Hoy es un buen día para empezar.
Dejemos las excusas de lado: cualquier momento es bueno para largarse a transitar caminos en bici. Si buscamos los pero nunca saldremos. Hay que vivir la propia experiencia para darse cuenta de que la bici es un viaje de ida, sin retorno.
Existe un sinfín de maneras de viajar en bicicleta y ninguna es la mejor o la correcta, como tampoco, probablemente, la definitiva. Por eso la idea de esta nota no es dar una fórmula exacta que debamos cumplir y, mucho menos, mostrar un ideal de cómo viajar. Sino, al contrario, el objetivo es poder brindar algunas primeras herramientas que puedan llegar a resultar útiles al iniciarse y que luego se podrán descartar, perfeccionar o convertir en propias una vez que hayamos logrado el único objetivo realmente importante: salir finalmente al camino.
Seleccionar un recorrido generalmente es la parte más linda y entretenida pero, también, la etapa en la que se puede llegar a definir si un viaje se concreta, posterga o queda simplemente entre los pendientes eternos. Gustos, tiempo, presupuesto, exigencia física, equipo... Hay varios factores que se cruzarán al momento de elegir un destino y, según el caso de cada quien, alguno pesara más que otro, lo importante en esta etapa será poder encontrar la manera de salir y vivir una primera experiencia viajando en bici, aunque eso signifique tener que pedir equipo prestado o hacer solo un viaje de uno o dos días a algún pueblo cercano por falta de tiempo o presupuesto.
Elección del viaje
La realidad es que para viajar nunca va a ser indispensable tener mucho tiempo, mucha plata, mucho estado físico o mucho equipo, lo único indispensable son las ganas, lo demás, aunque cueste asimilarlo, son excusas. Si verdaderamente se quiere –hay ejemplos de sobra–, siempre se le puede encontrar la manera. Los miedos e incertidumbres que se
los fuertes vientos en contra que vamos a tener que soportar.
La carga
Se podrá elegir entre las siguientes opciones o combinarlas: portaequipaje y alforjas o carrito, alternativas que se caracterizan por tener mayor posibilidad de carga y volumen. Se recomiendan para viajes por terrenos poco técnicos y transitables en los cuales peso y volumen no sea una limitante. Bikepacking: para esta modalidad no se necesita portaequipaje y se caracteriza por el minimalismo, bolsos más pequeños adaptados al cuadro de la bicicleta que brindan menor peso y volumen. Se recomienda para viajes más técnicos donde el peso y volumen se puedan volver un condicionante, o viajes cortos en los que no sea necesario llevar mucho equipo. También nos parece necesario aclarar que otra opción posible para comenzar a viajar puede ser realizar algún viaje corto sin acampar y llevando simplemente una mochila.
Indumentaria: al viajar en bici se está continuamente expuesto a los cambios de clima del lugar durante muchas horas del día. Por lo tanto, el aspecto más importante a tener en cuenta al elegir la ropa será que cada prenda cumpla una función di
en huellas o senderos técnicos de montaña, donde muchas veces se camina.
Es impor tante aclarar que
Cada ciclista tiene sus propios ritmos y los kilómetros pueden cambiar drásticamente según la persona y el tipo de viaje que se proponga.
ferente (aislamiento, abrigo, impermeabilidad, etc.), lo que nos brindará la posibilidad de ponernos y sacarnos capas de ropa con facilidad en la medida en que lo necesitemos.
¿Acampar sí o no?
Luego de muchos años viajando, podemos decir que finalizar el día de pedaleo acampando en algún rincón en medio de la naturaleza es uno de los placeres más grandes que dan los viajes en bici, pero también somos conscientes de que no todos piensan lo mismo y, por eso, creemos necesario aclarar que nunca debe ser un condicionante para iniciar un viaje en bicicleta. Si el impedimento para salir es el miedo o la incomodidad por tener que acampar, se puede empezar parando en pueblos o ciudades (por ejemplo, ver nota página 84), eligiendo destinos que se adapten a esa opción. El equipo de camping será nuestra casa y refugio durante los días que dure el viaje, por lo que siempre recomendamos intentar conseguir uno bueno que resulte cómodo y pueda protegernos de los distintos climas que les toquen.
Dudas frecuentes
¿Cómo hago con el agua? ¿Qué pasa si se me rompe algo de la bici? ¿Cuánto peso llevar? ¿Tengo que estar entrenado? ¿Qué comer? Las dudas que surgen antes de comenzar a viajar son infinitas y una pelota que se vuelve más y más grande a medida que nos vamos acercando al día de partida. Lo primero que tenemos para aportar en este aspecto es que todos nos hicimos las mismas preguntas y, por eso, lo segundo que tenemos para decir es que, por más que se intente, nunca se logra salir a la ruta completamente seguros, ya que lo único que va a poder darnos verdadera seguridad es responderlas en base a la propia experiencia. Por eso, para finalizar dejamos una frase que resume mucho de lo que aprendimos viajando en bicicleta y que, al día de hoy, es una de las herramientas más valiosas que tenemos: “Aunque pienses que podés fracasar, inténtalo, no tengas dudas de que, pase lo que pase, siempre, vale la pena.