Grand slam de verano en la costa.
Hay especies que son las estrellas de la temporada, pescas específicas que requieren de técnicas especiales y que podemos realizar en muchos balnearios de la costa atlántica bonaerense. Lugares, protocolos, servicios y equipamiento para un verano 2021 muy
Hay especies que son las estrellas de la temporada, pescas específicas que requieren de técnicas especiales y que podemos realizar en muchos balnearios de la extensa costa atlántica bonaerense. Lugares, técnicas, protocolos, servicios y equipamiento para un verano 2021 muy especial con tiburones, corvinas negras y lenguados. Además, pesca embarcado.
Tras más de ocho meses de encierro, y donde las salidas fueron escasas para algunos, y nulas para otros, la llegada del tiempo estival convocará a millones de argentinos a nuestro litoral marítimo bonaerense, donde los veremos en la clásica pesca desde playa, muelles, escolleras o haciendo salidas de embarcado en gomón o cruceros para pesca de altura. Pescadillas, brótolas, corvinas y rayas serán las vedettes, tentadas por langostinos, camarones y anchoas, pero son otras las especies que robaran la atención en esta nota, peces a los que hay que tentar con aparejos exclusivos y que, podríamos decir, se convierten en el grand slam del verano, como la corvina negra, los lenguados y los grandes escualos que desde hace varias semanas están muy presentes en toda la costa bonaerense.
Tiburones, los grandes de la temporada
La captura deportiva de la especie dejó de ser exclusiva de reducidos grupos de especialistas, y cada vez son más los aficionados que intentan su pesca, que hoy es exclusivamente con devolución. Son alrededor de 55 las especies de tiburones descriptas en el Mar Argentino, algunas residentes permanentes y otras que migran de manera estacional a zonas costeras. Las ya nombradas, junto al gatopardo, son las más presentes entre los pescadores locales y pican en algunos puntos clásicos que se distinguen por profundas canaletas: el Faro Querandí, Mar Chiquita y Bahía San Blas si buscamos grandes trofeos. Y Pinamar, Punta Médanos, Monte Hermoso, Claromecó y los buenos pesqueros cercanos a Bahía Blanca si no somos tan exigentes. Al sur, el Camino de la Costa, en Río Negro, es uno de los mejores para pescar tiburones en la Patagonia. Bahía Creek, Bahía Rosas, La Ensenada y otros rincones agrestes son los elegidos por muchos fanáticos para probar suerte.
Las playas del Faro Querandí se encuentran entre Mar Azul y Mar Chiquita. Hay dos accesos, uno es la famosa arenera Galatti, Km 429, 5 de la Ruta 11, donde tras el abono de un canon accedemos a la costa. El segundo es libre a través de Mar Azul, donde se toma la calle 3 hasta la 47 y en el camping de Ingenieros, a la izquierda, está la bajada. El área se distingue por profundas canaletas y las dificultades en el acceso debido a los arenales no compactados que rodean el lugar, por ende, son playas que requieren vehículo de doble tracción y conocimientos en el manejo de la arena, aunque si no lo tenemos, está la opción del traslado en 4x4 de Ricardo Koellner, quien brinda el servicio de taxi. En total, son unos 50 km de mar abierto, con pocas y moderadas rompientes, donde podre
mos intentar capturar los tiburones desde la orilla, a tiro de caña o fondeando. Tras superar la boca de la albufera, encontramos buenos pesqueros como Mar Chiquita y Santa Clara del Mar. Tanto en el Faro como Mar Chiquita opera Fernando, de Punto Tiburón, quien arma campamentos de uno o dos días en la playa, haciendo pesca costera y fondeando líneas con motos de agua.
Equipos para elegir
A la hora de hablar de equipos, las tradicionales son las varas de acciones 7 a 9 (cañas de no menos de 80 a 100 lb), acompañadas de reeles frontales o rotativos con una capacidad de carga no menor de 350 m de nylon 0,70 a 0,80 mm, aunque los más experimentados pueden utilizar medidas más finas, lo que significa un riesgo en zonas de piedra como Mar Chiquita, donde un leve roce nos dejará sin pieza.
En cuanto al reel, muchos prefieren los rotativos, ya que el freno es superior y tiene mejor tracción. Si vamos a trasladar la línea mar adentro, ya tenemos que hablar de una carga que supere los 600 m. Carnadas, la lisa fresca es el cebo por excelencia, aunque también rinden muy bien la corvina (es más dura que otras especies), el magrú, calamar, pescadilla y las aletas de chuchos, todas atadas con el tradicional hilo mágico grueso. Antonio La Delfa, experimentado pescador y colaborador en notas de Weekend en la década del ‘90, nos contaba que él prefiere la caballa a principio de temporada, ya que es más grasosa y olorosa que la lisa.
Con respcto a los aparejos, la línea es sencilla: de 1,20 m de longitud, sobre nylon 150 mm, del que cuelga una brazolada de nylon del mismo grosor, de 0,80 cm a 1,10 m. La longitud depende del estado del mar: movido, brazolada corta; planchado, bajada larga. Anzuelos: N° 12/0 de la serie
3406, con una protección de cinta de unos 20 cm para evitar el corte, o bien, un líder de acero de 150 a 200 lb. El plomo es del tipo araña, de 150 a 240 gramos, de acuerdo al estado del mar, y en lugares como el Querandí, donde es frecuente la presencia de cangrejos descarnando, se puede usar una boya elevadora. Quienes contraten alguien que les meta la línea a fin de buscar los escualos fondeados, necesitarán un grampín: el plomo que usaremos y que actuará de fusible, que no debe ser muy exagerado, ya que lo principal es el anclaje. Muchos lo hacen con uno o dos pernos de pistón y ganchos con varilla de construcción de 4,2 mm. Este fusible va de acuerdo a la correntada y al estado del mar, nunca debe ser inferior al 0,50 mm, y en esos días de sudestada se puede meter un 0,70 mm, siempre con un nudo en el medio que facilite el corte.
Cuál es el mejor momento del día
En las playas cercanas al Querandí, mucho pique se dio llegando a la marea mínima, quizás por la buena profundidad que adquieren las canaletas. En cambio, por San Blas y Pehuén Co, la aparición de tiburones se dio en la primera hora de la creciente, la pleamar y la primera hora de la bajante. Entre Punta Rubia, Los Molinos y Paso Seco salieron las mejores capturas. Esteban Giussi, apasionado pescador de 9 de Julio, nos anticipaba que esta temporada va a ser muy buena, por no haber gente en las playas previamente al inicio del verano. Esa tranquilidad va a dar sus frutos, primero en Buenos Aires y, sobre el final de año, en Río Negro, donde se dan tan piques violentos como no ocurren en otros lugares. Según él, los mejores pesqueros de esta provincia son Piedras Verdes, Punta Bacota, Bahía Rosas, Bajada Echandi, Bahía Creek, camino de playa a Pozo Salado, San Antonio Este y El Espigón.
Hay que recordar que el tiburón (escalandrún, bacota, gatopardo, martillo y cazón) es de liberación obligatoria en Buenos Aires, de acuerdo a las Disposiciones Nº 217/2007 y 78/2014. El número de cañas por pescadores limitado yen el armado del aparejo hay que colocar, a unos 30 cm del anzuelo, una boya mediana para evitar lastimar al ejemplar. También es recomendable el uso de anzuelos circulares. Lo aconsejado para grandes escalandrunes son los circulares tipo Mustad 7690 o 7691DT Y 7699D, que, al producirse la pelea y tracción con la línea, suben desde el estómago y se clavan solo en la boca. En cambio, para bacotas, tiburones menos “tragadores”, es más útil el Mustad oxidable 3406 número 12/0 a 14/0.
La negra, la corvina difícil
Las corvinas negras son un sueño para los pescadores costeros de playa, con historias de
colosales ejemplares que han superado los 48 kgs y hoy son una utopía. A pesar de ello, la especie sigue siendo la mayor de los peces óseos que habitan nuestras aguas y mueve muchos seguidores que además de hacer todos los deberes bien, tienen que contar con el factor suerte de su lado. Los ejemplares adultos pueden sobrepasar el 1,5 m, poseen grandes escamas, buena aleta caudal y cabeza proporcional a su cuerpo. Se destacan los labios gruesos en su boca y, aunque no poseen dentadura, disponen al final del paladar de un sistema de placas duras con las que trituran valvas y caparazones, ya que se alimentan de mejillones, almejas, berberechos, vieiras y cangrejos, aunque puede sumar a su dieta camarones y peces menores.
Su hábitat es costero, ingresan en los sectores bajos con marea alta, para retirarse con la bajamar, eligiendo las desembocaduras de ríos donde abundan los cangrejos, por eso las encontramos por la bahía de Samborombón y la albufera de Mar Chiquita. Hace tiempo que playas como las de Claromecó dejaron de ser un ámbito visitado por la especie y, sin ir más lejos, en las míticas 24 Horas de la Corvina Negra que se realizan en estas costas, este año recién volvió a capturarse una negra tras 13 años de ausencia en el torneo. Fue también en Claromecó que se registró el récord, allá por 1971, cuando Blas Fernández logró extraer, con una caña enteriza de fibra de vidrio y un reel Peters, cargado con nylon 0,70 mm, un ejemplar de 48,100 kg y un largo de 1,62 m.
Mucho tiene que ver en este diezmado presente la intensa presión de pesca que sufren las Pogonias Cromis en Brasil, Uruguay y en la Bahía, donde las redes hacen de las suyas, junto a pseudopescadores que con excesivas extracciones aportan su granito de arena. A pesar de ello, las morochas siguen presentes en todo nuestro litoral marítimo, con capturas de pichones o moritas, como le dicen en la costa, de 3 a 6 kg, y ocasionalmente se pescan algunas que llegan a los 15. A mediados de septiembre, se las suele ubicar en la Bahía de Samborombón, un mes más tarde se desplazan hacia la zona de Mar Chiquita e, incluso, se meten en la albufera buscando aguas más cálidas. Con el correr del verano, siguen su periplo para completar el desove, y a fines de marzo, realizan el camino inverso, alejándose por efecto de la corriente fría de Malvinas.
Estado actual
Durante los últimos meses, se dieron muy buenas capturas en las rías de Lavalle, donde aparecen para alimentarse de sus cangrejales, estando en la zona hasta febrero. Más al sur, la Piedra de los Vidaleros es un punto muy atractivo: un fondo rocoso lleno de crustáceos las atrae. Este vestigio del macizo de Tandilia aflora a unos 150 m de la costa y lo encontramos unos 1.000 m hacia el sur de Mar Chiquita tomando como referencia la última calle asfaltada, y donde llegamos con vehículos 4x4. Cruzando la boca de la albufera, en las playas de Celpa, tenemos otro point muy rendidor. Para ir del otro lado, necesitaremos de los servicios del Negro Martínez, que brinda el servicio de cruce.
Para pescarlos, podemos usar los tradicionales equipos de variada, reforzando el aparejo. Las bra
zoladas de aproximadamente 60 cm, y para tener mayor distancia de tiro usaremos los distintos tipos de bait clip que hay en el mercado. Con la piedra como enemigo principal, es clave el uso de fusibles en el plomo, para perder este anclaje y venirnos con la pieza en caso de enganche. La carnada: langostino grande, ya que no está permitido usar la almeja navaja o el cangrejo de panza roja, especies cuya extracción está prohibida.
Chatos al acecho
El lenguado le permite desplegar al pescador distintas modalidades, por lo que se abre un amplio abanico de posibilidades. Desde la tradicional pesca con carnada, pasando por los señuelos y cucharas, hasta llegar a la cautivante pesca con mosca. Es una especie migratoria que, dependiendo las condiciones, se desplaza hacia el sur, el norte o la plataforma marina, mar adentro, buscando un mejor hábitat. El mejor momento para encontrarlos en nuestras costas es cuando la temperatura del agua supera los 15 °C, generalmente, al acercarse la temporada estival.
Los hallaremos desde la Bahía Samborombón hasta el Río Negro, donde prefieren las entradas de ríos y arroyos. Allí, por razones de alimentación y reproducción, encuentran un hábitat ideal: agazapados, esperando su presa, estarán en el fondo del lecho, aprovechando los colores crípticos que le dan un camuflaje perfecto. Por excelencia, la albufera de Mar Chiquita es uno de los destinos preferidos para sus seguidores, aunque hay otros pesqueros que dan qué hablar cada año, como el balneario Marisol, donde tenemos un referente como Ceferino Traverso, hoy abocado a su pesca con mosca, pero que supo capturarlos en todas las modalidades.
A este balneario perteneciente a Coronel Dorrego, en el sudeste de Buenos Aires, llegaremos por ruta 3 hasta el Km 531 donde doblaremos a la izquierda por 12 km hasta encontrar, sobre mano derecha, un cartel indicador hacia la localidad de Oriente, a la que llegaremos tras recorrer 8 km. Una vez en el pueblo, al llegar a la plaza, se dobla a la izquierda por un camino entoscado que nos llevará a Marisol luego de transitarlo 22 km. Estas playas, supieron cautivar al más grande futbolista de todos los tiempos, Diego Armando Maradona, quien solía frecuentarlas, siendo la desembocadura uno de sus lugares predilectos.
Para pescar lenguados en Marisol los mejores resultados se dan sobre el Quequén Salado, en las adyacencias al paraje La Tregua, donde nos topamos con un río casi en su totalidad de piedra, con curvas, correderas y lugares pocos profundos, muy propicios para la especie. A 5 km del mar esta esté pesquero, una de las mejores zonas debido a que, en unos escasos
200 a 300 m se produce un desnivel importante debido al cual se aceleran sus aguas, lo cual asegura ser un excelente lugar de los lenguados para sus presas, en su mayoría son cangrejos y en menor número, pequeños pejerreyes.
De La Tregua al mar el río hace un cambio abrupto, ya que allí encontramos fondos de arena y orillas de suaves pendientes, con veriles bien marcados. Ya llegando a la desembocadura, se hace más angosto y con una fuerte incidencia de la marea, lo que hace que pueda ser muy buen momento. En la boca, lo mejor se da en las últimas dos horas de la bajante y las primeras de la pleamar. Ideal es buscar algún veril, canal, corredera o zona donde puedan estar acechando para que su presa pase por encima de ella y, sin gastar energía, atacarán. Lo atractivo del lenguado es que, a pesar de ser un pez cazador, espera a su presa, por lo que debemos ser precisos con nuestros engaños.
Recorriendo la playa con dirección a Monte Hermoso encontramos arroyos semipermanentes para buscarlos, ambientes similares a la boca, pero más pequeños y que su existencia depende del régimen de lluvias. El más importante es el arroyo Los Gauchos, un verdadero estuario cuando el año viene bien lluvioso; en años normales es un hilo de agua y, si es seco, no vuelca aguas al mar. En todos estos sitios podemos pescar con mosca, carnada o cucharas o señuelos de paleta corta, que en zona de piedra se complica su uso. Para sectores de arena como la desembocadura, los señuelos de silicona se llevan las palmas.
Ceferino nos contaba que en la Argentina hay alrededor de 12 a 14 variedades, y en las playas de Marisolse puede dar la variedad más grande. La captura de mayor peso fue un ejemplar de 17 kg logrado aguas adentro. Nuestro amigo, en tanto, logró un trofeo de 12 kg en la desembocadura, cuando las piezas que van de 1,5 a los 2 kg es lo que más abunda. A pesar de que es una especie migratoria, en zonas como Marisol o Mar Chiquita los podemos pescar todo el año, ya que allí encontramos ejemplares residentes.
Transitando otros pesqueros rendidores para la especie, llegamos a Mar Chiquita, donde se dice que el lenguado de la boca es un pescado que viene del mar, en tanto el de aguas arriba es el residente. Uno de los lugares de pesca aquí es la boca, sector de bancos y declives pronunciados, fuerte correntada y fluctuación constante, donde el lenguado se concentra para alimentarse, y donde se logran los portes más importantes. Aquí es clave contar con el palo de vida, elemento que nos permite ir reconociendo el terreno para no caernos en el veril, el cual advertiremos en la marea baja.
Lo mejor es cruzar hacia el lado de Celpa, donde encontra
remos mejores zonas de pesca. Aguas arriba, podemos vadear la laguna ingresando de los distintos pesqueros, como San Gabriel, ubicado en una zona muy rendidora. Al sur encontramos la desembocadura del arroyo Claromecó, que suele pagar muy bien, como así también, a unos 5 km de esta localidad, un pedregal llamado Franganillo, que en su parte principal asemeja un muelle natural, donde merodean los lenguados. El arroyo Cristiano Muerto, entre los balnearios Orense y San Cayetano, suele dar buenas capturas entre el repunte, la máxima y las dos primeras horas de bajante, fuera de este momento las chances se ven disminuidas por el escaso volumen de agua que inclusive en oportunidades nos obliga a pescar sobre el banco y la primera canaleta, alejándonos del sector más rendidor, que sin dudas, es el tramo inicial de la desembocadura en donde se marca con claridad el veril con dos cursos de agua principales muy próximos: apenas 20 m entre ambos. Siguiendo los pejes, la boca del Sauce Grande es otro punto muy visitado por quienes frecuentan las playas de Monte Hermoso.
Equipos para el lenguado
Cañas entre 2,40 y 3 m, y reels chicos frontales o rotativos cargados con nylon 0,35 mm o multifilamento 0,18 mm. La línea puede ser de una o dos brazoladas, sobre la que correrá una boyita elevadora alargada sujetada entre dos nudos corredizos y, rematando, un tándem compuesto de un anzuelo simple corredizo, que cumple la función de tensor, y un triple. Los pejerreyes deben oscilar entre los 10 y 12 cm, se los descabeza longitudinalmente y se encarna de manera que el primer anzuelo ingrese por debajo de la columna y salga por el lomo, asegurando con un hilo mágico, y traspasamos el orificio anal por una de las lancetas del triple. La línea se remata con un plomo, que varía su peso a las condiciones del ambiente. En momentos de poca correntada bastará usar un plomo de 35 a 50 g, en formato almeja o perita, pero cuando se mueve más vamos a aumentar los pesos para trabajar la línea con plomos de 60 a 70 g.
En cuanto a los artificiales, no suelen morder cualquier señuelo. Los de tipo “minnow” resultan ideales y eficaces cuando imitan en forma, tamaño y color pequeños pejerreyes, y también, un modelo tradicional argentino, como el Coquet o el Tucán, son muy rendidores en zonas de piedra. Al hablar de moscas, el abanico es muy amplio, cada pescador va probando nuevas alternativas, pero los patrones basados en las CaMo Red y la Clouser Minnow son los que más piques deparan en los distintos pesqueros costeros.