160 km imperdibles de la Ruta 40
Hacerlos en auto resulta fascinante, pero quienes tengan la opción de completar el recorrido sobre una bicicleta, disfrutarán de una de las travesías más bellas de nuestro país, en permanente contacto con la naturaleza y los pobladores locales.
La distancia total entre la ciudad de Cafayate y el pintoresco pueblo de Cachi es, según Google Maps, de exactamente 158 kilómetros. La misma plataforma afirma que para cubrir esa distancia en automóvil se requerirá algo así como unas 3 horas con 32 minutos y que, si se elige la opción de completar el recorrido en bicicleta, el tiempo estimado asciende a 8 horas con 46 minutos. Además, Google nos agrega una curva de nivel ascendente que imaginamos servirá como una especie de advertencia para aquellos que estén pensando en completar este trayecto pedaleando. Pero si bien la efectividad de este sistema suele ser exacta en las ciudades, en este caso y debido al estado del camino, las cifras quedan muy lejos de la realidad, ya que tanto si viajamos en bici como arriba de un automóvil, el tiempo requerido para completar este trayecto suele se bastante mayor.
Afuera de esos datos quedan, entre otras cosas, que este recorrido es parte de la mítica Ruta Nacional 40, que atraviesa la Quebrada de las Flechas, el Monumento Natural Angastaco y algunos de los pueblos más representativos de la cultura del noroeste argentino. Afuera de estos datos, Google también olvida decirnos que, si además la idea es completar el recorrido pedaleando con
nuestra bicicleta, debemos estar preparados para vivir una experiencia inolvidable por una ruta cicloturística que ofrece todos los condimentos necesarios para transformar este viaje en una gran aventura.
A simple vista, 160 km pueden parecer pocos, pero las condiciones del terreno y algunas otras cuestiones relacionadas a la climatología y la geografía característica del NOA no se deben subestimar, y menos aún cuando el objetivo es completar el recorrido con nuestra bicicleta y de forma autónoma.
Punto de inicio
En dirección hacia el norte, el recorrido comienza en Cafayate, una pintoresca ciudad ubicada a 1.680 msnm, sobre la Ruta Nacional 40, en el corazón de los Valles Calchaquíes, que destaca por su belleza paisajística, su arquitectura y una fuerte tradición vitivinícola, ya que se encuentra rodeada de viñedos desde donde nacen algunos de los vinos más selectos del norte argentino. Desde este punto y durante los primeros 25 kilómetros se avanza sobre pavimento hasta llegar a San Carlos, el pueblo más antiguo de la provincia de Salta y desde donde la Ruta 40 se transforma en un camino de ripio y arena que asciende progresivamente y se interna poco a poco en un paisaje geológico que encuentra su clímax de belleza en la zona comprendida entre el río Calchaquí y el pequeño poblado de Angastaco, donde se ubica específicamente la Quebrada de la Flechas. Y donde se pueden encontrar esos característicos pasajes estrechos formados por puntiagudos paredones de hasta 20 metros de altura que se formaron hace más 15 millones de años y que hoy parecen estar allí no solo para deleitar nuestros ojos con sus formas y colores grises y ocres, sino también como para
recordarnos que el tiempo que llevamos los hombres en esta tierras es solo un pequeño suspiro para la historia universal.
Desde Angastaco, la ruta seguirá ascendiendo de manera lenta pero sostenida, acompañando el cauce del río Calchaquí y atravesando los pueblos de Molinos y Seclantás, lugares que ofrecen lo mejor de la cultura norteña, expresado en la calidez de su gente, su historia, gastronomía y productos artesanales de primera calidad, con los que todo viajero suele encontrarse cada vez que pasa por allí. Finalmente, en el pueblo de Cachi, ubicado a 2.530 msnm, se podrá disfrutar de un merecido descanso en un contexto de inigualable belleza paisajística y tranquilidad, ya que como alguien alguna vez dijo por allí: “Cachi es el pueblo donde el tiempo se quedó a descansar”.
Dónde dormir y qué comer
Cafayate posee muchísimas opciones de alojamiento que van desde hoteles boutiques a campings con proveeduría. San Carlos, Molinos, Seclantás y Cachi cuentan con una oferta hotelera considerable, y también existen campings municipales en los que se puede pasar la noche. En cuantoalacomida,esposibleencontrar proveedurías en todos los pueblos mencionados, pero también se puede disfrutar de la gastronomía local en los típicos comedores que sirven platos tradicionales como humitas, tamales, empanadas y cazuelas de excelente elaboración y a muy buen precio.