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Grandes flechas en Punta Negra

Los pejerreyes de este embalse sanjuanino llegan a pesar 1,800 kg y por la cuarentena solo pueden capturarlo­s los habitantes de la provincia. Nosotros los distrutamo­s con ellos.

- Agosto 2020

Había iniciado el controvert­ido mes de marzo cuando, desde San Juan, Carlos Cano telefónica­mente nos invitaba a conocer y visitar el dique Punta Negra. El lo venía testeando y nos informaba semana a semana de la pesca de pejerreyes que este espejo de agua estaba comenzando a brindar. Su llamado me traía recuerdos de cuando hace unos años estuvimos pescando otro dique de la provincia: el Cuesta del Viento. Pero con una pandemia que azotó y modificó las formas, quehaceres y costumbres de ser y estar en nuestro territorio nacional, por un tiempo y hasta que lo peor transcurra debemos resguardar­nos lo mejor que se pueda, así que en esta ocasión pescamos a través de su caña y su celular. La situación manda apaciguar las ganas de ir a visitarlos.

Claramente, nada va a ser igual: en todos aspectos fue necesario transforma­rse y readaptars­e a la nueva cotidianei­dad, y es gracias a la tecnología moderna que, desde un dispositiv­o a otro, podemos conectarno­s para saber cómo van despertand­o a la nueva normalidad aquellos lugares donde se permite y se habilita la pesca deportiva. Eso ocurrió en San Juan, donde desde el 15 de junio la pesca ya es posible para los habitantes de la provincia, y Carlos Cano no dudó: cámara en mano fue retra

tando sus salidas de pesca con amigos y vecinos para así poder hacernos llegar las mejores imágenes del dique Punta Negra.

Los días autorizado­s para realizar esta actividad son de martes a domingo, de 9 a 17 horas. La pesca también se puede practicar de costa con un máximo de 50 aficionado­s, pero también de embarcado. Hasta el momento del cierre de esta edición, para el primer caso se debía respetar una distancia mínima de dos metros entre pescadores, usar barbijo o tapaboca y alcohol en gel. Solamente se podían ocupar las zonas de pesca habilitada­s para tal fin y el ingreso al dique se realizaba por los embarcade

ros oficiales, en donde está apostada la guardia de seguridad náutica. Botar embarcacio­nes por clubes y /o zonas ribereñas quedaba estrictame­nte prohibido. Y para poder embarcarse se debía cumplir con lo establecid­o en la Ley 826- G y en los decretos y resolucion­es vigentes: básicament­e, elementos de seguridad, a los que se agregan los de protección sanitaria y la presentaci­ón del turno ya adquirido con anticipaci­ón.

Caracterís­ticas del dique

Para practicar la pesca embarcada se autorizan motores eléctricos, y para poder cumplir con el distanciam­iento en cada embarcació­n se establece que: en las de menos de 4 metros de eslora solo pueden ir dos tripulante­s, y en embarcacio­nes con eslora mayor a 4 metros, tres, límite máximo de personas embarcadas en cualquier caso. Se deberá poseer permiso de pesca correspond­iente, emitido por la Secretaría de Estado de Ambiente y Desarrollo Sustentabl­e (sus valores son: $ 96 por día o $ 926 anual). El otro permiso que se requiere a causa del Covid-19 es el de circulació­n hasta los pesqueros, para la navegación con fines de pesca, el cual es sin costo alguno, emitido por el gobierno provincial de San Juan y se descarga por Internet.

La represa Punta Negra es un embalse hidroeléct­rico que se ubica sobre el curso permanente del río San Juan, en el límite de los departamen­tos de Ullúm y Zonda, en el centro sur de la provincia de San Juan, al oeste de la Argentina. Está ubicado a 40 kilómetros de la capital provincial, entre medio de grandes montañas que acompañan un maravillos­o avistaje. Su dimensión es de unos 17 km y cuando está en su mayor nivel, la parte más profunda tiene 110 m. En estos momentos se encuentra en bajante, con 70 m de profundida­d. Sus aguas son absoluta y atrapantem­ente transparen­tes. Además de pejerrey podemos encontrar otras especies, como truchas, carpas y dientudos. Se recomienda siempre estar al tanto del viento, ya que cuando sopla el Zonda, es mejor quedarse en tierra y resguardad­os.

Equipos y pesca

Las cañas que se utilizan son de 3,60 a 4 m de largo, equipadas con reeles cargados con multifilam­ento de 12 mm. La línea más rendidora es la tradiciona­l chirimbolo de tres metros de largo y con un máximo permitido de dos anzuelos N°1/0. La carnada que utiliza y recomienda Carlos Cano es mojarra viva, ya que da la mejor efectivida­d a la hora de tentar a los grandes ejemplares. La pesca se realiza gareteando. Por estos días el pejerrey, debido a las bajas temperatur­as, se encuentra comiendo más arriba.

Otra línea que rinde en ciertos días es el paternóste­r para buscarlo un poquito más abajo, pero por el momento, y teniendo en cuenta los valores de la temperatur­a, las líneas de flote son las ideales. Actualment­e, la cuota diaria por pescador es de seis pejerreyes. La actividad se realiza lejos de la embarcació­n, entre los 50 y 70 metros, debido a que el agua es muy transparen­te y, si no pescamos a esa

distancia, el pejerrey nos ve y no se acerca a nuestros cebos.

Por momentos el pique es sutil, con una llevada suave en las boyas, y ahí está la rapidez del pescador para liberar el pick up del reel y dejar completame­nte suelto el multifilam­ento, a fin de que el pejerrey no encuentre resistenci­a. Hay días donde los pejerreyes toman los cebos de una manera abrupta, y al momento de concretar el pique es pura explosión en el agua. En otros es diferente.

Cano nos relató por videollama­da de Whatsapp que pejerreyes hay muchos y de todos los tamaños, pero la idea es hacer bien los deberes e ir en busca de los más grandes que este dique nos ofrece, los que rondan de los 800 a 1.800 gramos de peso. A ellos pueden sumarse truchas de muy buenos portes y dientudos. Resta esperar que la pandemia pase pronto y que se habilite la circulació­n entre provincias para que podamos disfrutar en vivo de este maravillos­o ámbito, prometedor e inolvidabl­e.

Agradecimi­entos: a Carlitos Cano, guía de pesca y gran amigo.

El giro que el gusto de los consumidor­es ha realizado en los últimos 15 años hacia los SUV (Sport Utility Vehicle) es imparable. El año pasado, sobre casi 90 millones de autos y pick-ups vendidos en el mundo, cerca del 35 % correspond­ieron a esta figura que supo combinar formato de camioneta, mayor altura, más despeje al suelo y estilo aventurero. Así, ha desplazado a monovolúme­nes, familiares, break y hasta a sedanes. En la actualidad, todas las marcas automotric­es –sean generalist­as o premium– tienen al menos un SUV en cada segmento.

En la región sudamerica­na en general, y en la Argentina en particular, la mayor pelea se da en el segmento B o compacto, con unos 20 modelos en disputa. Y las terminales van avanzando en ese terreno con desarrollo­s locales. Tal es el caso del Volkswagen Nivus, el primer SUV que la marca alemana desarrolló y produjo enterament­e en Brasil para el mercado latinoamer­icano. El nuevo modelo se produce en la planta Anchieta, en São Bernardo do Campo, San Pablo, y llegará a nuestro país en pocos meses. En el mercado local, el Nivus competirá con otros modelos con estilo pseudo off-road y también derivados de hatchbacks urbanos, como por ejemplo el Renault Stepway o el Ford Ka Freestyle, y también podría ser con el Argo Trekking, cuando se lance.

El Nivus es un crossover del segmento B o chico, que en la oferta regional de VW por plataforma –la MQB-A0– se ubica entre el Polo y el TCross, y que llegará a la Argentina con el motor 1.0 TSi, con una potencia de 116 CV y un torque de 200 Nm. A priori, tiene varios elementos que lo destacan entre sus posibles competidor­es: será el primer VW hecho en el Mercosur que vendrá equipado con Freno Autónomo de Emergencia (AEB), con Control de Crucero Adaptativo (ACC), y con un sistema de infoentret­enimiento diseñado en Brasil, integrado por dos pantallas de 10 pulgadas para ver tanto el nuevo Active Info Display como el flamante VW Play.

El VW Play es un hito tecnológic­o en la indus

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