Lagunas en tiempo de cuarentena.
Estas semanas fueron útiles para poner los equipos a punto. Pero también las aprovechamos para hablar con muchos guías y saber cómo vienen los diferentes espejos. Cuando el decreto quede sin efecto, queremos estar más que listos.
Estas semanas fueron útiles para poner los equipos a punto. Pero también las aprovechamos para hablar con muchos guías y saber cómo vienen los diferentes espejos. Cuando el decreto quede sin efecto, queremos estar más que listos.
Lamentablemente, estamos sufriendo una pandemia mundial que nos prohíbe disfrutar de una de las cosas que más nos gustan: la pesca deportiva. El Coronavirus se propagó rápidamente y una de las mejores soluciones que se han encontrado es quedarnos de cuarentena en nuestras propias casas. Debido a este grave suceso y volcándolo a la pesca, podemos decir que tanto los ámbitos lacustres como el Río de la Plata han dejado de sufrir alteraciones por la navegación, juegos acuáticos, ruidos, turismo, molestias diversas y hasta la misma presión de pesca que ejercen los pescadores en cada uno de los lugares que se visitan.
Todo esto y algunas otras cosas más contribuyen a que cada laguna, los ríos y algunos arroyos hayan podido descansar, y que todas las especies que los habitan se sientan más cómodas moviéndose con menos precaución de lo habitual. Esperemos que todo pase pronto y no sufrir ningún sobresalto para poder disfrutar tanto de la pesca como de la vida. Estos días de encierro, sin ninguna duda, nos sirvieron para acomodar nuestros equipos de pesca, entre tantas otras cosas. Seguramente hemos desarmado y vuelto a armar las líneas, limpiado los reeles y las cañas, acomodado accesorios y puesto a punto todo lo que a veces por falta de tiempo no podemos hacer.
Por estacionalidad, la pesca de este momento es la del pejerrey. Cuando comienzan a llegar los primeros fríos, las primeras heladas, este tipo de pesca se va acentuando y junta miles de
aficionados que se mueven en distintas direcciones en busca de cantidad y/o calidad de pejer reyes. Just a ment e lo que estos días no pudimos hacer.
Hagamos un simple repaso de a lg unas de las cosas que ya nombramos como, por ejemplo, el rearmado de líneas. Lo primero que debemos saber es que la línea tiene que tener el largo adecuado para la caña que vamos a utilizar o, dicho de otra forma, que la caña sea del largo ideal para usar una línea de las dimensiones que queremos, si no se nos va a hacer muy incómodo lanzar y levantar las capturas. Si la idea es pescar en el Río de la Plata, lo más aconsejable es que los aparejos tengan un mínimo entre boyas de 1,60 a 1,80 m, porque la idea es pescar siempre al garete, y no hace falta usar boyón impulsor o puntero. Lo mismo podría usarse en lagunas, obviamente, pero el río tiene habitualmente olas muy cortas y si las lineas son cortas caerían en lo que se llama el valle y no funcionarían.
Diferencias entre líneas
Si armamos para la laguna y pescamos anclados, podemos confeccionar líneas que tengan 1,50 m –como mínimo– entre boyas y unos 80 cm más si agregamos puntero, en caso de tener que usarlo para llegar más lejos o a cierto lugar determinado que sin este peso extra no podríamos (por eso no se usa cuando se pesca al garete). Una pregunta habitual es: ¿ponemos o no pilotín o alcahuete en los aparejos? Sinceramente se les puede poner, o no, pero hay que tener en cuenta un par de cosas. Si el pilotín tiene un diámetro mayor a nuestra primera boya, puede pasarla en la deriva. Y si no lo tiene (el alcahuete) y no estamos atentos, podemos ejercer una presión extra a esa primera boya del aparejo. Un pequeño consejo es utilizar un pilotín no muy grande, no mayor a los 8 mm, que nos servirá para saber dónde comienza nuestra línea y también será útil para acomodarla en el agua. Son muy pocas las posibilidades de que una línea con o sin pilotín marque diferencia en cuanto a la cantidad de piques.
Otro elemento importante es, sin dudas, el reel, el cual podemos desarmar y apenas lubricar, nunca conviene llenarlo de grasa. Podemos revisar la carga de nylon o multifilamento que tenga y ver si es necesario un cambio. Si es nylon, lo mejor es cambiarlo por uno de 0,30 mm. Con ese diámetro estaremos
más que bien para pescar en cualquier lado. En cambio, si lo tenemos cargado con multifilamento, podemos darlo vuelta o bien cambiarlo, obviamente.
En las cañas poco se puede hacer: mirar los pasahílos por si tienen alguna rotura, controlar la cremallera del portarreel, si es que tiene, y limpiarla. Ya tenemos todo prolijamente preparado para cuando podamos salir de pesca, ahora solo nos queda buscar los lugares e ir progresivamente a todos los que se pueda para despuntar el vicio cuando el fin de la cuarentena y el distanciamiento social del Decreto del Gobierno lo permitan.
Tamaños apetecibles
Al principio de esta nota hablamos de la cuarentena obligatoria y de aprovechar el tiempo para preparar los equipos, pero no fue lo único que hicimos. En nuestro caso, también conversamos con muchos amigos y guías de diferentes lugares para que nos contaran su parecer respecto de los ámbitos que podían ver (algunos tienen casa sobre la orilla de las lagunas). En San Cayetano, una zona plagada de infinidad de pequeñas lagunas privadas, Carlos Di Loretto, nuestro anfitrión habitual, ya nos anticipó que el área va a dar mucho de qué hablar porque hay una increíble población de pejerreyes que se ve en diferentes espejos. Difícil nombrarlos a todos, pero como siempre La Genovesa, Albardón, La Reserva y La Isidoro cuentan con cantidad de ejemplares de gran
tamaño. Los que se ven lomear sobre la costa sin duda superan el kilogramo de peso. Pero no es lo único: parado sobre la orilla, en la zona central del espejo se observa el movimiento de cardúmenes. Así que es una zona que siempre hay que tener agendada, ya que pocas veces defrauda.
Santa Fe.
Si apuntamos a Santa Fe, Diego Goapper (del pesquero La Calle) y Vicky (del pesquero El Rancho), ambos en la de laguna Villa Cañás, ellos nos confirmaron que ven el espejo mucho mejor de lo que estaba en la publicación de marzo de esta misma revista, cuando nuestro compañero Rodrigo Cobas publicó una nota. A fines de abril se veían grandes cardúmenes moviéndose por este espejo de agua que tiene muchas hectáreas y se encuentra realmente muy poblado. Una laguna que el año pasado fue una de las vedettes, esta vez no quiere bajarse del escenario.
Cochicó y Trenque Lauquen.
Aquí hablé directamente con propietarios de campos que dan a la laguna y ellos coincidían en algo: que hacía mucho que no veían tanto pejerrey en superficie. Si bien son lagunas realmente muy grandes y suele pescárselas a media agua o de fondo, en esta oportunidad se ven las aletas a flor de superficie de flechas muy grandes. También llamé –con un poco de desconfianza– a la laguna de Gómez, pero grande fue mi sorpresa cuando me dijeron que se la ve muy recuperada, con vida, que si bien no habían detectado movimientos de cardúmenes, sí habían visto gran cantidad de bulos.
Salada de Madariaga.
Otra que se va a subir al podio en la poscuarentena de 2020 es la Salada de Madariaga, que ya venía rindiendo muy bien y ahora, sin duda, va a estar mejor. Patricio, un amigo que tiene unas tierras del lado de Melón Gil, me comentó que se arrimó varias veces al borde de la laguna y que vió lomos de pejerreyes enormes muy tranquilos sobre las orillas.
La Nueva y El Burro.
Por último, llamamos a guías y mojarreros de la Autovía 2, quienes nos aseguraron que la laguna La Nueva (publicada en edición anterior de Weekend) sigue muy bien poblada. Y agregaron que El Burro se vio con movimiento en superficie de pejerreyes de todos los tamaños (nada grande y ejemplar, pero sí en cantidad) y que no pudieron recorrer otros pesqueros conocidos a causa de prohibición
de salida masiva, pero que por intermedio de peones de campo y propietarios de algunas fincas se enteraron de que había actividad.
Mar del Plata.
En cuanto a la zona de Mar del Plata, en la Laguna de los Padres, sobre el fondo del espejo, vieron algunos movimientos de pejes buenos y, en la general de la laguna, suponen que puede ser una buena temporada porque venía en ascenso. En La Brava solo hablé con una persona que tiene campo allí, y en los primeros días del Coronavirus, antes de que estuviera prohibido salir, me comentó que había sacado buenos pescados a un metro de profundidad, más o menos, no muchos, pero buenos y sorprendido por la época, porque aún no hacía nada de frío.
Chasicó.
LafamiliaGiménez, de las cabañas Acuarela del Lago, recibió mi llamado con sorpresa y gratitud, y manifestó que tienen mucha fe para esta temporada en Chasicó, clásica laguna donde se vio un gran aumento de pique el año pasado y esperan mejorar aún con los próximos fríos. Ellos, acercándose solamente a la orilla de los embarcaderos, ya veían bulos en la mayor parte de la laguna.
Alsina y La Picaza.
Para finalizar en cuanto los ámbitos lacustres, Pedro, habitual concurrente a la laguna Alsina, me llamó para decirme que me prepare, porque amigos suyos que habitan en la zona tuvieron la oportunidad de –lamentablemente– ver redes con pejerreyes muy buenos, así que ejemplares para pescar de ma
nera deportiva deben sobrar. Algo similar a lo que ocurre en La Picaza, cuya población de pejerreyes es de buen tamaño. A llí está permitida la pesca comercial y los videos que nos llegaron dan fe de ello.
Puán y Sauce Grande.
Otra laguna que las autoridades suelen recorrer por cuidado a los furtivos es la de Puán. Los guías que conversan con ellos aseguran que hay mucho movimiento de peces de todos los tamaños, aunque no vieron nada extraordinario en cuanto a portes, pero sí pejerreyes gordos y parejos. Y si de ver a través de los ojos de otros se trata esta nota, porque al momento de escribirla no podíamos salir a la calle, Cacho, el puestero de un campo lindante con la laguna Sauce Grande que también vigila la zona para que nadie se meta (porque furtivos hay en todos lados), vio mucho pejerrey en superficie con buenos tamaños.