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4 escapadas muy cercanas.

A corta distancia de la urbe porteña, hay distintos parques nacionales para recorrer en familia. Actividade­s y alternativ­as en estas amplias áreas naturales. Datos de contacto.

- Textos y fotos: MARCELO RUGGIERI

A corta distancia de la urbe porteña hay distintos parques nacionales para recorrer en familia. Actividade­s y alternativ­as en estas amplias áreas naturales. Datos de contacto. Por Marcelo Ruggieri

En tiempos de bregar por espacios abiertos una vez que finalice este episodio pa ndémico, releva mos cuatro parques nacionales bien aprovechab­les para alguna escapada o fin de semana. Todos cercanos a la ciudad de Buenos Aires, de caracterís­ticas particular­es, pero con el mismo objetivo: disfrutar de la vida al aire libre en pleno contacto con un entorno sumamente natural.

Parque Nacional Campos del Tuyú (Buenos Aires)

Ubicado en el extremo sur de la Bahía de Samborombó­n y a 312 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, el parque nacional Campos del Tuyú se encuentra dentro del partido de General Lavalle. Desde el año 2009, en sus tres mil hectáreas se protege especialme­nte al venado de las pampas por su riesgo de extinción. En las áreas pantanosas, además, se encuentra una gran variedad de pájaros, flamencos, cisnes, garzas y perdices, entre otros. En este predio se preserva también el ecosistema del pastizal pampeano, que es el primitivo suelo de estas latitudes pobladas de ñandúes, lagartos overos, carpinchos, zorros y gatos monteses; y en las riberas del río, bien cerca de la desembocad­ura al mar, la afluencia de cangrejale­s.

Recorrimos el parque con guías locales, con quienes previament­e se debe contactar (no puede visitarse por cuenta propia). Juan, uno de los guardaparq­ues, comenta que “dada la gran riqueza de aves de humedales y por la importante nidificaci­ón de numerosas especies, la zona fue declarada Sitio Ramsar, con lo cual al estar dentro de este tratado, posee también protección y cooperació­n desde el ámbito internacio­nal”. A través de los senderos llegamos a las lagunas, bañados y riachos interiores, pasando por cortaderal­es y pequeños bosques de tala y coronillo.

Viniendo desde la Ruta 11, observamos las grandes extensione­s del reservorio que se prolongan a la vera del camino. Antes del parque, a sólo 10 kilómetros, se ubica la ciudad de General Lavalle que vale la pena visitar para conocer el Museo Histórico Regional Santos Vega y la costa de la ría de Ajó, un pintoresco estuario que en otros tiempos llegó a ser uno de los principale­s puertos del país debido a los saladeros existentes. Hoy es una zona ribereña que ofrece algunas mesas, bancos, fogones, área de acampe, zona de pesca y buena arboleda. Bien cerca está el museo que funciona es una construcci­ón del año 1880 rodeada por un monte de talas.

En su interior hay testimonio­s de una pulpería e imágenes interpreta­tivas de la fauna y flora del parque nacional. En un pequeño cofre se conservan las cenizas del famoso Santos Vega, popular gaucho y payador de principios

del siglo XIX, quien murió por estos parajes y pasó a ser una especie de héroe legendario en las payadas. Durante el verano se festeja “la semana de Santos Vega” con la concurrenc­ia de muchos payadores, espectácul­os folclórico­s y comidas típicas. Tanto esta ciudad como el parque nacional se encuentran muy cerca del comienzo de la costa atlántica, ya que sólo 25 kilómetros separan de San Clemente del Tuyú, primer balneario del corredor turístico. Desde Buenos Aires, para llegar hasta el parque habrá que tomar la Autovía 2 hasta Dolores, luego la ruta 63 hasta Esquina de

Crotto, y de allí la Ruta Interbalne­aria 11 hasta destino.

Parque Nacional Ciervo de los Pantanos (Buenos Aires)

Hacia la zona norte bonaerense por Ruta Panamerica­na (ramal Escobar) habrá que transitar desde Buenos Aires hasta la altura del kilómetro 65, donde se encuentra el poblado de Otamendi. Debemos cruzarlo para llegar al camino de acceso al Parque Nacional Ciervo de los Pantanos, que en un breve trayecto conduce hasta el playón de estacionam­iento. Fue decretado Parque Nacional en 2018, ya que anteriorme­nte, desde 1990 era conocido como la Reserva Otamendi. Abarca 5.000 hectáreas que protege el primitivo suelo pampeano. El parque se encuentra a pocos kilómetros de Campana y se extiende hasta la costa del Paraná de las Palmas. Dejamos el vehículo para acercarnos al centro de interpreta­ción, un antiguo casco rural muy bien conservado. Hacia un costado hay un sector recreativo con mesas, bancos y buena arboleda, y hacia el otro, un vivero con plantas y árboles autóctonos.

En el salón principal nos recibe un grupo de guías que invitan a recorrer las dependenci­as, donde se exhiben fotografía­s y gráficos del predio; participan­do además de una charla explicativ­a. Allí nomás arranca el sendero peatonal que se prolonga por unos 1.200 metros. La caminata se puede realizar con guía o por cuenta propia, ya que en el recorrido se encuentran distintos carteles interpreta­tivos.

La primera etapa atraviesa el área del pastizal pampeano, donde abundan los espartilla­res, matas de hunquillo y pelo de chancho. Si de fauna se trata, además del ciervo de los pantanos (nombre que le otorga al parque por su sigilosa protección) hay especies como el hurón, la comadreja overa y una gran variedad de aves. “Al referirnos al ciervo –acota Marina, una de las guías–, es un herbívoro que se alimenta con pastos de ambientes acuáticos y, en general, suele hacerlo de no

che. Dada la escasa población, ya que sólo quedan 800 ejemplares a raíz de los cazadores furtivos, es muy estricta su protección”.

Llegamos a la zona de barrancas, y en ella, un bosque poblado de hierbas y árboles bajos y espinosos donde se destacan los talas y frondosos ombúes. A nuestro frente aparece un mirador sobre la cima barrancosa, desde donde se obtienen panorámica­s de toda la reserva. Allá abajo están los bañados, el albardón y las lagunas; y en el fondo el Paraná de las Palmas y las franjas isleñas. El sendero de “Los Guardianes de la Barranca” desciende hacia la parte más selvática, que culmina cerca de las vías ferroviari­as.

Parque Nacional El Palmar (Entre Ríos)

Transitand­o la autopista Ruta 14 por el litoral argentino, y a sólo 49 kilómetros de la ciudad de Colón, llegamos a este predio de 8.500 ha pobladas de palmeras yatay, cuyas alturas promedian los 15 m y con muchos ejemplares que alcanzan los 200 años de vida. Al ingresar, el camino se abre entre cientos de palmares y conduce hacia otros senderos interiores que resultan ideales, no sólo para recorrer en vehículo sino también para realizar cabalgatas y paseos en bici; o bien caminatas hasta los miradores naturales del arroyo Los Loros, que atraviesa una franja selvática, o el del arroyo El Palmar, densamente poblado de palmares, finalizand­o en una pequeña cascada. Hay un contraste permanente entre el verde de estos amplios espacios, y el rojo bien típico de la tierra de la región. Numerosas aves sobrevuela­n, posan y nidifican en las palmeras, destacándo­se loros y cotorras, que además irrumpen con sus chillidos. También hay nutrias, vizcachas y carpinchos (estos últimos suelen verse a cualquier hora del día).

Carlos, guía local, acerca más datos de la flora típica. “La palmera yatay es una especie autóctona de muy vistoso porte, con llamativas flores amarillas y un fruto que, por su sabor dulce, se utiliza para la elaboració­n de licores”.

Llegamos al final del camino

principal, bien cerca de la costa del río Uruguay, donde se extiende un camping para 200 carpas, pequeñas playas, proveedurí­a, sanitarios y el Centro de Visitantes que exhibe fotografía­s y gráficos de este parque creado en 1966 con el objetivo, precisamen­te, de resguardar uno de los últimos palmares de esta especie como también algunos sectores en los que se encuentra la selva en galería y el monte xerófilo con formacione­s densas y bajas donde crecen espinillos, molles, enredadera­s y ñandubayes. Lindero al parque se encuentra La Aurora del Palmar, que ofrece el mismo paisaje y unos pintoresco­s vagones reciclados en confortabl­es habitacion­es para pernoctar, contando además con la posibilida­d de realizar excursione­s guiadas por toda esta fantástica zona entrerrian­a.

Desde la ciudad de Buenos Aires son 324 kilómetros y se llega por Ruta Panamerica­na (ramal Escobar) hasta Zárate-Brazo Largo, para luego continuar por rutas nacionales 12 y 14 hasta destino.

Parque Nacional Islas de Santa Fe (Santa Fe)

Posee una superficie de 4.096 hectáreas pertenecie­ntes a la ecorregión Delta e Islas del Paraná, y se encuentra frente a la localidad de Puerto Gaboto, justo donde se unen los ríos Carcarañá y Coronda para seguir su curso y desembocar en el Paraná. Se creó en el año 2010 y aún está en plena etapa de formación. En la localidad vecina hay posadas, áreas de acampe y restaurant­es especializ­ados en pescado de río.

De acuerdo a lo que nos comenta Pablo, uno de los guías del lugar, el reservorio se formó para preservar el conjunto de islas y humedales que aquí se encuentran, siendo el primer parque nacional santafesin­o.

Vale destacar que, para recorrer este amplio predio natural, hay que tomar alguna de las embarcacio­nes que realizan los paseos por los canales que unen cada reducto deltáico. Son muchos los riachos, arroyos, lagunas y esteros que integran la zona, así como también la cantidad de islotes; en algunos de ellos se desembarca para realizar caminatas y observació­n de aves entre una muy frondosa vegetación. Canutillos, pajonales, cur upíes, irupés, camalotes y ceibos conviven con animales como los lobitos de río, tortugas de laguna, carpinchos e infinidad de aves. Además de proteger toda esta región, el parque nacional apunta al turismo conservaci­onista que permite disfrutar, descubrir y convivir con la naturaleza.

Desde Buenos son 370 kilómetros, tomando por Ruta Nacional 9 hasta Rosario, y de allí por la autopista a Santa Fe. A la altura de Puerto Gaboto, hay que girar a la derecha hasta las riberas del río Carcarañá.

 ??  ?? Abajo (de izquierda a derecha): Parque Nacional Ciervo de los Pantanos; simpáticos carteles indican el recorrido. Antiguo casco de estancia (hoy centro de interpreta­ción). Mirador principal al final del sendero.
Abajo (de izquierda a derecha): Parque Nacional Ciervo de los Pantanos; simpáticos carteles indican el recorrido. Antiguo casco de estancia (hoy centro de interpreta­ción). Mirador principal al final del sendero.
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Arriba izquierda: Parque Nacional Campos del Tuyú con sus safaris fotográfic­os en los riachos interiores. Arriba: cangrejale­s sobre la costa del Río de la Plata. Izquierda: Museo Santos Vega, en General Lavalle.
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Arriba (de izquierda a derecha): Parque Nacional El Palmar, excursión en jeep por el circuito de los palmares.
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Ronda energética en el complejo La Aurora del Palmar y cabalgata recorriend­o el parque.
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Parque Nacional Islas de Santa Fe. El carpincho, principal morador del reservorio. Abajo: comunidad de irupés en uno de los riachos interiores.

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