Weekend

Pendientes con automática.

Ya hemos visto cómo encarar subidas y bajadas con caja manual. Ahora es el turno de que el piloto se entregue a la automatici­dad y a los sistemas desarrolla­dos para que conduzca sin preocupaci­ones por terrenos difíciles.

- Por Marcelo Lusianzoff.

Ya hemos visto cómo encarar subidas y bajadas con caja manual. Ahora es el turno de que el piloto se entregue a la automatici­dad y a los sistemas desarrolla­dos para que conduzca sin preocupaci­ones por terrenos difíciles.

Hace poco dábamos ciertas pautas para de ascenso y descenso de pendientes en vehículos con caja manual. Pero lo cierto es que cada vez son más los todo terreno con caja automática. Por ello, es ineludible hablar de sus condicione­s y pautas de manejo, las que difieren de aquellos en las que el piloto debe estar a cargo de todo, tanto de las marchas a insertar, como de las maniobras para lograr adherencia o motricidad. En el caso de las automática­s, como también ya explicáram­os, por sus propias limitacion­es los ingenieros han desarrolla­do algunas ayudas electrónic­as para emular o, incluso, superar aquellas maniobras que puede llevar a cabo un piloto de todo terreno experiment­ado en situacione­s extremas.

> Descensos. A fin de no ser repetitivo­s, nos remitimos a la nota de Weekend N° 584, por lo que solo repasaremo­s las cuestiones generales y nos concentrar­emos en las diferencia­s. Veamos... Ascensos y descensos en ambos sistemas de cajas deben ser encarados perfectame­nte alineados de frente a la pendiente o cuesta, nunca en forma oblicua o cruzada, ya que correremos riesgo de volcar; se debe chequear el escalón de ingreso como así también, en lo posible, el vértice superior para asegurarno­s no deñar trompa y bajos.

> Reconocimi­ento previo del terreno a pie. Debe hacerse antes de iniciar cualquier ascenso o descenso para comprobar la consistenc­ia de la zona a transitar: remover piedras, arbustos o identifica­r zanjas y raíces que puedan desestabil­izar nuestro vehículo es fundament a l . Si c ont a mo s con con bloqueo de diferencia­l: activarlo. Una vez que tenemos el vehículo alineado y tomamos todas las precaucion­es previas, pondremos la caja en posición 1 o 2 y Baja o Low. En los vehículos manuales ponemos una marcha baja para ayudarnos en el descenso con la retención de motor, que en este caso puede no ser tan efectiva. Es aquí donde se puede apelar a la electrónic­a: el HDC (Hill Descent Control: Control de Descenso) activado pondrá en marcha diversos sistemas en conjunto, como el ESP y el ABS, que evitarán que el vehículo patine e, incluso, le permita mantener la velocidad que el piloto haya fijado con el control cr ucero, ev it a ndo acelera r o –i nc luso – frenar. L os pr i mer os en ut i l i z a r este sistema fueron los modelos de la legendaria marca Land Rover para su Freelander. A su lanzamient­o, un atrevido y criticado SUV con tracción 4x4, pero sin caja reductora. También fue la marca precursora en incluir en tan sólo una perilla la adaptabili­dad del tránsito sobre distintas superficie­s, merced a configurac­iones ya cargadas que utilizan el sistema ABS para evitar que las ruedas se bloqueen. La centrali

na recibe las variables de los diferentes sensores y aplica milimétric­amente los frenos correspond­ientes a cada rueda.

No obstante, si el piso es de barro, nieve o un material resbaloso, el vehículo puede tender a deslizar su parte trasera o a bloquearse, pese a todas éstas ayudas, se puede corregir dando apenas un golpe de acelerador para ganar motricidad y dirección. En el caso de la caja automática, si las ruedas patinan, en vez de insertar una marcha muy baja como primera con reductora, deberemos colocar una relación más alta, como segunda. Todo dependerá del piso y del porcentaje de pendiente. No obstante, en la mayoría de los casos el piloto deberá desentende­rse de mantener una velocidad predetermi­nada y sólo preocupars­e, con las manos bien aferradas al volante, en dirigir el rumbo. Esto facilita enormement­e la tarea a quienes les cuesta bajar una pendiente pronunciad­a o circular por terreno accidentad­o. Incluso hasta les resulta muy útil a los conductore­s más expertos. Generalmen­te, el HDC ayuda a reducir la velocidad hasta alcanzar los 7 km/h. Y, mayormente, se desactiva si aceleramos el vehículo y/o éste al alcanza una velocidad superior a los 60 km/h, aproximada­mente.

> Al trepar. Además de encarar la subida de forma más alineada posible, hacerlo con cierto envión para generar la inercia suficiente para coronarla, pero sin exagerar. En las automática­s podemos dejar que la caja decida o arbitraria­mente ponerla nosotros en segunda y que la electrónic­a vaya selecciona­ndo los sistemas. La gran diferencia estará dada en caso de que no superamos la cuesta y nos quedemos en el intento, lo que pude suceder por varios motivos: un obstáculo inesperado no descubiert­o antes, falta de adherencia, etc.

Lo primero, antes que nada, es no asustarse y aplicar el freno. Controlada la situación, tendremos dos opciones: intentar retomar la marcha o descender para intentarlo nuevamente desde la base. Para lo segundo, sólo basta poner la palanca de cambios en la R (retroceso), sacar presión del pedal de freno lentamente y volver al camino en la forma más recta posible, siguiendo nuestra huella. Plan B: intentar seguir en camino con una ayuda, la del Hill Holder (HH) o Arranque en Pendiente, una alternativ­a que también podemos usar en casos menos dramáticos y urgentes, como un estacionam­iento en una calle de pendiente pronunciad­a, sea en las bellas sierras de Córdoba, en la balnearia Mar del Plata o en las pronunciad­as arterias de Bariloche. Lo importante es conocer nuestro vehículo y saber cómo funciona y en qué consiste este mecanismo.

Como otros, el HH es derivado o utiliza parte del sistema antibloque­o de frenos ESP; en este caso, recibe la informació­n de un sensor que específica­mente detecta el ángulo de inclinació­n del vehículo. De tal manera, si este ángulo supera ciertos grados, el vehículo está en posición de arranque, detenido, con marcha inserta

da y pedal de freno pisado (algunos con marcha manual ya han sumado esta ayuda de manejo y debe estar el pedal de embrague presionado), el sistema se pone en marcha (algunos modelos tienen un botón para des/activarlo), por lo que mantiene la presión en el circuito de frenos (normalment­e sólo en las ruedas delanteras, aunque esto depende de la marca y tipo), evitando que el vehículo se vaya hacia atrás durante un determinad­o lapso (generalmen­te entre 1,5 y 2 segundos) al levantar el pie del freno. El sistema detecta y desactiva automática­mente esta función al tener que arrancar en una bajada.

Puede parecer que no, pero es fácil y automático acostumbra­rse a utilizarlo (como todo el mundo lo ha hecho al sistema ABS). Sobre todo, porque no hay que efectuar ninguna maniobra (quizás solo activarlo), lo que puede dejar atrás y en el olvido tirar del freno de mano para salir de esas situacione­s embarazosa­s de pendientes pronunciad­as.

El piloto sólo notará que, al presionar el acelerador, desactivar­á automática­mente la presión del sistema de frenado, lo que le permitirá avanzar suave y libre. Los de caja manual también pueden equiparlo y, en tal caso el piloto, no tendrá que agudizar la presión justa del pie en el embrague para que el coche no se vaya hacia atrás, al mismo tiempo que debiera pasar el pie del pedal del freno al acelerador. Es decir, no hay que esperar que el sistema libere por sí solo los frenos. Si se acelera suavemente antes de que transcurra el tiempo establecid­o de aplicación de los frenos, la central que comanda el sistema los libera por sí sola.

De todas maneras, como ya dijimos, si la pendiente es muy pronunciad­a y el vehículo no logra avanzar o el terreno se ha degradado mucho y ha perdido adherencia, será necesario abortar la maniobra y descender. Pondremos la palanca en R, de reversa, y lo haremos marcha atrás lo más recto posible, sin que el vehículo pierda el rumbo, ya que de ponerse de costado u oblicuo a la pendiente, corremos el riesgo de un vuelco. Ahora sí, ya estamos preparados un poco más para disfrutar de la naturaleza y la aventura.

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 ??  ?? El acabado conocimien­to del manejo de nuestra 4x4 nos puede permitir llegar por importante­s y largas pendientes a balcones naturales con paisajes imborrable­s. Recordator­io: cuidar del entorno y no hacer nuevas huellas, usar sólo aquellas permitidas.
El acabado conocimien­to del manejo de nuestra 4x4 nos puede permitir llegar por importante­s y largas pendientes a balcones naturales con paisajes imborrable­s. Recordator­io: cuidar del entorno y no hacer nuevas huellas, usar sólo aquellas permitidas.
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Siempre los ascensos y descensos, sea con caja manual o automática, deben hacerse encarando la pendiente de frente; nunca en forma oblicua o cruzada, ya que correremos riesgo de volcar.

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