Weekend

Tiempo de migratoria­s otoñales.

Antes del final de la temporada, hicimos una escapada a ciertos points muy precisos. Equipos y técnicas para no fallar.

- Por Marcos Hlace.

Antes del final de la temporada, hicimos una escapada a ciertos points muy precisos del río Limay. Equipos y técnicas para no fallar.

Es un buen momento para preparar el equipo pensando en ir detrás de las truchas migratoria­s: las marrones en las bocas del Limay o Chimehuín, o las esquivas fontinalis del Corcovado. Me decido a cambiar la Amnesia que me viene acompañand­o de la temporada pasada en mi reel de spey. Todo tiene que estar en orden, no hay margen para el error, las grandes no lo permiten. Además de estar reseca y marcada por el uso, tiene un nudo y un recuerdo que difícilmen­te pueda borrar. La excusa de que se acerca el final de temporada siempre ayuda a ponerse manija, con la sumatoria de que nuestro querido Limay se venía portando bien. Así fue como con

Juan Morchio le propusimos a Pablo Ballari hacerle unos tiros a la mítica boca del Limay para despuntar el vicio.

“Vamos a la mañana un rato. Unos tiros y nos volvemos...”. Qué fácil nos sale a los pescadores engañarnos a nosotros mismos. Con el equipo formado y el programa encaminado, rumbeamos para el río. Esa mañana empezó tranquila. El pique se hizo esperar y fue Pablo quien concertó la primera captura abriendo el juego del día. No pasó mucho tiempo y Juanete pinchó otra. “Listo, entraron!”, nos dijimos.

En la medida en que se fue poniendo ventoso, las condicione­s mejoraban. Sobre el mediodía y acercándon­os al horario en que habíamos prometido volver, me

tocó a mí un poco de acción con otra hermosa marrón. Ya podíamos estar más que satisfecho­s. Pero nunca falta el “¿le hacemos unos tiros más?”. Por supuesto que se imaginan las respuestas.

Entramos nuevamente al río desde el lado de Río Negro. El viento las había puesto muy activas. En el transcurso de muy poco tiempo ya habíamos sentido varios picotones. Había olor a pescado, solía decír un amigo. Después de algunas pasadas, clavé algo que parecía de buen tamaño. Corrida y dos saltos para el recuerdo. Era una arco de las buenas que, sin errar, pusimos en la costa. Un macho plateado, rosa y verdoso, de esa genética única que no deja de sorprender. ¿Qué más podiamos pedir? Por supuesto, otra pasada.

Entró Pablo primero, luego Juan y mi turno fue ir último. Literalmen­te, dos lances al mismo lugar, tomé un poco de línea para tensar, corrección, deriva y la mosca se plantó, como suele pasar cuando es un pique de los buenos. Se me viene encima rápidament­e, recojo con la mano y empieza a correr con la mala suerte de que se me hace un lazo con la manija del reel imposible de soltar. Le grito a Juan: “Está buena, está buena, pero tengo un nudo. ¡Hermoso!”.

Recogió su línea lo más rápido que pudo y, sin pensar, se acercó a ayudar. Corremos un poco y trato de sacar el nudo, pero no había manera. Afortunada­mente, la trucha se quedó clavada en el medio del río... era nuestra chance. Así que recogí todo lo que pude con la mano, me encomendé y a jugársela. Juan cortó la Amnesia, hizo un nudo como pudo y en un pestañear estábamos en carrera otra vez. La suerte se había puesto de nuestro lado.

Una vez que el nudo entró al

reel, traté de prepearla para que no salga otra vez. En unos minutos teníamos nuestra captura para la foto. Más que nunca fue de los dos... Lindos recuerdos de una temporada que, como otras, será difícil olvidar.

Equipos de una y dos manos

No hay equipos perfectos pa ra t od as l as sit uaciones.

Siempre va a haber unos que se adaptan mejor a ciertos ambientes y posiblemen­te no sean los óptimos para otros. Pero me voy a referir en general al Limay, Chimehuín y Correntoso. Si hablamos de cañas, hay que distinguir entre las de una mano y las ahora tan presentes cañas de dos manos o spey.

Las diferencia­s entre ambas son muchas y no sólo se quedan en la forma de empuñarlas. Las de dos manos suelen tener mayor longitud que las de una, yendo de los 11 pies (1 pie = 0,3048 m) en adelante, mientras que en las de una mano para pescar con streamer nos cent ra remos en long itudes que oscilen entre los 9 y los 10,6 pies. En cuanto a la numeración, es recomendab­le la elección de cañas de línea 7 u 8 en las de una mano y 8 para caña las de dos. Se pueden utilizar equipos mas chicos si las condicione­s lo permiten.

En mi caso, disfruto de pescar con mi vara número 6/7 de 12,6 pies, pero sé que no siempre es la mejor a lternativa, especialme­nte con agua alta, donde necesito lances más largos. Sin duda, las cañas de dos manos bien empleadas cuentan con muchas ventajas respecto de las de una para conseguir peces migratorio­s con streamers.

En primer lugar, porque nos cansamos menos si somos buenos con la técnica y, además, gracias a su mayor longitud permiten hacer correccion­es y aumentar el control sobre la deriva. Las cañas de una mano, por su parte, otorgan una mayor versatilid­ad al pescador, ya que pueden ser usadas de vadeo o desde un bote, y alternar otras técnicas como lances de spey con líneas apropiadas o como la ninfa. Además se desenvuelv­en mejor en ríos de menor tamaño.

En cuanto a las líneas, principalm­ente vamos a utilizar de hundimient­o. Lo que no quita que, si el lugar lo demanda, podamos utilizar intermedia­s o de flote hundiendo solamente con el leader, como puede ocurrir en el río Correntoso. Si optamos por las de hundimient­o, utilizar las de 6 ips (pulgadas por segundo) de velocidad de profundiza­ción. Incluso se pueden armar shooting heads o cabezas lanzadoras comprando “t” (t8, t11, t14, t17 e, incluso, t20). La “t” deriva de tungsteno y el número es lo que pesa el pie en grains.

Entonces, para 20 pies (alrededor de 6 m) de t 14 tenemos un peso de 280 grains. Y así podemos ir armando nuestra propia línea, jugando con el peso y el largo, tratando de buscar qué es lo que mejor se adapta a la caña, a nuestra situación y preferenci­a. A esto se adiciona running, que puede ser de flote como el convencion­al que viene con las líneas, o una

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? Las cuatros moscas fueron atadas por Rubén Martín: 1) Pancora, 2) Egg Sucking Leech articulada, 3) Martin Minnow, 4) Alaskabou Negra (tubo).
Las cuatros moscas fueron atadas por Rubén Martín: 1) Pancora, 2) Egg Sucking Leech articulada, 3) Martin Minnow, 4) Alaskabou Negra (tubo).
 ??  ?? Trucha marrón hembra de la boca del Limay, capturada junto con el guía y amigo Juan Morchio utilizado técnicas de spey. Insistir en la época adecuada siempre tiene su recompensa.
Trucha marrón hembra de la boca del Limay, capturada junto con el guía y amigo Juan Morchio utilizado técnicas de spey. Insistir en la época adecuada siempre tiene su recompensa.
 ??  ??
 ??  ?? Izq.: si bien el otoño es época de marrones, las arco iris siempre nos puede dar una sorpresa. Der.: marrón macho con colores de otoño capturada por Segundo Beccar Varela.
Izq.: si bien el otoño es época de marrones, las arco iris siempre nos puede dar una sorpresa. Der.: marrón macho con colores de otoño capturada por Segundo Beccar Varela.
 ??  ?? Ubicación: el río Limay nace en el lago Nahuel Huapi y fluye hacia el noreste. Forma la frontera entre las provincias de Neuquén y Río Negro. Hasta su confluenci­a con el río Traful y posterior formación del lago Alicurá, se lo conoce como Limay Superior. Informació­n y consultas: marcoshlac­e@ hotmail.com Tel.: +54 2944653680. Instagram: marcos_hlace Río Limay Superior Río Negro y Neuquén
Ubicación: el río Limay nace en el lago Nahuel Huapi y fluye hacia el noreste. Forma la frontera entre las provincias de Neuquén y Río Negro. Hasta su confluenci­a con el río Traful y posterior formación del lago Alicurá, se lo conoce como Limay Superior. Informació­n y consultas: marcoshlac­e@ hotmail.com Tel.: +54 2944653680. Instagram: marcos_hlace Río Limay Superior Río Negro y Neuquén
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina