Playa, naturaleza y aventura off road
Una dosis justa de vacaciones y travesía 4x4 para descubrir paisajes y una increíble paleta de colores a bordo de un Suzuki Jimny. Claves y consejos para repetir la experiencia.
En el mundo del 4x4 uno puede optar por adquirir paquetes en distintos lugares del mundo, o por hacerlo con guías argentinos que realizan salidas a otros países, y alquilan allí sus SUVs o 4x4 para desafiar los senderos agrestes de ese destino. Pero también es posible combinar las vacaciones de playa con un poco de adrenalina. Por supuesto, todo dependerá del presupuesto con que contrmos. A partir de allí, elegir el vehículo que se adapte al periplo, que sí o sí deberemos tener previsto de antemano para evitar sorpresas. Otro detalle es averiguar la legislación local en cuanto a lugares de tránsito permitido o sus limitaciones, como así también las épocas del año en que se puede circular. Y hacerlo con plena conciencia, porque estaremos transitando en solitario y en un país extranjero.
Todo lo que hagamos de planificación con anterioridad, redundará en más tranquilidad a la hora de disfrutar sin sobresaltos. Si vamos acompañados, negociar los días dedicados al descanso o a la adrenalina. Si a todos les gustan estos mundos en la misma proporción, será más fácil. En este caso, vamos por un recorrido que combinó playa, naturaleza y aventura por Costa Rica.
Al bajar del avión, nuestro pequeño compañero de aventura nos estaba esperando. Era un Suzuki Jimny, un vehículo con motor pequeño, pero liviano, que cuenta con buen despeje y caja reductora, lo que lo que lo hace un 4x4 de verdad, aunque en frasco chico. Solo hay que acostumbrarse al motor un poco ruidoso al tener que llevarlo casi siempre a altas vueltas, si uno quiere ir alegre por carreteras. Su espacio interior es más que suficiente para un periplo de este tenor. Y, por sobre todas las cosas, el costo diario de alquiler es muy contenido.
Dado que nos atreveríamos a algunas huellas y sendas, varias vestimentas debieron quedarse en casa y ceder lugar a un pequeño inflador, equipo de reparación de cubiertas, nuestro GPS con el mapa más detallado que conseguimos y algunos elementos que consideramos imprescindibles.
Rumbo a los canales
Dejamos el asfalto de San José. Rápidamenteyapocoskilómetros llegamos a La Pavona, un puerto fluvial donde deberíamos dejar nuestro recién conocido compañero de viaje por unos días, para emprender una navegación hasta Tortuguero, en la costa caribeña. Allí viviríamos la experiencia de presenciar el desove de las tortugas gigantes (de abril a octubre).
La navegación en botes largos y angostos, y a bastante velocidad por los a veces estrechos brazos del río, fueron una aventura