Dorados en el delta del Paraná Medio
Desde el campamento La Amistad relevamos el río a la altura de Goya, Corrientes, durante dos jornadas inolvidables.
Sin duda, cuando hablamos de Goya, en la provincia de C or rientes, esta mos mencionando una de las capitales de la pesca sobre el Paraná Medio, un ícono deportivo, lugar que todo pescador quiere y pretende visitar al menos una vez al año. Goya cuenta con un magnífico delta capaz de mostrarnos gran cantidad de especies distintas de flora y fauna desparramadas en en el interior de las islas, sobre el riacho Goya o sobre el mismísimo y majestuoso río Paraná. En esta emblemática ciudad correntina no solo encontraremos posibilidades de pesca, sino también muy buena infraestructura hotelera y de cabañas, parque náutico, avistajes, safaris fotográficos y una excelente gastronomía local con platos que llamarán nuestra atención. No podemos pasar por alto la Fiesta del Surubí, un evento que es famoso a nivel nacional y mundial por la cantidad de lanchas que participan: se dice que es el concurso de pesca embarcada más grande del mundo y también el que más cantidad de gente convoca en esa semana que dura la fiesta, no solo para pescar sino para recorrer su famosa Costa Surubí.
Cómo pescar
Para entrar derechito en el tema pesca deportiva, aquí podemos capturar toda la variada que habita el Paraná, destacándose los dorados, surubíes, pacúes y chafalotes. La pesca podemos realizarla tanto con carnada natural como con artificiales. Para lo que es carnada natural, emplearemos morenas, mamachas, cascarudos, boguitas, posta de sábalo, tripero,
anguilas y lombriz. Los equipos varían siempre, pero muchas veces para este tipo de pesca utilizamos algunos elementos más pesados que los que se usarían para la modalidad spinning o baitcasting. También se puede pescar en flycast, otra variante que reúne gran cantidad de adeptos.
Ya habilitado pa ra poder viajar hacia la provincia de Corrientes, protocolos mediante, tomé contacto con el guía Javier Enrique, reconocido pescador y referente en esta zona. Javier me comentaba que el río había crecido un poquito con algo de suciedad y por eso había mermado la pesca, pero que con ganas y recorriendo diferentes pesqueros no íbamos a tener problemas en pasar buenos momentos con piques de grandes dorados y buenos cachorros de surubí. Aprovechando la invitación de Tech Tackle con motivo de sus diez años de empresa, me sumé al grupo y a la espera del día de salida. Pablo Gonzalez organizó una salida brillante para un grupo de más de 15 personas, los que transitamos los 700 km que nos separan desde Buenos Aires hasta Goya.
Camino al campamento
La idea era llegar con la luz del día para poder embarcar e ir directo al campamento La A mistad, sobre el arroyo El Soto, un lugar emblemático y a minutos de los mejores pesqueros de la zona. Durante el recorrido, y una vez pasado el río Guayquiraró, tuvimos que presentar todos los papeles que requiere el ingreso a la provincia de Corrientes, trámite que superamos sin ningún tipo de inconveniente. Así llegamos hasta el lugar indicado por Jav ier y a llí nos esperaban las lanchas para trasladarnos hasta el campamento, cosa que logramos después de navegar unos 40 minutos aproximadamente. Durante el viaje fuimos conociendo a algunos de los guías que nos tocarían en la travesía, y a otros los vimos una vez llegados a la isla, donde nos esperaban con una abundante recepción mientras el fuego cocinaba unos costillares al asador, realmente una postal.
Nos separamos por grupos y por habitaciones, nos acomodamos un poquito y muchos se pusieron a preparar los equipos para el otro día, al tiempo que otros disfrutaban de la terraza que da al arroyo y alguno que otro ya se puso a pescar desde el muelle del lugar. Llegó la noche, cenamos y a descansar porque al otro día debíamos levantarnos muy tempranito para el inicio de la jornada embarcada, cosa que haríamos en dos veces para no sufrir el calor: pescar hasta el mediodía, volver a almorzar y a descansar con aire acondicionado, para regresar a la pesca después de las 16.
Así fue que nos levantamos muy tempranito y disfrutamos de un abundante desayuno tipo americano a orillas del río. Embarcamos en grupos de tres y allá fuimos, a intentar pescar particu
larmente con artificiales. Para esta pesca usamos cañas hasta 2,10 m de largo, con potencias entre 14 y 20 lb (1 lb = 453,59 g). Reeles chicos y medianos cargados con multifilamento de 40 o 50 lb y gran variedad de señuelos. En la primera salida, con el guía Flavio Novello nos fuimos para el sector de la Boca Nueva, un lindo pesquero medio desdibujado por la bajante del cauce, pero que mostraba actividad. Comenzamos con señuelos de subsuperficie y media agua, con los que logramos cantidad de doradillos de hasta 5 kg de peso. También, y algo anecdótico, fueron las capturas de cachorritos de surubí: todos tomaron el señuelo con la boca.
Segunda jornada
Nos movimos un par de veces y en cada recorrida nos cruzábamos con algún compañero compartiendo datos y comentarios. Así fue pasando la jornada mientras que la pesca era relativamente similar en todos lados y en todas las lanchas. Al otro día cambiamos de compañeros de aventura y la idea era pescar sobre los bancos de arena, al