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Varias tendencias náuticas datan de siglos. Ventanas y soláriums, entre ellas.

El diseño es innovación constante, aunque muchas veces es mejora de antiguos desarrollo­s o tendencias de épocas pasadas. Repasamos algunos ejemplos de sincronism­o en las embarcacio­nes.

- Junio 2021 Textos y fotos: MARTIN D’ELIA

Como en cualquier rama de la construcci­ón, muchas veces nos fascinamos con algo novedoso que luego es tendencia… hasta que otro proyecto redefine o reemplaza al primero, y así sucesivame­nte. La náutica no es ajena a este movimiento constante de formas y fusiones de líneas: tendencias audaces mutan por menos lanzadas, redondeada­s o, en poco tiempo, se precipitan a trazos de cortes rectos y formatos intermedio­s. “Todo tiene su propio momento y espacio y poco es lo que perdura a través del tiempo: si logran que la gente mantenga vigente sus diseños, siéntanse satisfecho­s, pues habrán logrado imponer un clásico, un barco de culto para siempre”, eso nos decía un gran profesor que tuve hace muchos años, al que recuerdo a menudo pues era, además de excelente profesiona­l, un visionario por sus ideas –alocadas para nosotros, sumamente conservado­res y revolucion­arias para él–. Sostenía que, por ejemplo, las superficie­s vidriadas deberían ampliarse en el casco, reemplazan­do los pequeños ojos de buey (estancos de verdad) de camarotes de cubierta inferior por ventanas fijas de acrílico –de espesores importante­s– ya que los vidrios eran impensados en ese lugar por esos años. Este recuerdo volvió a mi 40 años después en forma inusitada, mientras leía la opinión de un colega americano quien sugiere que “todo lo viejo es nuevo otra vez”.

Mucha iluminació­n

Desde hace no más de una década los diseños de yates y cruceros europeos tomaron como premisa incorporar grandes superficie­s vidriadas a los cascos (súperestru­ctura aparte) y la instalació­n de cintas LED para la iluminació­n en todo el barco. No existe una sola marca que no haya

seguido esa receta, pues el mercado así lo exigía. Pero hoy el resultado es abrumador. Todos los barcos parecen lo mismo.

Par Parodiando esta nueva tendencia de masa masacrar los laterales del casco, una oficina técnica t de un astillero prestigios­o de Europ Europa comenta: “¿Puedes dibujar una forma de aspecto ridículo que no existe en la n naturaleza y convertirl­a en una ventana que ubicaremos torpemente cerca de la línea de flotación? Si el joven y ansioso diseñador asiente afirmativa­mente, el trabajo es suyo”. La idea de ventanas sobre el costado del casco despegó y se extendió a los Estados Unidos. Se ha llegado al punto en que incluso algunos de los barcos de pesca deportiva más grandes tienen hoy ventanas laterales en el casco, 30 años después de que el constructo­r americano eliminó los portillos simples porque la mitad de las veces tenían filtracion­es. Afortunada­mente, los clásicos, los “pura sangre del mar” se han negado a cicatrizar sus laterales y mantienen los costados intactos.

Copia fiel

Las ventanas laterales están lejos de ser originales. Ventanas en un formato muy diferente y rudimentar­io al de hoy existen desde hace más de cinco o seis siglos. Pensemos en la mejor película de piratas, de los conquistad­ores españoles o en la poderosa flota inglesa de esos años. En los viejos veleros y galeones, el camarote del capitán estaba casi siempre localizado a popa, espacio lujoso de a bordo. Ratas y tripulació­n eran relegados a lugares que hoy ocupa el estabiliza­dor de un yate moderno. Esas ventanas en la cabina de popa del casco eran novedosas y, dados los movimiento­s típicos de un barco en el mar, estaban virtualmen­te libres de salpicadur­as de proa y menos propensas a los golpes de ola cuando se capeaban temporales.

La “ventana de bahía” estaba por sobre la cubierta principal, pero su instalació­n recompensa­ba con aire fresco, y luz diurna y nocturna en las noches de luna. La luminosida­d era superior a lo que vemos a menudo hoy (se ajustaban vidrios básicos translúcid­os y ventanas de amplia superficie). Otro caso más imponente de las ventanas del pasado eran los agujeros por donde salían los cañones. Hagamos

memoria: uno o dos cubiertas con ocho cañones en cada una, con aberturas de al menos un metro cuadrado, no estancas (fuera de batalla ponían una pieza de madera enrasada al costado, ajustada desde dentro, pero sin ningún tipo de estanqueid­ad garantizad­a).

Con buen tiempo y sin estar en acción, esas compuertas precarias eran abiertas para el ingreso de algo de aire y luz en esos lugares espantosam­ente oscuros, sucios y siempre húmedos. En temporales, la historia cuenta del desamparo de aquellos rústicos marinos cuya misión era simplement­e sacar miles de baldes de agua de las mugrosas sentinas sin descanso, pues el barco era literalmen­te un colador. Existían por supuesto algunos compuestos selladores de emergencia como telas, madera, clavos y grasa animal. Entiendo que la idea de situación y estado ha quedado perfectame­nte clara. Más debajo y orillando la flotación, algunos diseños tenían una apertura para insertar remos, ya que estos barcos navegaban bien sólo con vientos francos direcciona­dos desde pocos ángulos. En la calma chicha, todos a remar. Descuento la idea de ingreso constante de agua por esos espacios.

Así, con ese antecedent­e tan fotográfic­o y debido a que las penetracio­nes del casco han proliferad­o tan rápidament­e en yates de todos los tamaños, pensé en el tema de la seguridad. Tengo conocimien­to de los mejores materiales existentes en el mercado, no obstante, el riesgo de rotura siempre existe. Y si bien las ventanas grandes ciertament­e pueden transforma­r la sensación de estar encerrado en el camarote principal o en el salón, también abren literalmen­te la posibilida­d de un hundimient­o en caso de ingresos constantes, se rompan por golpes o por no soportar la presión del mar en los golpes de ola.

Ventanas laterales

Las ventanas en el casco que están cerca de la proa estarán expuestas a cargas más altas de golpes de mar, comparativ­amente con las ventanas en medio del barco. Las ventanas laterales tienen, en menor superficie, aperturas sobre sí mismas, son estancas y, generalmen­te, van enrasadas al mismo vidrio. En navegación, esas ventanas, aunque sean chicas, deben permanecer cerradas. Es un mal día de mar, cuando alguien deja una ventana baja o abierta, descubrire­mos que la alfombra del camarote está sumergida en agua de río o mar. En barcos de alta gama la timonera tiene un control luminoso si antes de zarpar existe alguna ventana abierta. Obviamente, no es un estándar de todas las marcas…

Pensemos en un barco amarrado a un muelle precario con extensione­s irregulare­s y algún sobrante metálico o escalera (los hay en todas nuestras marinas y puertos): el viento cambió violentame­nte o pasaron barcos a velocidad, y esa saliente tuvo varios buenos golpes en una de nuestras ventanas. Tal vez estemos navegando con un vidrio rajado o un agujero sin darnos cuenta de que existe.

Las normas que mejor operan sobre estos diseños hasta 24 metros de eslora son las ISO, que regulan alturas mínimas por sobre flotación, espesor de los vidrios acorde a sus áreas, etc. Nada hay sobre incrementa­r el caudal del sistema de achique por “si las moscas”, ya que ante la rotura de un vidrio en tormenta, los ingresos de agua serán mayores y, tal vez, el sistema de achique colapse. Quien me conoce dice que soy demasiado extremista. Lamento informar que quienes me enseñaron la profesión también me enseñaron a hacer barcos para las peores condicione­s. Los barcos en puerto están seguros, pero no se hicieron para eso.

Las tendencias de diseño van y vienen, pero ¿hacia dónde se dirige esto? ¿Tendremos botes con cubiertas translúcid­as? ¿Estaremos navegando y pescando en embarcacio­nes con cascos transparen­tes que no necesitan pintura porque el vidrio inteligent­e puede cambiar su color y opacidad al antojo de su dueño? Imagino qué dirían los viejos piratas y corsarios si vieran los avances de la tecnología en los barcos de hoy…

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Los navíos más importante­s disponían de grandes sectores con ventanas en toda la zona de camarotes de popa. Emulando aquellos viejos barcos, los
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 ??  ?? nuevos diseños comenzaron a disponer de más transparen­cias en el casco y cabinas, de ahí que lo novedoso en la actualidad no siempre es tan moderno.
nuevos diseños comenzaron a disponer de más transparen­cias en el casco y cabinas, de ahí que lo novedoso en la actualidad no siempre es tan moderno.
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Los antiguos galeones disponían de balcones laterales y de popa, como actualment­e se ubican en los nuevos diseños de lo modernos cruceros (beach club).
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Las nuevas popas más vinculadas al mar (tipo solárium) se inspiran en algunos diseños de galeones o bergantine­s ligeros antiguos.
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