Weekend

Cómo haremos turismo cuando volvamos a salir.

Después de que tiraran abajo las Torres Gemelas, la forma de viajar cambió. Ahora nos enfrentamo­s a un paradigma similar: para volar internacio­nalmente necesitare­mos un pasaporte sanitario y mucho coraje.

- Daniele. Por Patricia

Después de que tiraran abajo las Torres Gemelas, la forma de viajar cambió. Ahora nos enfrentamo­s a un paradigma similar: para volar internacio­nalmente necesitare­mos un pasaporte sanitario y mucho coraje.

Ya pasamos más de 60 días acuartelad­os en nuestras casas. Durante este tiempo evitamos salir a la calle y estar en contacto con otras personas lo más que pudimos. Pero todo tiene un límite y, si bien de a poco se van liberando actividade­s y en algunos lugares se permite salir a caminar o hacer tramos cortos, lejos estamos de aventurarn­os por el mundo, conocer nuevos destinos y quién sabe cuándo volveremos los argentinos a cruzar el continente en más de 13 horas de avión.

Los expertos dicen que, pensando en escenarios para el desarrollo del turismo, primero se reactivará la actividad hacia las zonas cercanas (a las que se puede llegar en auto) y que el turismo interno será rey, convirtién­dose en otro elemento clave para el repunte de la economía nacional. Según Marcelo Carballar, dueño del hotel boutique Hygge

Home, “los viajes cortos, de proximidad, se potenciará­n y así el campo y el turismo rural se convertirá­n en la primera opción para muchos argentinos. Es una oportunida­d para impulsarlo a lo largo y a lo ancho del país, fundamenta­l para el desarrollo de las economías regionales y de un crecimient­o sostenible”.

Primeras precaucion­es

Mientras desde el Gobierno intentan unificar criterios para organizar los servicios del rubro, la Federación Empresaria Hotelera Gastronómi­ca de la República Argentina (FEHGRA), junto con FUNCEI (Fundación Centro de Estudios Infectológ­icos) del Dr. Daniel Stamboulia­n, ya presentó un protocolo para el servicio de restaurant­es, take away y delivery, que segurament­e será puesto en práctica en todo el país. Entre otras cosas, habla de permitir la presencia de hasta cuatro personas cada 10 m2, evitar el uso de menús físicos y reemplazar­los por carteleras; quien atiende a la gente no debe limpiar mesas y el piso, y entregar los pedidos de la puerta hacia la calle, para evitar el ingreso del público.

Del mismo modo, los hoteles se preparan para reabrir intensific­ando los estándares de limpieza, brindando un enfoque holístico para mejorar la tranquilid­ad de los huéspedes –como proponen desde Marriott, donde higienizan todas las superficie­s con rociadores electrostá­ticos que distribuye desinfecta­nte de grado hospitalar­io–. A saber: señalizaci­ón en los vestíbulos; reorganiza­ción o retiro de los muebles para dejar más espacio libre y están evaluando agregar particione­s en la recepción para proporcion­ar un nivel adicional de precaución, así como incorporar el uso de máscaras y guantes para los empleados, mientras eliminan el buffet del desayuno y las comidas, reemplazán­dolo por menú a la carta o room service.

Pero ¿cómo será, cuando podamos salir, el nuevo turismo post cuaretena? Segurament­e seguiremos conviviend­o con el virus como hasta ahora pero to

mando mayores precaucion­es en ambientes desconocid­os. A falta de una vacuna, seguiremos usando tapabocas y alcohol en gel en las áreas comunes y es probable que las actividade­s al aire libre, rurales o de aventura, sean las más elegidas.

Incluso coinciden en que, cuando se salga de vacacio - nes, el viajero va a buscar atención personaliz­ada, lugares con mucho espacio y con limitación en la cantidad de personas. Las pequeñas loca l idades ya se están activando porque no tuvieron Covid-19 o fueron pocos los casos, al igual que se van preparando los prestadore­s de actividade­s de ecoturismo, que tienen sus propias recomendac­iones: en las expedicion­es deberá haber sólo una persona por carpa, marcando la obligatori­edad del distanciam­iento y extremando las condicione­s de seguridad e higiene en el transporte y en los alojamient­os que no sean al aire libre.

Controles y más controles

A nivel internacio­nal, ya se están implementa­ndo controles de temperatur­a antes de subir a un avión (en los aeropuerto­s que están operativos) o de registrars­e en un hotel; se pide el uso de barbijo (algo que quizás pueda mutar, de acuerdo a como lo evalúe la Organizaci­ón Mundial de la Salud) y se está trabajando para establecer la opción de portar una especie de pasaporte sanitario que indique la condición de covid free de quien lo lleve. Esto se lograría con un estudio previo a, por ejemplo, sacar un pasaje, que quedará alojado en una aplicación móvil para ser exhibido cada vez que las autoridade­s o el personal de control lo requieran.

El ejemplo lo está dando China, donde ya comenzaron las actividade­s turísticas y donde las personas llevan consigo un carnet digital en el que consta cómo está su salud.

Asimismo, en los aeropuerto­s se instalarán más detectores de temperatur­a grupales, quizás mamparas divisorias en los puestos de check in y ya se prohíbe el ingreso de los acompañant­es de quienes viajen. En los vuelos, el tema más debatido es el del distanciam­iento social dentro del avión. De hecho, algunas aerolíneas como Delta (que sigue operando en los Estados Unidos) y Turkish invalidaro­n algunos asientos y no solo los centrales, que están bloqueados desde mediados de abril. Además, a partir del 30 de junio Delta anunció que brindará más espacio para ofrecer viajes seguros bloqueando la venta de algunos asientos selecciona­dos de pasillo y ventana, limitando la disponibil­idad al 50 % de la cabina First Class y al 60 % en el resto, para reducir el número total de pasajeros por avión.

En cuanto a higiene interna, limpian todas las superficie­s de la cabina por medio de una nebulizaci­ón electrostá­tica, a la par que destacan que con el uso de sistemas de circulació­n de aire de vanguardia con filtros HEPA se extrae más del 99,999 % de los virus. Apoyándose en la efectivida­d de los filtros es que los directivos de la Asociación Internacio­nal del Transporte Aéreo (IATA) aseguran que no haría falta tanto distanciam­iento ni el uso de máscaras faciales adentro de los aviones.

P robablemen­te, haya restriccio­nes en los viajes hasta el último trimestre de 2020 y todo se transforma­rá en una nueva normalidad del transporte aéreo, como pasó con las imposicion­es aeroportua­rias que se implementa­ron después del 11 de septiembre. Aunque no hay claridad sobre el cuándo, está claro que la gradualida­d comenzará por las rutas domésticas, seguirá por las internacio­nales de corto y medio radio, algunas podrían ser e en simultáneo, y finalmente, los v vuelos interconti­nentales.

Y así nosotros, los curiosos mor t a les, p o d remos volver a eje ejercer la profesión que más nos gusta: la de trotamun mundos.

Primero lo primero, nos presentamo­s: mi nombre es Hermann Meder (36), soy marino mercante maquinista, y deportivo velerista. Y también soy el esposo de Rocío (36), el papá de los mellizos Günter y Valter (9) y de Bruno (5). Y el capitán del Kira-Kira. Nuestros hijos nacieron en Bariloche, lugar que elegimos para escapar en la primera aventura y del cual nos llevó varios años despedirno­s, dado que lo que comenzó como un viaje mochilero devino en una familia, una casa, un empleo en un conocido barco turístico (en el que paseó el Presidente Obama) y dos perros. Todo muy lindo pero nuestra intención, desde que tenemos memoria, siempre fue “largarlo todo” y hacernos a la mar. Y lo logramos. Llevamos cuatro años viviendo a bordo.

No fue fácil conseguir el barco ideal, de hecho nos tomó dos años de llamadas, visitas y buscar oportunida­des para vencer los obstáculos. Para encontrarl­o me basé en las recomendac­iones de los grandes navegantes que conozco del puerto de San Isidro y en mis héroes literarios, que habían escrito lo suyo en cuanto a lo que hay que tener en cuenta para dar con el barco correcto: de acero, no muy chico pero tampoco muy grande, en buen estado, marinero... puff...

El velero

Soy bastante maniático, lo que sumado a la instrucció­n técnica que he recibido en la adolescenc­ia, me convirtier­on en un ogro especializ­ado en buscar defectos, fisuras, detalles y cualquier otra cosa. Esto hacía suponer que, en realidad, solo eran excusas y que el sueño del barco se convertirí­a en un derrotero de visitas a clubes y brookers que no acabaría nunca. Afortunada­mente, luego de buscar mucho, pero muuucho en serio, apareció el Kira-Kira. Un Van de Stadt Seal de 36 pies, facetado y armado con el amor que la tarea demanda. Sin dudas, bajo ningún concepto lo dejaría escapar, aunque haya tenido que vender la casa mucho más barata de lo que hubiera podido con más tiempo, con tal

 ??  ?? Postales que nos volverán a albergar: el Sheraton Salta ya cumple las normativas internacio­nales de su propietari­a Marriott. La República de los Niños volverá a recibir visitas.
Postales que nos volverán a albergar: el Sheraton Salta ya cumple las normativas internacio­nales de su propietari­a Marriott. La República de los Niños volverá a recibir visitas.
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 ??  ?? Es poco probable que este año volvamos a pasar 13 horas en un avión para visitar la hermosa Londres. Pero tarde o temprano lo haremos.
Es poco probable que este año volvamos a pasar 13 horas en un avión para visitar la hermosa Londres. Pero tarde o temprano lo haremos.
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