Fuego a bordo.
Un nauta jamás podría olvidarse si le toca ver el hundimiento de un barco u observarlo en llamas. Esta última es una de las experiencias más duras por la que nunca se quisiera pasar y, según las estadísticas, la mayoría de los casos son por negligencia de
Un nauta jamás podría olvidarse si le toca ver el hundimiento de un barco u observarlo en llamas. Esta última es una de las experiencias más duras por la que nunca se quisiera pasar y, según las estadísticas, la mayoría de los casos son por negligencia del usuario o patrón a bordo.
Si hay algo que hoy nos impacta es el minuto a minuto de la vida online. Cualquier noticia en tendencia en poco tiempo y todo el mundo puede enterarse de un suceso en forma inmediata. Así fue que, unos meses atrás en las instalaciones del YCA sede San Fernando, se desató un incendio en dos grandes yates a motor. Este hecho ha dado el puntapié inicial para generar esta nota, donde haremos un breve repaso sobre algunos puntos que nos permitirán tener una mayor seguridad, tanto activa como pasiva, en nuestra embarcación. Claro está que cuando un barco se incendia, muchas veces la cercanía a otros en la amarra hace que los vecinos también resulten dañados, por lo cual es muy importante en esos casos tener claros los planes de evacuación, de contingencia, personal entrenado, botes con hidrantes... y sobre todo entrenamiento para saber qué hacer con la cabeza fría. Este es un tema que abordaremos en otra ocasión. Hoy nos dedicaremos solo al barco.
Problemas comunes
En navegación o amarra, los olores a combustible (nafta sobre todo) que puedan sentirse en el entorno del barco, sala de máquinas o su interior, denotan que hay una posible pérdida en el sistema. Hay que tener en cuenta que estos vapores son altamente explosivos y una pequeña chispa podría causar un estallido. También en el caso de instalar gas envasado,
directamente de la construcción del barco, de su cálculo de potencia eléctrica y del mantenimiento de nuestra embarcación. Es muy importante tener en cuenta o verificar si el astillero que la construyó respetó las normas al respecto de la Prefectura Naval Argentina o internacionales, por medio de la verificación con un ingeniero naval matriculado.
Tipos de fuego
Para que el fuego se active se necesitan tres elementos: combustible, fuente de calor y oxígeno. Removiendo cualquiera de estos tres elementos, el fuego se extingue, por lo tanto los extintores tendrán sin dudas activa participación en combatir ese elemento, pero vamos a clasificar primero los distintos tipos de fuego:
“A” – Combustibles sólidos (madera, plástico, telas, papel, etc.). El agua es la ex tintora ideal. Se requiere de enfriamiento y se usan matafuegos del tipo A, ABC o AB.
“B” – Combustibles inflamables (aceites, naftas, solventes, etc.). Se apagan eliminando el oxígeno o interrumpiendo la acción en cadena que se produce durante la combustión. Usan matafuegos BC, ABC, AFFF (espuma).
“C” – Fuegos eléctricos bajo tensión. El agente extintor no debe ser conductor eléctrico, eliminando así soluciones acuosas. Primero utilizar extintores BC o ABC, luego de cortada la corriente se puede usar agua o extintores A o de espuma AFFF.
“D” – Metales inf lamables como aluminio, magnesio o potación, los que pueden entrar en ignición cuando se reducen a pequeñas cantidades de limadura fina. Ideal es el extintor de clase D.
“K” – Fuego de aceites vegetales o grasas animales (cocinas). Se utilizan extintores clase K, que contienen una solución acuosa de acetato de potasio que, en contacto con el fuego, produce un efecto que saponifica (transforma en jabón la sustancia grasa), aislando y enfriando el combustible del oxígeno.