Seis países en apenas 2.170 km
Desafiantes pasos fronterizos. Playas de ensueño. Selvas dónde uno es el menú. Y una interminable variedad de postales geográficas y sociales desde Guatemala hasta Colombia.
Rumbeé para Guatemala echándome para atrás la gorra. Pegué la última mirada a la bandera mexicana, a las sierras, a los mariachis… por costumbre acomodé el GPS, aceleré mi chata brava y enfilé al sur chiflando como si nada.
Nadie salió a despedirme pero, como en una visión trasnochada, me pareció que el águila de la bandera mexicana me iba diciendo entre sus ondulaciones: “Ya vas a volver por estos pagos”. Cosas que pasan.
Ese bonito momento bucólico terminó abruptamente en el paso fronterizo El Talismán, en Guatemala. El caos, bien asentado y extendido todo a su alrededor, se hizo dueño y señor de la situación. Conforme me acercaba a la aduana y a migraciones de Guatemala, vislumbraba a lo lejos una horda de desaforados, unos diez o quince, que venían corriendo a mi encuentro. En la carrera frenética gesticulaban con las manos y a los gritos enunciaban todo tipo de cosas incomprensibles. Algunos, los más atléticos, pudieron colgarse de los estribos y espejos de mi vehículo. Todos hablaban a la vez, mostraban dudosas credenciales e intentaban explicar la complejidad de pasar hacia el otro país y la cantidad de coimas que debería pagar a los funcionarios públicos.
Finalmente comprendí que estaba frente a un nuevo personaje, el facilitador (o gestor) de frontera. Intentando esquivar los dudosos servicios de unos diez de ellos, caí en la trampa del patriarca de los timadores. Cocido en su propia sudoración, me fue planteando, como si se tratase de una conjura, la compleja estratagema a seguir para lograr ingresar en Guatemala. Al cabo de hora y media de gestiones inverosímiles y una serie de astutas bajezas, el rechoncho patán dio por terminada su gestión, cobró sus honorarios y, ante mi incredulidad por la situación, se despidió con la siguiente máxima: “Esto es Centroamérica. Aquí no hay respeto”.
Por suerte, la belleza de Guate-