Weekend

Después de 50 años, la Ford Bronco vuelve con modernas prestacion­es pero fiel a su carrocería que la convirtió en un clásico.

Lanueva eradeuna leyenda

- Textos: ALEJANDRO FISCHER. Fotos: FABIAN MALAVOLTA

Amediados de los años ‘60 del siglo pasado, Ford buscaba desarrolla­r un vehículo para competirle a la versión CJ5 del Jeep y al Internatio­nal Harvester Scout. Para ello, el mítico directivo Lee Iacocca formó un equipo de trabajo integrado por los mismos que habían creado el Mustang. La idea era lanzar un nuevo vehículo off-road. Así, el Ford Bronco fue presentado el 11 de agosto de 1965. La primera generación tenía motor de 6 cilindros y 2.8 litros que generaba 105 CV de potencia, un valor más que interesant­e para ese momento. Ford Argentina nunca trajo este modelo al país, sin embargo, en los años ‘80 y ‘90 fue importado por particular­es, en muchos casos como unidades usadas.

El Bronco estuvo en producción hasta 1996, fueron cinco generacion­es siempre en carrocería de dos puertas. Incluso hubo un roadster de carrocería abierta. Cuando fue reemplazad­a por el Expedition comenzó su leyenda.

El regreso

Veinticinc­o años después, Ford revive este nombre emblemátic­o del off road, pero ahora convertido en una submarca dentro del mundo del óvalo. En principio, hay que diferencia­r los nombres. Si bien la familia se llama Bronco, el que conserva el ADN original es el Bronco a secas que se produce en los Estados Unidos y que es el que tiene el aspecto más guerrero, casi todo desarmable. El que acaba de llegar a nuestro país

es el Bronco Sport que se produce en México, algo más civilizado.

Una de las primeras observacio­nes sobre el vehículo es que hay una clara cuestión de identidad, este producto de Ford no tiene el óvalo que dice Ford en su frente sino que allí está el nombre del modelo, Bronco. El óvalo azul está pequeño, a un costado, en el portón trasero.

La otra diferencia es que el fabricado en los Estados Unidos está concebido para el off road más extremo, mientras que el que llega del país azteca es un SUV compacto, familiar y recreacion­al, segmento al cual la marca apunta todos sus cañones para ventas más masivas.

El Bronco Sport llega en dos versiones, Big Bend y Wildtrak. La primera porta motor EcoBoost 1.5 que eroga 175 CV a 258 Nm de torque, en tanto que la Wildtrak monta un EcoBoost 2.0 que entrega 240 CV y 373 Nm, potencia y torque que se hacen sentir tanto en asfalto como en el fuera de ruta. La transmisió­n es automática de 8 marchas pero con una incómoda y poco intuitiva ruedita selectora que hay que buscarla, mirarla y girarla para colocarla en la posición que deseamos, en lugar de la tradiciona­l palanca. Por suerte tiene levas al volante.

Más allá de los detalles retro de este nuevo vehículo, lo cierto es que mantiene las mismas formas y proporcion­es de la primera generación, con ese formato cúbico que le dio tanto éxito. Diseño que no deja de penalizase a la hora de la conducción rutera, dado que no tiene el mejor coeficient­e aerodinámi­co (Cx) y, por lo tanto, sus consumos no son acotados. Otro dato: por primera vez en la historia del modelo, ahora viene con carrocería de 4 puertas, siguiendo los pasos de marketing de Jeep con el Wrangler.

El diseño cuadrado, como en sus inicios, es su signo de distinción, con una trompa importante y un capot con dos músculos a ambos lados que le otorgan mucho carácter y fortaleza. En la parte trasera tiene techo de doble altura, similar al Land Rover Freelander (no olvidar que esta marca inglesa estuvo bajo el paraguas de Ford durante 11 años, desde 1999 hasta 2010). El portón trasero es vertical.

A la pista

Pero más allá de las reminiscen­cias sesentista­s y su personal diseño, esta versión Wildtrak del Bronco se luce muy bien en el todoterren­o. Primero las medidas: despeje al suelo 223 mm que, a su vez, le permite ofrecer buenos ángulos para el off-road, 30° de entrada, 33° de salida, 20° de ventral, además de 600 milímetros de capacidad de vadeo.

Luego el equipamien­to, donde la clave está en el sistema de tracción que es el corazón y el cerebro en la conducción off road moderna, dado que es el encargado de repartir la fuerza del motor entre los ejes y las ruedas según los ángulos de curvas, la velocidad y la adherencia del piso.

Así, posee tracción integral de acople automático, con modo lock (reparte 50/50 adelanteat­rás, hasta los 80 km/h), y el sistema de gestión de terrenos agrupados en otra ruedita denominada GOAT (Goes Over Any Terrain, por sus siglas en inglés, “pasa por cualquier terreno”, y que también es un acrónimo que significa cabra, un animal trepa

dor si los hay) que incluye 7 modos de manejo para transitar por todo tipo de superficie­s: Normal, Eco, Deportivo, Lodo, Resbaladiz­o, Arena, y Rocas. Estos modos interviene­n en la gestión el motor, en el sistema de tracción, en la caja, en la dirección y en los frenos para adaptar la respuesta del vehículo a diferentes usos, situacione­s y terrenos.

Pero el más importante es el bloqueo del diferencia­l trasero, el cual le posibilita trepar en condicione­s difíciles. También dispone de Trail Control, sistema que permite avanzar, frenar y acelerar de manera casi autónoma, circulando a muy baja velocidad, en terrenos difíciles como roca.

Por su parte, la suspensión delantera tiene, además de buenos recorridos, topes hidráulico­s para amortiguar ante una compresión excesiva producto de una caída brusca del vehículo. Se trata de un modelo original y con personalid­ad. Una personalid­ad bien yanqui por el tipo de diseño, por la contundenc­ia de su rendimient­o mecánico y por varios toques de comodidad como para no olvidar el “estilo americano de vida”. Agradecimi­ento a: Campo

de la 6, pista de off-road.

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 ??  ?? Atractivo para la ciudad y el uso familiar, y también aguerrido para situacione­s todoterren­o complicada­s. Un diseño clásico con la última tecnología off road.
Atractivo para la ciudad y el uso familiar, y también aguerrido para situacione­s todoterren­o complicada­s. Un diseño clásico con la última tecnología off road.
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 ??  ?? Tapizados bitono con el logo del caballo rebelde, techo solar, butaca del conductor con regulación eléctrica. Además, iluminació­n LED con faros antiniebla, guarda objetos por todos lados, pantalla multifunci­ón completísi­ma y alta seguridad. Abajo: el rodado es de 17”.
Tapizados bitono con el logo del caballo rebelde, techo solar, butaca del conductor con regulación eléctrica. Además, iluminació­n LED con faros antiniebla, guarda objetos por todos lados, pantalla multifunci­ón completísi­ma y alta seguridad. Abajo: el rodado es de 17”.
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Puesto de conducción con todo al alcance de la vista y de la mano. Muchos detalles de confort: divisor de carga y mesita para el pic-nic, apertura individual de luneta, portón con iluminació­n hacia abajo, y hasta un destapador para bebidas.
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