Weekend

Bogas entre palos y piedras.

En los malecones de Berisso, y con el viento soplando fuerte, enfrentamo­s la lucha de esta combativa especie.

- Por Marcelo Albanese.

En los malecones de Berisso, y con el viento soplando fuerte, enfrentamo­s la lucha de esta combativa especie. Entremezcl­adas también salieron algunas carpas.

Adentrándo­nos en el verano, fuimos en busca de una especie tan particular como la boga, y elegimos la compañía de los guías de pesca Héctor y Nahuel Hall. Mientras ultimábamo­s los detalles de la aventura de pesca, ellos comentaron que desde diciembre se venían afirmando los portes. Entusiasma­dos, nos dirigimos hasta la ciudad de Berisso en cuya guardería embarcaría­mos y navegaríam­os hasta los malecones. Pero antes de eso, unos cuantos detalles a tener en cuenta.

Debemos contar con una caña de acción de punta y que no supere los 2,50 m. Se la acompaña con un reel donde podemos utilizar frontal o rotativo, eso va en gusto de cada

pescador, cargado con nylon del 0,35 mm o multifilam­ento de 30 libras (l lb = 453,5 kg). El equipo va con una línea muy sencilla, un plomo tipo lápiz de 60 a 80 g y una o dos brazoladas con un largo de 40 cm cada una y anzuelos N° 12 o 14. La carnada tiene que ser variada: podemos llevar maíz, lombriz, masa y salamín. Los encarnes que mejor rindieron fueron los granos de maíz, rematando el anzuelo con un pedacito de salamín y la masa picante fue la delicia perfecta para la presa. El salamín procesado en pimentón dulce es otra de las carnadas que ayudaron en la jornada. Lo más recomendab­le es llevar varias líneas, por los enganches que nos pueden producir algunos cortes, ya que la zona de pesca se realiza entre palos y piedras, y también hay cortes ocasionado­s por el mismo pez.

La pesca

Después de llenar el rol en Prefectura de Río Santiago, navegaríam­os hasta los malecones, con un recorrido corto aproximado a los 10 minutos. Los malecones están a la salida del canal de acceso al puerto, debajo de esos palos se encuentra una pared de piedras en donde se pegan pequeños mejillones, lo que en esta época atrae a las grandes bogas. La maniobra de amarre no es nada fácil, ya que unos 25 m antes de los palos se arroja un ancla de popa y se navega con el motor a bajas revolucion­es, con sumo cuidado hasta amarrar de proa en los palos con una soga que nos deja ubicados a unos 8 m de los palos y contra la corriente.

Luego de esta maniobra, Nahuel Hall comienza a arrojar maíz en el lugar de pesca elegido y los resultados se notan, ya que es el cebo predilecto para activar a las bogas.

La jornada se presentaba con un viento sur sureste y con el río bastante crecido de su nivel normal. Esto fue debido a la gran sudestada de los días anteriores.

Pero eso no nos impedía la pesca, Héctor nos contaba que las bogas ya estaban firmes tomando los cebos, lo único que teníamos que hacer era esperar a que hicieran su pasada y estar atentos a los piques. Luego de armar los equipos comenzamos con los intentos: los lances serían buscando dos opciones de pesca: 1) arrojando las líneas entre palo y palo y las piedras, y 2) buscando la zona de piedras fuera de los palos. Así, una vez que la línea cae al agua, la dejamos quieta hasta la acción del pique. Esto hace que no corramos el riesgo de que el aparejo se enganche.

Los piques no llegaron de inmediato. Teníamos toques en nuestras líneas de una variada

de piel activa, lo que nos llevaba continuame­nte a revisar los aparejos por los descarnes ocasionado­s. Hay que estar muy atentos, ya que el pique es muy sutil y si no damos con la acción concreta en ese segundo, es más que seguro que perdamos la pieza.

La toma llegó en el aparejo de Héctor, una gran llevada, lo que nos exigió trabajar continuame­nte con la estrella floja del reel, dándole su tiempo al pez a su pelea y corrida. Era el momento en el que hay que estar muy atentos para no perder la pieza, porque al ser una corrida muy dinámica, una de las opciones que busca con tal de liberarse son las piedras o los palos. En caso de que eso suceda, correremos el riesgo de perder la captura. Una vez terminada la pelea, Héctor coronó la jornada con la primera boga, ejemplar muy sano que llegó a los 4 kg de peso.

Comenzó la acción

Los piques se activaron como un despertar: las bogas comenzaron a hacer su pasada. Era importante la ceba constante del maíz, que ayudó con los resultados. Entremezcl­adas dábamos con bogas medianas y chicas, y la suerte llegaría de la mano del guía Nahuel Hall con otro robusto ejemplar de boga, luego de varias corridas de las clásicas que ofrece esta especie en particular. Aquí logramos copearla, algo que ayuda a la acción y da la ventajas al manipularl­a para evitar que se golpee y ocasionarl­e el menor daño posible en el caso de su devolución a su habitad natural. Las bogas nos dieron su pasada y así logramos varios ejemplares que rondaron entre los 2 y 5 kilogramos de peso.

El viento no quería aflojar su intensidad y la marea no se acomodaba. Pese a esto, se volvió a cebar la zona nuevamente con maíz para seguir activándol­as. Mientras aguardábam­os los nuevos piques, Héctor nos contaba que ya están activos los doradillos en esta zona de malecones: se están pescando con señuelos de media agua y los lances se realizan entre los palos aprovechan­do la correntada. Lo ideal es hacer la pasada en la primera hora de creciente, cosa que no pudimos concretar en esta jornada de pesca por las condicione­s climáticas lejos de lo ideal.

Los piques volvieron, para ir cerrando este magnífico día pesca. Las bogas regresaron a hacer su pasada, dándonos portes muy parejos y, entre llevada y corridas, también dijeron presente grandes carpas que rondaron los 6 a 8 kilogramos de peso, tomando muy bien la masa como carnada.

La jornada comenzaba a llegar a su fin, dejándonos un día más que excelente con esta fantástica pesca tan codiciada por los aficionado­s. Dando con las condicione­s climáticas y mareas que nos ayuden, podemos concretar dos pescas en una, combinando bogas y doradillos en este único lugar de los malecones de Berisso.

 ??  ??
 ??  ?? Esta época del año, los malecones de Berisso nos sorprenden con grandes portes de bogas. Debajo de estos palos se encuentra una pared de piedras en donde se pegan pequeños mejillones, uno de los cebos ideales para esta especie.
Esta época del año, los malecones de Berisso nos sorprenden con grandes portes de bogas. Debajo de estos palos se encuentra una pared de piedras en donde se pegan pequeños mejillones, uno de los cebos ideales para esta especie.
 ??  ??
 ??  ?? De izq. a der.: Héctor Hall con una gran carpa maleconera, que rondó los 6 kg. Nahuel Hall con uno de los ejemplares de bogas que tomó muy bien el maíz. Abajo, Sebastián Agostinis con otro porte de boga que atacó muy bien la masa. La mejor carnada fueron los granos de maíz procesados, el salamín y la masa.
De izq. a der.: Héctor Hall con una gran carpa maleconera, que rondó los 6 kg. Nahuel Hall con uno de los ejemplares de bogas que tomó muy bien el maíz. Abajo, Sebastián Agostinis con otro porte de boga que atacó muy bien la masa. La mejor carnada fueron los granos de maíz procesados, el salamín y la masa.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? La salida desde la guardería Marina del Sur se realiza desde un cómodo embarcader­o flotante. El cierre de jornada fue con mucho éxito, dándonos portes de bogas muy parejos, tal como lo muestran Héctor y Nahuel Hall, Nicolás Albanese y Gustavo.
La salida desde la guardería Marina del Sur se realiza desde un cómodo embarcader­o flotante. El cierre de jornada fue con mucho éxito, dándonos portes de bogas muy parejos, tal como lo muestran Héctor y Nahuel Hall, Nicolás Albanese y Gustavo.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina