El Rancho y La Calle
Los ojos de nuestros amigos que pueden pescar nos permiten disfrutar de la temporada de pejerreyes santafecinos. La Picasa y Villa Cañás están con excelentes ejemplares.
Seguimos pescando en las cañas de nuestros amigos. Es bien sabido que los únicos que pueden pescar son los residentes de lugares habilitados para tal fin, los otros debemos esperar y disfrutar de la pesca de ellos. Estamos transitando el invierno y eso se traduce en capturas de pejerrey y, que mejor, que comunicarse con especialistas en la materia. Así fue como hablamos con Diego Goapper, un gran amigo y propietario del pesquero La Calle, en Villa Cañás, Santa Fe, quien nos contó de las bondades de la laguna y, también, de otro gran espejo: La Picasa, muy cerca de ahí.
A principios de julio en ambos se estaban haciendo pescas en calidad y cantidad, conformando con creces a toda la gente de Villa Cañás y Diego de Alvear, dos localidades cercanas. También profundizamos los conceptos con Vicky Juana, propietaria de varios truckers en el pesquero El Rancho. Los dos mencionados son espejos de agua muy grandes con varias posibilidades de capturas. Por ejemplo, se puede pescar en las orillas, en el centro, buscar zonas de toscas, palos hundidos, juncales, etc. Y se los puede buscar tanto de flote con líneas de tres boyas o paternóster, o
bien, de fondo, modalidad menos empleada.
Equipos ideales
Los que más se utilizan son las cañas telescópicas o en tramos, de 4 a 4,50 m de largo, reeles frontales o de bajo perfil chicos o medianos, según la caña que se elija, y cargados con nylon de 0,30 mm o hilo multifilamento de 15 lb (1 lb = 453,59 g). Las carnadas más eficaces son la mojarra viva o salada y el filet de dientudo bien rebajado. En las dos lagunas se puede pescar tanto anclado como al garete. Si elegimos la primera opción, siempre es conveniente hacerlo donde muere el viento si es que lo hubiera, sino preguntar de qué sector estuvo soplando e ir en esa dirección. Si lo vamos a hacer al garete, debemos buscar la naciente del viento y regular el ancla de capa o muerto, de tal manera que podamos alejarnos lentamente de la línea.
El tema líneas, en cuanto a modelos de boyas a elegir, es la que a uno más le guste: pueden ser las Criterio número 8 u 8/0, las número 20 o las 30, entre otras, o bien Cribal números 205 o 219. Y ahora viene el tema colores: ¿cuál es mejor? La que uno vea, pero con la salvedad de que si tenemos el sol de frente, siempre es conveniente algún color pastel preferentemente oscuro, como el negro, fucsia o naranja, entre otros. En estas lagunas tan grandes es muy factible no encontrar la pesca de entrada, y no hay que desesperarse, solo hay que hacer las cosas bien y obviamente tener la suerte necesaria sobre el bote. Otra de las cosas a tener en cuenta es la ubicación: ojo con salir y no tomar referencias para volver, podemos llegar a pasar un mal momento. Todo esto se soluciona contratando los servicios de algún guía de la zona o bien contar con un GPS si es que no tomamos recaudos al salir del embarcadero.
Frío, el mejor clima
Hablando tanto con Diego como con Vicky, ambos me decían que es una lástima que nosot r os, los i n h abi l it ados por el momento, no podamos disfrutar de las bondades que la pesca les está dando en esta pandemia, sin contar desde ya los fríos matinales intensos que están sufriendo, cosa que se puede evitar al estar bien abrigados con ropa de primera piel, un buen par de medias, panta
Guías: Federico, Tel.: 341-3464575, M a r c e l o , Te l . : 3 3 8 2 - 458942, Diego Goapper, Tel.: 3462-664245. Pesquero El Amanecer: Tel.: 3382-505497. Alquiler de tr uckers, Tel.: 3382449293. Cabañas San Gregorio, Tel.: 3382-416244.
Alquiler de truckers 22, Tel.: 2477452399. Guía: Diego Goapper, del pesquero La Calle, Tel.: 3462-664245. Pesquero El Rancho, Tel.: 3462-563643. C a r n a d a s C a c h o , Te l . : 3462-606200. lón de frisa preferentemente, micropolar y una buena campera capaz de cortar el viento y que abrigue, obviamente.
Para pescar en laguna La Picasa hablamos con Goapper, quien nos recomendó entrar por el pueblo Diego de Alvear y llegar hasta el pesquero La Picasa, donde seremos recibidos por Federico y Marcelo, propietarios del lugar. La laguna, con más de 35.000 hectáreas de superficie, se encuentra superpoblada de pejerreyes de todos los tamaños dispuestos a comer todo lo que les tiremos. Están con hambre, muy voraces y pican a flor de agua; con brazoladas no más largas de 25 cm es suficiente.
Sabiendo de las ganas que tenemos de pescar, nuestro guía amigo se ofreció junto a su familia y algunos amigos a ser nuestros ojos en la laguna, y allá fueron por los pejerreyes que atesora el espejo de agua.
Piques virtuales
Comunicados telefónicamente, me relataban los piques mientras pescaban, cosa que él y yo tomábamos como una diversión, a la vez que añoraba estar junto a ellos. Les tocó un día ventoso, por lo cual decidieron largarse al garete en el centro del espejo, y en muy poco tiempo pudieron obtener los primeros piques. Hubo varios pescados de copo, que llegaron a los 700 y 800 g con facilidad. El viento estaba firme y ellos seguían al garete, acción que dejaron apenas pasadito el mediodía para volver con una buena cantidad de pescados al embarcadero.
Vicky no se quedó atrás y armó
su propia salida a esta laguna junto a la gente del pesquero El Amanecer, con quienes tuvo una excelente pesca, al punto que logró una cuota de pejerreyes en la que se destacó más la calidad que la cantidad. Para lograr su cometido se juntó con Mary (la esposa de Diego Goapper) en la laguna y se recostaron con el trucker sobre una de las costas, entre unos juncos ralos, acomodando la embarcación de tolete. Allí pudieron pescar de espalda al sol con líneas de flote y del tipo paternóster, obteniendo casi los mismos resultados que Diego en el otro espejo.
Me contaban las chicas que los piques se dieron rápidamente: ejemplares también muy voraces que no solo corrían las boyas de costado, sino que muchas veces hasta la hundían como si fuera un característico pique de dientudo. Los portes fueron variados, aunque se destacaron varios pejerreyes que superaron los 400 g, realmente muy buena pesca. Con esto decimos que las dos lagunas se encuentran en un gran momento y que están siendo disfrutadas solo por la gente que vive en lugares a no más de 30 km a la redonda.
Al momento del cierre de esta edición volvimos a comunicarnos. Y para nuestra (¿sana?) envidia, en La Picasa seguían pescando tanto como en Villa Cañás. Si bien por el coronavirus las habilitaciones pueden modificarse (llamar antes de ir), esperemos que se levante pronto la cuarentena para que, al menos, podamos llegar sobre el final de la temporada.