la hélice, tras lo cual repetimos la experienci­a con los cartuchos nacionales: la agrupación fue menor –entre 7 y 8– y el mejor resultado se lo llevó el Orbea Extra. Siguió el turno de disparar con la semiauto: si bien la agrupación fue buena, con los cartuchos italianos el centro estuvo corrido 20 municiones a la izquierda sobre la silueta de la hélice, mientras que con los nacionales la agrupación fue de entre 12 y 15 (mejor resultado también para el Orbea Extra).

Y aquí la conclusión tras la observació­n de Daniel: como soy diestro mis disparos tienden a ir a la izquierda, lo que me ayudó mucho a corregir los tiros cruzados, a tal punto que ya casi no yerro. En las perdices de fondo suelo tener la costumbre de ubicarlas como blanco al centro o a la derecha de mi vista, cuando en realidad para mi manera de tirar las debo ubicar un poco a la izquierda. Con la mente puesta en ello, corregí el tiro y hasta logré hacer centro en el blanco con mayor cantidad de municiones.

Pruebas sobre la hélice

Acto seguido, pusimos un blanco sobre la reja de la cancha ubicada a 50 m. Con la semiauto y el cartucho importado llegaron al centro ocho municiones, mientras que en la misma situación con el nacional pegaron cinco perdigones.

Con todos estos datos en nuestro haber, decidimos regresar la hélice a la pedana de tiro para hacer otra vuelta. Alberto con la superpuest­a debía tirar más abajo, y yo con la Remington corregir hacia mi derecha. Aplicando la fórmula probada escasos minutos atrás, pegué las tres hélices de la serie con el primer tiro, y Alberto repitió el resultado con la superpuest­a.

La primera conclusión fue la importanci­a de comprobar el plomeo sobre un papel, cartón o cartulina para saber cómo es el de nuestra escopeta, y corregir el tiro en consecuenc­ia, ya sea a derecha, izquierda, arriba o abajo. Tiro desde hace años y nunca me había percatado de este detalle. La segunda, saber que el clima va a estar seco y las presas saldrán anticipada­s. Ante esa combinació­n, lo ideal será usar escopetas calibre 20, que agrupan mejor a largas distancias (30 a 50 m). He visto tiradores experiment­ados abatir presas en esta condicione­s a casi 70 m. Por eso creo que en el 2020, el 20 hará la diferencia.

Agradecimi­entos: a Diego Aguirre, a la armería del Tiro Federal de Lomas de Zamora, al personal de pedana de tiro al vuelo de dicho club, y a Jorge Guarnieri de cartuchos Cheditte.

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En el polígono simulamos dos blancos diferentes para verificar la concentrac­ión de los cartuchos: uno con una hélice real en su centro, y otro con la hélice dibujada. Comparado con el calibre 12, el 20 se llevó todos los laureles a largas distancias.

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